Samsung Galaxy S20+, análisis: todo lo bueno de la experiencia "Ultra" en un tamaño mucho más acertado

Cada uno tiene unas preferencias y, bueno, unas manos, pero en lo que más o menos hubo consenso con el Samsung Galaxy S20 Ultra es que es un móvil considerablemente grande. La sensación cambia por completo con sus hermanos menores y eso lo vimos en seguida realizando el análisis del Samsung Galaxy S20+, el mellizo de tamaño intermedio de lo que de momento son los tres Galaxy S de 2020.

La configuración es casi pareja a la del S20, pero teniendo mayor batería y una cámara más entre otras diferencias. Sin renunciar a los 120 hercios de tasa de refresco en la pantalla, se plantea como uno de los móviles más compactos en la gama alta sin renunciar a la potencia, os contamos qué tal con él.

Ficha técnica del Samsung Galaxy S20+

SAMSUNG GALAXY S20+

DIMENSIONES Y PESO

168,5 x 78 x 9,75 mm
218 gramos

PANTALLA

Dynamic AMOLED 6,7 pulgadas
QHD+ 525 ppp, 120 Hz
HDR10+

PROCESADOR

Exynos 990 (7nm, 64 bits)
Octa-core (2,73 + 2,6 + 2 GHz)

MEMORIA RAM

8/12 GB LPDDR5

ALMACENAMIENTO INTERNO

128/512 GB + MicroSD 1 TB

CÁMARA TRASERA

Ultra angular: 12 MP, 1,4µm, f/2.2
Angular: 12 MP, 1,8µm, f/1.8, OIS
Telefoto: 64 MP, 0,8µm, f/2.0, OIS
Zoom: óptico híbrido 3x, digital 30x
Sensor ToF

CÁMARA DELANTERA

10 MP (1,22µm), f/2.2

SISTEMA OPERATIVO

Android 10

BATERÍA

4.500 mAh

CONECTIVIDAD

5G NSA sub-6
LTE Cat20 hasta 2 Gbps
WiFi ac 4x4 MIMO

BIOMETRÍA

Sensor de huellas bajo la pantalla
Reconocimiento facial

OTROS

Protección IP68

PRECIO

Desde 828 euros

Samsung Galaxy S20+ - Smartphone 6.7" Dynamic AMOLED (8GB RAM, 128GB ROM , cuádruple cámara trasera 64MP, Octa-core Exynos 990, 4500mAh batería, carga ultra rápida), Cosmic Gray [Versión española]

Diseño: un curvilíneo clon de su hermano menor

Aunque sea un análisis en profundidad y os contemos la experiencia con el smartphone tras unos días con él, a veces la primera impresión es algo más que eso y en cierto modo acuña una sensación. En este caso, al sostener el Galaxy S20+ por primera vez nos pareció un móvil delgado, cómodo y compacto, y eso se mantuvo en cada una de las ocasiones que lo sostuvimos.

El S20+ es la materialización de esa unificación de las líneas de diseño que hemos visto en la marca, abarcando varias gamas. De ahí que sea como un S20 Ultra en miniatura, o algo parecido a lo que notamos con el Samsung Galaxy Note 10 Lite o incluso el Samsung Galaxy A51.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Samsung Galaxy S10 149,9 70,4 7,8 157 6,1 3.400 105,52 82,31
Samsung Galaxy S20 151,1 69,1 7,9 163 6,2 4.000 104,41 82,48
Samsung Galaxy S10+ 157,6 74,1 7,8 175 6,4 4.100 116,78 91,089
Samsung Galaxy S20+ 161,9 73,7 7,8 186 6,7 4.500 119,32 93,07
Samsung Galaxy S10 5G 163,3 77,1 7,9 198 6,7 4.500 125,06 98,79
Samsung Galaxy S20 Ultra 166,9 76 8,8 220 6,9 5.000 126,84 111,62

De los Galaxy S10 del año pasado y los S20 de este año, el Galaxy S20+ llega ser incluso más compacto que el Galaxy S10+, aunque algo más pesado. Lo que vemos aquí es que las diferencias en las sensaciones con el S20 Ultra quedan plasmadas también en los números.

Esto significa que vemos esa curvatura en las esquinas tan característica de los Galaxy desde hace años, con ese módulo de cámaras traseras en forma de ficha de dominó también tan representativa (y al mismo tiempo, habitual en la industria). Módulo que no sobresale mucho en apariencia, pero que hace que el terminal se balancee si lo apoyamos en una mesa.

Ayuda también que no sea demasiado ancho además de delgado, con lo que el agarre es muy cómodo. Además, en favor de esto la curvatura de la trasera es suave y adecuada, haciendo a su vez que el borde de metal quede muy bien integrado entre las dos partes de cristal.

Pese a tener la trasera de cristal, el S20+ no se resbala demasiado. Aunque veremos que se ensucia con relativa facilidad, pero se limpia también rápidamente y no es un mal precio a pagar si esto evita que se resbale al llevarlo sin funda.

