Si los huesos fueran transparentes, veríamos que llevan sangre: descubren una nueva red circulatoria que atraviesa los huesos

Hace ocho, años un inmunólogo de la Universidad Duisburg-Essen tuvo una idea. Matthias Gunzer decidió teñir algunos glóbulos blancos de colores para estudiar su movimiento en la pata de un ratón gracias a la fluorescencia. Para su sorpresa, las células parecían atravesar huesos sólidos. Eso no podía ser. ¿Qué estaba pasando?

Lo que ocurría era la respuesta a una de las grandes preguntas que se había hecho la inmunología durante años: todos sabíamos que las células inmunitarias se originan en la médula ósea , ¿pero cómo salen de ahí?

¿Un misterio? ¡Qué va ser eso un misterio! Tradicionalmente sabíamos que existen vasos o canales en los extremos de los huesos (y puede que en las zonas medias) por donde "se vierten" las células que se crean en la médula al torrente sanguíneo. Pero no entendíamos muy bien cómo era posible que las respuestas inmunitarias fueran tan rápidas si eso era así. Logísticamente, quiero decir.

Me explico, por mucho que forzáramos las estimaciones, el punch necesario de glóbulos blancos siempre estaba ahí antes de que el sistema circulatorio pudiera entregarlo. No estaba claro cómo era posible que la respuesta inmunitaria fuera tan rápida, había algún mecanismo que se nos escapaban.

Huesos transparentes Para encontrar una explicación, Gunzer utilizó diversos productos químicos para hacer transparente un hueso de ratón y, al hacerlo, vio minúsculos vasos atravesando todo el hueso conectando toda la superficie con la médula. Él y su equipo no pensaron que estuvieran viendo nada nuevo. Estaban convencido de que alguien debía haber descrito esos vasos transcorticales previamente.

Pero no. Es cierto que el hueso vivo tiene una especie de hemorragia puntual, pero nadie había descrito este sistema de vasos transcorticales. El motivo, aparentemente, es que cuando el equipo de Gunzer estudió huesos humanos descubrió que la 'vascularización' de estos era menor que en los roedores. Habían pasado desapercibidos, pese a que los cálculos iniciales apuntan a que se trata de una de las mayores fuentes de suministro de sangre.

¿Para qué sirve? Además de para reescribir un buen número de libros de fisiología ósea, el descubrimiento de esta red vascular transcortical puede darnos claves muy interesantes sobre el funcionamiento del sistema inmunitario y puede ayudarnos a comprender enfermedades como la osteoporosis.

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