Pronosticando la llegada de una nueva era de computación acelerada, Nvidia anunció la llegada de la plataforma Blackwell, que promete impulsar la IA generativa en tiempo real en modelos masivos de billones de parámetros, al tiempo que reduce el consumo y el costo de energía unas 25 veces en comparación con su predecesor.
En su núcleo se encuentra el que Nvidia dice es el chip más potente del mundo, que cuenta con un proceso de fabricación personalizado y la medio pendejada de 208 mil millones de transistores.
Se trata del B200, que promete ofrecer hasta 18 petaFLOPS de rendimiento en una configuración HGX o DGX refrigerada por aire. Aquellos clientes empresariales que deseen obtener un plus, podrán hacerlo si equipan a sus centros de datos con refrigeración líquida, para alcanzar los 20 petaFLOPS de rendimiento.
GB200: el 'superchip'
Pero Nvidia no se detiene en el chip en sí. El superchip GB200 Grace Blackwell ocupa un lugar central, combinando CPU y GPU para una potencia de procesamiento sin precedentes.
Como combina una CPU Grace de 72 núcleos con dos GPU B200, este superchip alcanzar un rendimiento teórico máximo de 40 petaFLOPS en operaciones FP4 y elevar la cantidad de memoria HBM3e hasta los 384 GB. La esencia de este concepto se sostiene gracias al sistema de interconexión de alta velocidad NVLink-C2C.
El impacto de Blackwell va mucho más allá de las especificaciones técnicas. Los principales gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Microsoft, Meta y Tesla ya se han comprometido a incorporar esta arquitectura en sus arsenales de IA.
Además, líderes de la industria como Cisco, Dell y Hewlett Packard Enterprise están desarrollando una amplia gama de servidores diseñados específicamente para aprovechar el poder de Blackwell.
Esta adopción generalizada significa que la nueva arquitectura tiene el potencial de revolucionar industrias que van desde la atención médica y las finanzas hasta la ingeniería y la fabricación.
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