La bandeja para la SIM queda en el borde superior, mientras el USB y el altavoz principal se acomodan en el opuesto, perfectamente alineados en el centro. Los botones físicos están bien ubicados para un buen manejo tanto con el pulgar (agarre con la derecha) como con el índice o el dedo medio (izquierda).

El frontal tendrá sus fans y sus contrarios por la integración de la cámara con un agujero, pero lo cierto es que sigue siendo un buen trabajo a nivel de integración y aprovechamiento de la superficie. La isleta de la cámara frontal es mucho más discreta y sutil que la de otros móviles como el Huawei P40 Pro o el Realme 6 Pro, y mención especial al altavoz secundario/auricular, imperceptible si no hacemos un esfuerzo en buscarlo.

La sensación de “pantalla infinita” está, pues, bastante lograda, con unos bordes delgados (salvo la habitual barbilla, que rompe la simetría horizontal). La pantalla, como no podía ser de otra manera, es curva y eso ayuda a que la percepción de esos marcos sea menor, pero para beneficio de la experiencia y la interacción esta curvatura es mucho menor que la que vimos en la pantalla del S20 Ultra (entraremos más en detalle en el siguiente apartado).

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Samsung Galaxy S20+ 161,9 73 7,8 186 6,7 4.500 119,32 93,07
Samsung Galaxy S20 Ultra 166,9 76 8,8 220 6,9 5.000 126,84 111,62
Nubia Red Magic 5G 168,6 78 9,8 218 6,65 4.500 131,508 128,88
OnePlus 8 Pro 165,3 74,35 8,5 199 6,78 4.510 122,9 104,47
Huawei P40 Pro 158,2 72,6 8,95 209 6,58 4.200 114,85 102,79
iPhone 11 Pro Max 158 77,8 8,1 226 6,5 3.969 122,92 99,57
Pixel 4 XL 160 75,1 8,2 193 6,3 3.700 120,46 98,78
LG V60 ThinQ 169,4 77,7 8,9 219 6,8 5.000 131,62 117,15
Sony Xperia 1 II 165,1 71,1 7,6 181,4 6,5 4.000 117,39 89,21
Xiaomi Mi 10 Pro 162,5 74,8 9 208 6,67 4.500 121,55 109,39

En esta tabla con parte de los buques insignia del momento (y los últimos de algunas marcas) vemos que el S20+ se diferencia bastante en términos de volumen y peso. Con una batería equivalente en mAh a las del Nubia Red Magic 5G y Xiaomi Mi 10 Pro, el S20+ logra ser más ligero y menos voluminoso, siendo el más compacto de todos después del Sony Xperia 10 II (que pese a esto es algo más pesado que el de Samsung).

En estos momentos el Galaxy S20+ es una de las opciones más compactas en la gama alta actual

Por tanto, en estos momentos el Galaxy S20+ es una de las opciones más compactas en la gama alta actual. Nada es gratis en este vida y un menor volumen de chasis sale caro a nivel de espacio para la batería, sobre todo si además se integran las antenas para el 5G como en este caso, pero veremos si se nota en la autonomía que hay una batería más pequeña que en el Ultra (y más grande que en el estándar) en el apartado correspondiente.

Pantalla: una buena experiencia aunque se nos obligue a elegir cómo

El déjà vu nos invade al observar las características de la pantalla del S20+ porque su código genético es bastante aproximado al de la del S20 Ultra, pero vamos a ver que la experiencia es distinta en algunos aspectos. En este caso se trata de una pantalla de 6,7 pulgadas, con una resolución máxima de 3.200 x 1.440 píxeles y una tasa de refresco máxima de 120 Hz.

Con esto, vemos que el tamaño no exime de integrar los máximos logros de Samsung a nivel de estos parámetros, pero volvemos a tener la misma dicotomía como usuarios: o nos quedamos con la máxima resolución o con la tasa de refresco más alta, pero no con las dos.

Volvemos a tener la misma dicotomía como usuarios: o nos quedamos con la máxima resolución o con la tasa de refresco más alta, pero no con las dos

La pantalla viene muy bien calibrada y la temperatura es adecuada, aunque de fábrica viene con el modo de color intenso que sobresatura y empeora bastante la experiencia (con un panel OLED que per se ya da unos colore vivos). Esto lo podemos cambiar en los ajustes de pantalla, donde también encontramos las opciones para elegir los parámetros que comentábamos en párrafo anterior.

Lo primero que vemos en estos ajustes es que nos da a elegir entre el tema claro o el oscuro. Para el modo oscuro tenemos a su vez algunas opciones para que podamos aplicarlo según la app o para que se aplique también al fondo de pantalla, así como activar el filtro de luz azul automáticamente.

Tema claro y tema oscuro (sobre la pantalla de ajustes). A la derecha, las opciones de configuración.

En cualquiera de las opciones la visualización es correcta (es casi más cuestión de lo que nos guste más). La pantalla tiene un buen grado de detalle, sobre todo con la mayor resolución activada, buen nivel de contraste y es correcta en cuanto a ángulo de visión.

