Si ver hologramas era lo más cercano a sentir que algo bidimensional estaba dentro de nuestra realidad, la investigación de un equipo de la universidad de Brigham Young los asombrará. Lo que denominan pantalla de libre espacio volumétrico será el futuro de una verdadera imagen 3D.
Hasta la actualidad, el holograma es la forma más cercana de ilusión óptica para hacernos creer que un objeto está “físicamente” en nuestro espacio, como poniendo a Gorillaz en el escenario o, mejor aún, a la hermosa Hatsune Miku. Pero, el problema del holograma es que el espectador debe ver la superficie donde se proyecta el holograma para observar la imagen tridimensional. El grupo de desarrolladores de Brigham Young crearon un aparato que permitiría al espectador ver la imagen 3D desde cualquier ángulo, verdaderamente poniendo luz proyectada en el espacio.
El grupo de investigadores desarrolló esta pantalla de trampa óptica fotoforética que funciona creando un espacio virtual dentro de nuestra realidad. Dentro de este espacio, un rayo láser utiliza la fuerza fotoforética (que varía en gradientes térmicas) para mover una partícula opaca, mientras otro láser proyecta luz multicolor sobre la misma. El efecto de movimiento rápido de la partícula y color genera una imagen tridimensional que podemos observar desde cualquier ángulo. Tiene un principio similar al de la proyección por líneas de un televisor de tubos de rayos catódicos. Las partículas y la luz se proyectan tan rápido en el espacio, que nuestra persistencia retiniana crea la continuidad de la imagen total. Los investigadores ponen el ejemplo como hacer una impresión 3D con la luz.
Como reporta IFLScience, actualmente el dispositivo les permite crear imágenes de 10 micras. Han creado imágenes desde pokémon como Charmander, hasta logos y a la famosa Princesa Leia (que es el actual nombre alias del proyecto). Es un aparato que puede aplicarse desde campos del entretenimiento hasta la medicina en cirugías guiadas. Sin embargo, el dispositivo que proyecta imágenes en micras es más grande que una lonchera promedio. Hasta simplificar su caparazón y llegar a un punto de proyectar imágenes de al menos el tamaño de un smartphone actual, es posible que no conozcamos uno de estos en persona.
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