Adiós a las cicatrices: Antibióticos para curar la apendicitis en lugar de cirugía

Aunque parece propio de una película de Tarantino, en muchos libros de historia de la medicina se describe cómo las expediciones sanitarias llegaban a los pueblos, ponían a los niños en fila y les iban extrayendo las amígdalas con una cucharilla. Durante décadas, 'quitar las anginas' preventivamente fue una práctica muy habitual para evitar infecciones, resfriados y neumonías. Hasta que se descubrió que ese tejido aparentemente inservible era muy importante para el sistema inmune.

Algo así está pasando también con el apéndice. Poco a poco, vamos reconociendo que no es una antigualla evolutiva sin utilidad y, en consecuencia, estamos intentando curar las apendicitis sin tener que entrar en quirófano. No es algo sencillo, pero lo estamos consiguiendo.

Adiós al bisturí; Hola a los antibióticos

Según las estadísticas, la apendicitis afectará a 1 de cada 13 personas en algún momento de su vida. Frente a ella, el tratamiento más habitual es la apendicectomía, es decir, la cirugía para extirpar el apéndice inflamado.

Pero como os contábamos hace unos meses, cada vez más el consenso científico apunta a que el apéndice, al ser una región anatómica relativamente separada del resto del sistema digestivo, actúa como una "copia de seguridad" de nuestras bacterias intestinales. Y, en este sentido, los estudios coinciden en que es mejor tenerlo que no tenerlo.

Por eso, poco a poco, los esfuerzos empiezan a concentrarse en la idea de tratar la apendicitis de forma no invasiva. En adultos, el tratamiento farmacológico ya lleva algún tiempo en marcha con buenos resultados. Pero en niños, donde la apendicectomía es la cirugía de emergencia más común, aún no está recomendado.

Los niños y las apendicitis

Con la idea de comprobar si en pacientes pediátricos el tratamiento antibiótico es útil, se acaba de publicar un metanálisis con diez estudios realizados durante la última década y los resultados son muy interesantes.

En total, los estudios incluyen a 776 niños de los cuales 413 fueron tratados de su apendicitis aguda no perforada solo con antibióticos. Los resultados indican que el tratamiento no quirúrgico fue un éxito en el 97% de los niños.

Los estudios controlaron durante periodos de entre seis meses y cuatro años a los pacientes y en el 82% de los casos la apendicitis no volvió. Sin embargo, hubo un 14% de los casos que finalmente tuvieron que someterse a la operación. Aunque, al no estar ya dentro del estudio, no sabemos si habrían remitido también con tratamiento antibiótico o no.

¿Jubilaremos a las apendicectomías?

Esa es la intención. O, si no jubilarlas (porque seguirán siendo el tratamiento de las apendicitis perforadas o sépticas), sí reducirlas a su mínima expresión. Y no por capricho. Toda operación es un riesgo y, aunque las apendicectomías han mejorado muchísimo en las últimas décadas, lo ideal sería no tener que hacerlas. Más si tenemos en cuenta nuestras sospechas sobre el papel inmunológico (y garante de la función gastrointestinal) que tenemos últimamente.

No obstante, estamos empezando en esta línea de tratamientos y se necesita muchísima investigación. Los diez estudios de este metanálisis están bien a nivel prospectivo. Pero necesitamos nuevos estudios aleatorizados y comparativos para saber si ésta nueva línea de trabajo tiene futuro real.

Imágenes | Martin Cathrae

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