De brillo también va sobrada, siendo suficiente el máximo en situaciones de luz abundante y directa. Eso sí, el ajuste de brillo automático podría funcionar algo mejor de cara a que no hubiese demasiado cuando la iluminación es baja (y así ahorrar algo de batería), y la reducción automática que hay cuando queda un 5% de batería sigue siendo demasiada.

Hablando de esa ligera curvatura del panel, sigue siendo un recurso meramente estético. En esta ocasión, eso sí, no trae de la mano ningún empobrecimiento de la experiencia y no hay toques accidentales y una sombra (la que produce de manera natural el cristal sobre el panel) demasiado exagerada. Se nota sobre todo si nos fijamos al tener un fondo claro, y según qué ángulo de visión tengamos.

En relación a eso, Samsung acuñó lo de Pantalla Edge en referencia a esa pestaña lateral de accesos directos que por defecto viene activada en sus móviles pero que, como ya vimos en el A51, dejó de ser algo exclusivo para los móviles con panel curvo y/o de gama alta. Se mantiene como hemos visto hasta ahora, con una pestaña en cuatro secciones según queramos apps, herramientas o selección inteligente, pudiendo personalizarlo.

La pantalla ambiente (Always On Display) poco a poco va añadiendo opciones de personalización en cuanto a la estética. Podremos hacer que nos muestre más o menos información en cuanto a los eventos o a la reproducción de música, con los iconos de notificaciones y la posibilidad de hacer que sólo sea visible con un toque (sin necesitar tenerla siempre o durante un intervalo de tiempo).

Es algo que encontramos en la sección de Pantalla de bloqueo, donde también vemos que podemos configurar los facewidgets como el de la reproducción de música. De este modo, teniendo también las opciones de activar pantalla con un doble toque (simple para la pantalla ambiente) y al levantarla al final puede personalizarse bastante la experiencia de uso con One UI.

Entonces, ¿qué pasa con lo de la resolución y tasa de refresco en términos de experiencia? Que como ya hemos comentado en los móviles que alcanzan mayores tasas de refresco, se notará sobre todo en las transiciones del sistema y en cierto punto en los juegos que lo soportan.

Hay cada vez más juegos que soportan los 120 Hz de tasa de refresco de pantalla, y veremos que en títulos como ‘Lara Croft Go’ hay una mayor fluidez si lo configuramos así. Aunque matizo: tras haber probado ya un par de Galaxy S con esta tasa de refresco, donde personalmente noto más efecto es en las transiciones de la interfaz: a One UI le ha venido muy bien este extra de fluidez por parte del hardware, notándolo por ejemplo al minimizar una app o al traerla al primer plano.

Esto hace que suela compensar a nivel de interacción tener la máxima tasa de refresco frente a la máxima resolución. Esto último digamos que suele ser menos determinante, echándolo de menos cuando no lo tenemos pero sin que haya un perjuicio acusado en la experiencia: es una lástima no disfrutar del QHD+ en este tope de gama, siendo uno de los poco que integra esta resolución de verdadero buque insignia, pero por ahora Samsung nos obliga a elegir.

En cuanto al agujero en pantalla, como ya hemos ido diciendo nos parece que es una de las soluciones más discretas, como hemos ido viendo en móviles de la marca o en alguno de la competencia como el OnePlus 8 Pro. La barra de herramientas queda en aproximadamente 4,6 milímetros, como en el S20 Ultra, lo que hace que el agujero de los Samsung bata récord en altura de la barra y por tanto en aprovechamiento de la misma, de modo que el texto “no se pierde” en la misma como ocurre en barras más altas debidas a los agujeros (en el Huawei P40 Pro son casi 8 milímetros).

Esto hace que quede un panel bastante despejado y que aunque el agujero flote en apps de pantalla completa, no resulte demasiado invasivo. Tampoco hemos visto que moleste en juegos y apps que al usarse en horizontal y pantalla completa puedan tener elementos de interacción por esa zona.

Así quedan el 'PUBG' y el 'Real Racing 3' a pantalla completa en horizontal.

Por todo esto concluimos que es una buena pantalla. La experiencia nos recuerda a la que tuvimos con el S20 Ultra pero con los beneficios que citamos con el S20 estándar: es más compacto y sobre todo que la curvatura de la pantalla es menor.

Rendimiento: no es necesario lo máximo para ir sobrado

Tenemos empate técnico en los tres S20 a nivel de procesador, por lo que vemos aquí también el Exynos 990, el tope de gama de SoC del fabricante. Pero en cuanto a memorias empatan sólo los “no Ultra”, disponiendo de 8 GB de RAM y 128 de almacenamiento.

Con estos ingredientes cumple lo esperado y sí, el Galaxy S20+ va suelto incluso con tareas exigentes en cuanto a estos recursos. A nivel de fluidez la experiencia mejora si seleccionamos la máxima tasa de refresco, pero hablando de la potencia y la carga de tareas no hay nunca lag o síntoma de que el hardware sea insuficiente.

