Por mucho tiempo, asistir a un concierto multitudinario ha implicado tener que asumir un hecho casi inevitable, que es que el celular se quede sin señal justo al ingreso del escenario. Algo que normalmente impide compartir momentos del evento en tus redes, coordinar el regreso a casa o simplemente hacer una llamada.
No obstante, durante 2025 el Vive Claro Distrito Cultural cambió esa lógica. Esto se debe a que este nuevo escenario no solo concentró a algunos de los artistas más grandes del año, sino que se convirtió en una prueba real de cómo la infraestructura digital puede sostener experiencias masivas sin colapsar.
A lo largo de siete conciertos, el movimiento de datos superó los 30 terabytes, una cifra que confirma que los eventos en vivo ya no se entienden solo desde el sonido y la iluminación, sino también desde la conectividad.
Cuando la música se convierte en datos
Cada concierto celebrado en Vive Claro puso a circular un volumen de información comparable al consumo diario de una ciudad intermedia.
Entre videos grabados desde la gradería, transmisiones en tiempo real, mensajes, llamadas y solicitudes de transporte, la red tuvo que responder a comportamientos digitales intensivos y simultáneos.
En total, los asistentes generaron el equivalente a más de 10.000 horas de video en alta definición reproducidas sin pausa o a millones de fotografías subidas desde un mismo punto geográfico. Pero más allá del acumulado, lo revelador está en cómo se comportó la red concierto por concierto.
El consumo de datos por conciertos
El comportamiento no fue homogéneo. Algunos conciertos concentraron picos de consumo más altos, ya fuera por la cantidad de asistentes o por el tipo de público.
El show de Green Day encabezó el consumo anual con 5,5 terabytes de datos, impulsado por una audiencia que mantuvo una actividad constante en redes sociales y plataformas de mensajería.
Blessd siguió muy de cerca con 4,9 terabytes, una cifra que refleja un patrón de uso intensivo en video corto y transmisión en tiempo real. Shakira, con un aforo cercano a las 50.000 personas, generó 4,1 terabytes, además de marcar el mayor volumen de llamadas del año, con más de 34.000 minutos de voz cursados durante su presentación.
En términos prácticos, solo el concierto de Shakira movió datos equivalentes a más de 1.300 horas de video en HD y cerca de 820.000 fotos compartidas. En el caso de Blessd, el tráfico fue comparable a reproducir música de forma continua durante más de seis años sin interrupción.
Miles de personas conectadas en el mismo segundo
Uno de los mayores retos técnicos no fue la cantidad total de datos, sino la simultaneidad. En varios conciertos, la red tuvo que sostener picos de hasta 18.000 usuarios conectados en 4G y más de 8.000 en 5G al mismo tiempo, todos dentro de un mismo recinto y durante ventanas de alta demanda.
Imagine Dragons marcó uno de los registros más exigentes en este sentido, con más de 16.700 conexiones simultáneas en 4G, mientras que Guns N’ Roses lideró el uso de 5G con más de 6.200 dispositivos conectados de manera concurrente.
Estos números son especialmente relevantes porque la congestión suele aparecer cuando miles de equipos intentan subir contenido de forma paralela, una de las operaciones más demandantes para cualquier red móvil.
Un escenario pensado desde la red hacia el público
La diferencia de Vive Claro frente a otros recintos no está en una antena visible ni en un anuncio sobre conectividad, sino en cómo se construyó su red desde el subsuelo hacia arriba.
El despliegue de más de 12 kilómetros de fibra óptica permite que el flujo de datos viaje con menor latencia y mayor capacidad, conectando estaciones base distribuidas estratégicamente en el recinto.
A esto se suma la presencia de múltiples puntos de acceso a Internet fijo, tanto inalámbrico como cableado, ubicados en zonas críticas como graderías, tarima, camerinos y áreas operativas. Esta arquitectura evita que todo el tráfico dependa de un único punto y reparte la carga de manera más eficiente, reduciendo los cuellos de botella que suelen aparecer en eventos masivos.
La integración de redes 4G y 5G también cumple un papel clave. Mientras la red 4G absorbe buena parte de las conexiones tradicionales, la 5G permite manejar picos de demanda con mayor eficiencia, especialmente en la subida de contenido, que es uno de los mayores retos durante los conciertos.
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