Veremos que la parte trasera, especialmente la parte que queda entre el centro y el módulo de cámaras, no tarda mucho en subir de temperatura (aunque no de manera alarmante). Es un incremento en torno a 5 grados centígrados con respecto a la temperatura en reposo o en un uso estándar y no parece algo problemático ni mucho menos, probablemente favorecido por lo delgado del móvil (y la conductividad de los materiales).

En cuanto a los benchmarks, os dejamos los resultados de los tests de rendimiento frente a los de otros móviles de gama alta y configuración equivalente.

Samsung Galaxy S20 Nubia Red Magic 5G OnePlus 8 Pro Huawei P40 Pro Samsung Galaxy S20 Ultra Nubia Z20 LG V50 ThinQ Honor View30 Pro iPhone 11 Pro
Procesador Exynos 990 Snapdragon 865 Snapdragon 865 Kirin 990 Exynos 990 Snapdragon 855+ Snapdragon 855 Kirin 990 Apple A13 Bionic
RAM 8 GB 8 GB 12 GB 8 GB 12 GB 8 GB 8 GB 8 GB 4 GB
AnTuTu 511.339 586.961 570.630 465.493 522.873 361.365 315.066 463.513 409.070
Geekbench 4.4/5.0 (single/multi) 778 / 2.591 (5.5) 925 / 3.214 (5.5) 885 / 3.136 (5.0) 943 / 2.527 (5.0) 819 / 2.315 (5.0) 753 / 2.539 (5.0) 3.507 / 10.948 (4.4) 758 / 2.894 (5.0) 5.475 / 13.232 (4.4)
3D Mark (Sling Shot) 7.265 9.448 8.726 4.074 8.184 - 6.492 - -
PCMark Work 10.418 13.414 9.476 10.426 8.948 9.364 8.712 -

Software: la personalización por bandera (y la salvación por el hardware)

Sobre Android 10 veremos la versión 2.1 de One UI, la capa de personalización de Samsung. Tras iniciarla y lidiar con su característica cascada de notificaciones y guías veremos que hay algunas apps propias y de terceros peinstaladas.

Así viene el escritorio de fábrica en el Samsung Galaxy S20+.
Así viene el cajon de apps de fábrica en el Samsung Galaxy S20+.

De éstas podremos desinstalar las de terceros y también las de Google, incluso alguna propia si no se trata de utilidades básicas como el reloj o la Galaxy Store. Al final podemos tener un cajón bastante limpio si queremos tener las mínimas apps instaladas para empezar.

De fábrica las apps aparecen distribuidas en cajón y escritorio, pero esto podremos cambiarlo si lo deseamos para que sólo haya un espacio. Lo veremos como una de las posibilidades dentro de Pantalla de inicio de los ajustes, algo que nos permitirá que One UI aproveche mejor el espacio.

Hablando de los ajustes, vemos las secciones más habituales, siendo por ello bastante intuitivos y claros. Además, el buscador interno funciona muy bien si se da el caso de no encontrar alguna opción.

De los de pantalla ya hemos hablado, distribuyéndose los ajustes en los principales, los de la pantalla de inicio y los de la de bloqueo. Es donde podremos ajustar el tema oscuro si lo preferimos, así como la navegación, que sigue dependiendo de si elegimos los botones tradicionales o los tiradores (uno o tres, sin poder ocultarlos del todo).

Siguiendo con otras secciones damos con Salud digital. Aquí podemos obtener información del uso que hacemos del móvil en porcentaje y tiempo, además de encontrar modos que restringen el uso a ciertas apps y que podremos configurar a nuestro gusto. Podemos incluso añadir una tarjeta en la cortinilla de notificaciones.

Seguidamente tenemos las herramientas de mantenimiento, destinadas a mejorar el rendimiento, memorias y la autonomía con acciones como eliminar tareas en segundo plano o archivos prescindibles como caché. Como es habitual, no es algo que sea demasiado perceptible (y menos con un hardware potente y la memoria poco ocupada, pero pueden ayudarnos a ver qué apps requieren más recursos o energía.

En el Game Launcher viene activado por defecto y lo vemos en forma de app propia (podemos desactivarlo en la sección de Funciones avanzadas). Como suele haber en estos modos o apps, vemos opciones para evitar notificaciones y priorizar el juego sobre el resto de tareas.

En el menú propio de ajustes podemos seleccionar que se priorice el juego y ajustar aspectos como la calidad de las capturas o que (al contrario de lo que podamos asociar a la experiencia del juego) se reduzca la tasa de refresco para ahorrar batería. Se mantiene el Dolby Atmos específico para juegos, que viene activado por defecto y es una manera de disfrutar de la calidad de los altavoces de la que posteriormente hablaremos en detalle.

Podemos mantener Samsung Daily (antiguamente conocido como Bixby Home), la pestaña accesoria al escritorio que muestra información o accesos rápidos a modo de tarjetas de algunas apps o servicios. Sigue siendo algo escueto en tarjetas, preestableciendo muchas de cuestionable utilidad pero que podremos eliminar si no nos interesan. En la práctica resultan bastante más útiles tanto Bixby Voice como las rutinas, a lo que es fácil acostumbrarse al permitirnos encadenar acciones asociadas al comando que queramos (por ejemplo, “Buenos días”).

Como vemos, One UI es una capa completa y cada vez con más opciones para adaptarla a nuestro gusto, aunque siempre tirando mucho hacia lo propio (como es lógico). Sigue siendo pesada (aunque los 120 Hz ayudan, son cierta “trampa” al dar fluidez por parte del hardware para algo que pesa a nivel de software), viendo algo de lag al abrir la multitarea y aleatoriamente de manera muy puntual y casi imperceptible. Se nota, por ejemplo, viendo como rinden la capa de OnePlus u otras más ligeras, incluso Realme OS.

Biometría

Como hemos visto en los otros S20, Samsung ha mantenido el sensor de huellas ultrasónico para el desbloqueo con huella dactilar. Lo acompaña en esta ocasión un reconocimiento facial sencillo, gracias a esa cámara que asoma por el agujero de la pantalla.

La experiencia con el lector de huellas es buena, siendo bastante rápido, y seguimos recomendando el desactivar el efecto de transición de pantalla al desbloquear (lo encontramos dentro de las preferencias de datos biométricos, en los ajustes de la pantalla de bloqueo). No es demasiado exigente con la superficie a apoyar, pero hemos de acertar en el área de lectura la cual activaremos con un simple toque a la pantalla.

Hablando del reconocimiento facial, el registro del rostro se produce fácil y rápidamente y del mismo modo el reconocimiento. En general funciona bien salvo en la oscuridad o si le da directamente la luz, aunque es algo lento (da la impresión de que mantiene los problemas de alguno de los sensores que vimos en el S20 Ultra para detectar cuándo levantamos la pantalla).

Hay muchas opciones para personalizar la experiencia, lo cual se agradece. Podemos registrar más de un perfil y nos da opción de que una vez se desbloquee el móvil aparezca la pantalla de bloqueo o bien la de inicio (o la app activa), siendo más cómodo normalmente lo segundo.

Fotografía: es un Galaxy S20 con ToF, para lo bueno y para lo no tan bueno

Como vimos al hablar de las cámaras de la familia Galaxy S20, el Samsung Galaxy S20+ es el punto intermedio entre el S20 básico y el Ultra a este nivel. A grandes rasgos vemos la confguración de ultra gran angular, angular y telefoto del s20 con el sensor ToF del Ultra, siendo así una cuádruple cámara trasera con las siguientes características:

  • Cámara principal con sensor de 12 megapíxeles (1/1,76 pulgadas, píxeles de 1,8 µm) y lente con apertura de f/1.8. Con estabilización óptica de imagen (OIS) y campo de visión de 79 grados.
  • Lente gran angular con apertura f/2.2, campo de visión de 120 grados y sensor de 12 megapíxeles (píxeles de 1,4 µm).
  • Teleobjetivo con sensor de 64 megapíxeles (1/1,72 pulgadas, píxeles de 0,8 µm), campo de visión de 76 grados y OIS.
  • Sensor ToF (llamado DephtVision), capaz de crear un mapa de profundidad 300.000 puntos.

Samsung en su momento ya acuñó el confuso término de “zoom óptico híbrido” que hemos visto en otras marcas como OnePlus o Realme. Al menos en el caso de Samsung lo que ocurre es que aunque sea un teleobjetivo el resultado se basa fundamentalmente en los recortes sobre la imagen que se obtiene en los 64 megapíxeles (lo que podemos conocer como cropping), por lo que el zoom puramente óptico es casi anecdótico (1,07x).

En el vídeo se mantiene la resolución 8K como el máximo que logra este móvil, recurriendo al teleobjetivo para reunir los píxeles necesarios para ésta (33 megapíxeles). Y dado que los OIS quedan en el tele y el objetivo angular, la estabilización del vídeo con el gran angular es por únicamente electrónica.

Hablando de la cámara frontal, vemos un sensor de 10 megapíxeles con una lente cuya apertura máxima es de f/2.2. Aunque sólo vemos una lente, ahora en cuanto nos paseemos por la app y hablemos de la calidad veremos que ofrece fotos tanto en angular corriente como grandes angulares.

App de cámara

La app de cámara de Samsung ha ido adaptándose a las múltiples lentes que (no de manera pronta) se han hecho hueco en las traseras de sus teléfonos. En este S20+ no vamos a ver cambios con respecto a lo que hemos visto en sus mellizos, pero aún así daremos el habitual repaso.

La navegación es la habitual, por pestañas para cada modo y con switches para el gran angular y el zoom 3x. Veremos que podemos saltar a ciertos aumentos con botón directo o bien de manera gradual, aunque el hecho de que estos botones aparezcan tan poco tiempo puede hacer que demos pulsaciones accidentales.

Como siempre comentamos, nos gusta mucho cuando el usuario tiene opciones para personalizar la experiencia y Samsung es de las pocas que brinda la opción de configurar los modos: que no queremos uno, lo quitamos, que queremos otro, lo ponemos (salvo los fijos).

Pero en contra de esa filosofía está el hecho de que el HDR o es automático o no se aplica (al menos según nos aclaró el equipo técnico de Samsung. Algo que también vemos en la cámara frontal.

Es bastante sencilla, quizás demasiado. Lo decimos porque no es muy intuitiva, sobre todo en lo respectivo a disparar a 64 megapíxeles o establecer la resolución del vídeo. Para lo primero tendremos que ir al botón de la proporción de la fotografía, donde veremos que además de los 4:3, 1:1 y 16:9 está la opción de 64 megapíxeles (no entendemos muy bien por qué ahí).

De igual manera, en las opciones de vídeo se mezclan resoluciones con proporciones (tanto en la interfaz de grabación como en los ajustes). Aquí vemos el acceso directo a la superestabilización, aunque no deja demasiado claro en qué resolución actúa dado que aparece desactivado con 4K pero no con 8K (y graba únicamente en 1080p).

En cuanto a los ajustes, ya hemos comentado algo con respecto al HDR y las resoluciones. Aquí veremos que podemos añadir un filtro de temperatura a todas las autofotos y activar opciones como la estabilización de vídeo o el audio zoom. Y en el apartado de opciones de guardado podremos activar el RAW y la corrección de distorsión para el gran angular.

Veremos que el modo de enfoque dinámico (retrato) sigue siendo automático y que actúa independientemente de qué fotografiemos. El modo noche también es el que lleva el timón, pero hay una pequeña evolución como ya vimos en el S20 Ultra en relación a que hay largas exposiciones de hasta 10 segundos.

Como vemos la app es completa y ninguna de las partes de hardware queda desatendida, pero podría ser algo más intuitiva y clara. También sigue teniendo algo de lag, y aunque en general sea estable es algo que ocurre desde hace tiempo y podría mejorarse.

Cámaras traseras

El procesado de Samsung suele darnos fotos con un toque extra de saturación que este S20+ no deja de lado, aunque la gran mayoría de veces siempre dentro de cierto realismo y sin estridencias. El toque además puede gustar en fotografía de paisajes o de exteriores con fondos despejados, teniendo buen rango dinámico tanto con el HDR activado o no, aunque muchas veces esa sobresaturación juega en nuestra contra (luz muy abundante o todo lo contrario, penumbras con colores vivos).

Fotografía en automático.
Fotografía en automático (luz media-baja, exteriores).

Veremos que el detalle sigue siendo la asignatura pendiente para obtener resultados sobresalientes, aunque veremos que el objetivo angular hace un trabajo decente a este nivel y también ese zoom híbrido con escenas favorables. Con buena luminación, se nota que hay OIS y se obtienen buenas fotos.

Fotografía a 3x.

En cuanto a este telefoto y el trabajo del zoom por recortes, vemos un resultado que no destaca claramente con otras propuestas y zoom puramente ópticos, pero salvo de noche y en situaciones complicadas nos da un buen resultado sobre todo hasta 3x. A partir de 4x vemos que la pérdida es más notable, y los zoom desde 10 hasta 30x, como suele ocurrir, nos sirven más para “cotillear” que para lograr disparos aprovechables.

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El gran angular con luz abundante guarda bastante coherencia con la lente estándar, según qué situación incluso sin cambios en la exposición. Sin embargo, sigue siendo pobre en nitidez de manera llamativa con respecto al angular cuando la luz escasea (atardeceres, de noche, etc.) y la curvatura es bastante exagerada incluso con la corrección activada.

Fotografía con el ultra gran angular.

Lo que vemos es que el balance de blancos y la colorimetría normalmente se mantienen entre las tres lentes, sin ver que haya grandes cambios más allá del detalle que logran sacar cada una y a nivel de exposición y distorsión (en el caso del gran angular). Que veamos un balance de blancos más irreal depende más de la situación que de la lente, al menos en fotografía.

Hablando de los 64 megapíxeles, como hemos dicho se trata de disparar con el sensor del tele aunque sea a 1x. Eso sí, aunque nos dé fotos más grandes no vemos que en detalle compense, examinando recortes.

Además, con esta resolución hay más problemas para enfocar. Si queremos una macro con a 64 megapíxeles tendremos que poner modo Pro y enfocar manualmente, sobre todo si buscamos apurar.

Tendremos que tenerlo en cuenta también de noche. Estamos disparando con el teleobjetivo y normalmente obtendremos fotos algo menos expuestas, y al final la fotografía es menos nítida.

Hablando de las fotografías nocturnas, el resultado es bastante correcto. Se conserva el buen rango dinámico y la colorimetría es acertada, sin abusar de la ISO y conteniendo bastante bien el ruido.

El modo noche suele definir algo más las fotos. Normalmente rebaja la ISO que se programa con los modos automáticos y ajusta el tiempo de exposición automáticamente según el escenario, por tanto podemos hablar digamos de un modo noche de los avanzados (con la opción, aunque no manual, de larga exposición).

Es un disparo más lento y lo tendremos que tener en cuenta a la hora de mantener un poco más el encuadre, pero desde luego compensa sobre todo hablando del gran angular. Es una cámara que como hemos visto normalmente queda por detrás de las otras en cuanto a detalle, y esto ocurre de manera más notable de noche. De ahí que en este caso el modo noche siempre será más favorable en dicha situación.

Hablando de las otras lentes en este modo noche, veremos que en general el detalle es algo mayor y se esquivan las acuarelas que pueden detectarse en el recorte cuando hay poca luz. Aunque también es posible que aparezcan contornos forzados (como cuando usamos la herramienta “Enfocar más” en Photoshop, que no suele favorecer por exagerada), si bien esto ocurre cuando la luz es muy baja.

Es por ello que sea tan positivo que el modo noche no quede relegado a la lente estándar; normalmente nos ayudará a sacar mejores fotografías. Cierto es que el balance de blancos es algo más cálido, pero es algo que podemos editar y no queda nada postizo o irreal, sino todo lo contrario.

Únicamente lo desaconsejamos si la escena tiene luz abundante con la lente principal. En este caso, aunque sea de noche si hay suficiente iluminación natural el modo noche da una fotografía sobreexpuesta y con exacerbación de contornos, con lo cual a veces no es demasiado realista.

Hablando del modo de enfoque dinámico, normalmente detecta rápido el ítem principal y el modo no pone mucho problema para activarse. El recorte suele ser también correcto y aunque parece que el ToF trabaja bastante bien, el desenfoque aún es algo artificial (aunque podemos rebajarlo).

Enfoque dinámico (automático).

Frontal

Las fotografías con la cámara frontal tienen normalmente un toque cálido que no se corresponde siempre con la realidad, aunque podremos ajustar el balance de blancos con una edición sencilla a posteriori. El nivel de detalle es correcto cuando hablamos de luz abundante y favorable.

De noche la calidad pierde bastante, con fotos más cercanas a un óleo sobre todo si tiramos del modo retrato. Siempre son disparos con más procesado y más faena para el sistema, y suele pasar factura (en este caso con ruido, desenfoque y trepidación si no somos pacientes y el ambiente es complicado).

El modo de enfoque dinámico tira enteramente de software y se nota que no hay ToF: el resultado dista mucho de ser realista, con un bokeh plano y un recorte que tiene bastante margen de mejora. Pero al menos se preserva el detalle, siempre y cuando desactivemos el modo belleza (muy, muy agresivo con ese “efecto piel de porcelana”).

Vídeo

Ya hemos dicho que la app podría dejar más claras las características de la grabación y prueba de ello es que en muchas ocasiones no sabemos muy bien a qué resolución se está haciendo una toma si activamos algún modo (se me oye comentarlo en algunos vídeos). Veremos además tres aspectos clave: el sonido, la estabilización y la discordancia con los resultados en fotografía.

Llama la atención que en escenarios en abierto y con luz abundante vemos una clara sobreexposición que hace que salgan tomas quemadas. Eso sí, sobre todo ha ocurrido cuando de manera automática ha empezado a grabar con el gran angular (cuando no era ésta la lente seleccionada).

Lo que sí vemos es más definición en las tomas a 8K, aunque el resultado en 4K no está nada mal (y si nos preocupa el espacio ocupado por el vídeo puede ser mejor opción). La estabilización de serie no está mal, aunque no llega a tener la suavidad de la superestabilización.

Lo que notamos es que hay muy buen trabajo con la captura de audio (salvo si por accidente tapamos el micro, que nos ha pasado algunas veces). El efecto del audio zoom es muy chulo y funciona muy bien, como ya vimos en la función homónima del Huawei P40 Pro.

De noche la calidad desciende bastante, aunque lo notaremos mucho más en la cámara frontal. Ahí las tomas son casi insalvables si estamos con luz baja, independientemente de si elegimos 4K o FullHD.

De día, la grabación de la cámara frontal es muy correcta. El balance de blancos es demasiado cálido y el HDR podrá jugar malas pasadas con la exageración de contornos en el primer plano, pero por lo demás son bastante aceptables.

El efecto del vídeo dinámico (el bokeh por software) funciona algo peor que en el S20 Ultra (cuando el ToF es el mismo y el software también), pero sigue siendo bastante eficaz a la hora de diferenciar el sujeto principal del fondo y aplicar el desenfoque.

Autonomía: una batería media, en todos los sentidos

El Galaxy S20+ es el hermano del medio también batería, quedando con una pila de 4.500 mAh entre los 4.000 mAh del S20 y los 5.000 mAh del S20 Plus Ultra. Aunque lo que va a determinar su rendimiento será sobre todo la configuración de pantalla que elijamos, además claro del uso.

Alternando ciclos con QHD+/60 Hz y FHD+/90 Hz, la media que nos da es de 23 horas de autonomía. Una cifra que no es brillante y sí claramente superable, pero que aún así es mejor que la de sus dos hermanos.

En los ciclos que más duración hemos visto es en los que nos quedábamos con resolución QHD+ y tasa de refresco de 60 Hz, llegando a las 28 horas incluso con tema claro. A colación de esto, hay aspectos que pueden favorecer un ahorro energético como desactivar la pantalla ambiente o Always On y optar por el modo oscuro (en menor modo).

En el test de batería de PC Mark puede verse más claramente la diferencia entre una configuración y otra. A 120 Hz dura en torno a las 10 horas, en cambio a 60 Hz se sacan unas horas más (unas 14 horas).

Test de autonomía con tasa de refresco de 60 hercios.
Test de autonomía con tasa de refresco de 120 hercios.

Hablando de la carga rápida, en este caso se incluye un adaptador de 25W. Con él logramos una carga completa en aproximadamente una hora y diez minutos, con algo más del 60% en la primera media hora de carga.

Sonido: nos gusta que nos sigan "malacostumbrando" con el estéreo

En el apartado de sonido Samsung tiene buenas noticias para unos y quizás no tan buenas para otros. El estéreo en los auriculares se mantiene también en el hermano del medio, pero también la falta de minijack de 3,5 milímetros (con más lógica si cabe al ser más delgado).

Samsung suele cuidar este aspecto al menos en sus gamas alta y el S20+ nos da una buena experiencia de audición en general. Sí que es verdad que quizás por su relativa delgadez en su trasera se nota mucho la vibración que produce la emisión del sonido, pero no afecta a la calidad de emisión (es una sensación al tacto).

El volumen máximo que hemos detectado es de 100 decibelios, quedando así en unos 80 dB ambientales. Aunque de ese modo sí se compromete la calidad y es mejor dejarlo en torno al 70% (unos 68 dB, que como centro multimedia personal es más que suficiente).

El rango dinámico es aceptable, si bien lo que sí que conviene (si controlamos y nos gusta afinar el desempeño) es tirar de ecualización, que como veremos está disponible tanto para auriculares como para altavoces.

También lo está el Dolby Atmos, que en altavoces dará un plus de potencia que no encontramos demasiado favorable al causar algo de deformación y empobrecer la calidad (aunque dando más profundidad). Si lo activamos será mejor que dejemos el volumen como mucho al 50%.

Hablando de los auriculares, cabe decir que aunque no haya minijack se entregan unos auriculares in-ear USB tipo C que pueden solucionarlos la papeleta si no tenemos inalámbricos y/o los preferimos así. De hecho, dan un sonido de calidad, percibiendo un audio con buen rango dinámico y bastante más matiz que por auriculares.

Podemos ajustar de varias maneras el audio como hemos dicho, habiendo alguna opción más si usamos auriculares. Al Dolby Atmos (que en este caso sienta bastante mejor) se suma el optimizador UHQ, que ofrece mejora de bits con opción al ancho de banda, notándose poco pero en nuestro caso prefiriendo la primera opción.

Interesante también poder adaptar el audio a nuestra audición, con el habitual test de pitidos a distintas frecuencias o bien elegir uno de los perfiles según edad. La verdad es que hay bastantes opciones e independientemente del tipo de auriculares podemos lograr ajustarlo bastante a nuestro gusto.

Samsung Galaxy S20+, la opinión de Xataka

El hecho de que sea el hermano intermedio puede darnos la idea de que probablemente sea la opción intermedia de los Galaxy S20, la que nos pueda interesar si no buscamos ni lo más completo ni lo más básico dentro de la gama alta de Samsung. Pero al final, y tras haber analizado los tres, vemos que no es tanto así.

La experiencia es muy similar a la que se tiene con el Galaxy S20, siendo este algo mayor en volumen al albergar una pantalla de mayor diagonal y una batería de más capacidad. Al final la diferencia quizás más notable está en la autonomía, pero no parece que tanto como para seducir claramente por encima de un tamaño más contenido o tener “lo más de lo más” de Samsung.

Desde luego, cumple los mínimos esperados en un tope de gama de 2020 y para quienes buscamos soluciones lo más compactas, versátiles y potentes posibles sin salirnos de la gama alta es un candidato. A competir claramente en esa esfera de precios rondando los 900 o 1.000 euros en la que parecen haberse colocado casi todos los buques insignia como por obligación, eso sí.

9.2

Diseño9,5
Pantalla9,5
Rendimiento9,5
Cámara9,25
Software8,75
Autonomía8,75

A favor

  • Sin ser un móvil estrictamente pequeño, es compacto y muy cómodo con respecto a otros móviles con pantalla de diagonal aproximada.
  • Una lástima que no podamos usarlo a máxima resolución con los 120 Hz, pero esta tasa de refresco le sienta realmente bien a la experiencia de uso.
  • Sonido de calidad (y los auriculares que entregan están muy bien).

En contra

  • La app de cámara podría mejorar bastante para acompañar mejor al hardware.
  • La batería no es brillante ni un desastre, pero queda justa.
  • One UI sigue dando la sensación de tener mucho por pulir.

Samsung Galaxy S20+ - Smartphone 6.7" Dynamic AMOLED (8GB RAM, 128GB ROM , cuádruple cámara trasera 64MP, Octa-core Exynos 990, 4500mAh batería, carga ultra rápida), Cosmic Gray [Versión española]

El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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