El centro de Bogotá se prepara para convertirse nuevamente en un epicentro musical. La edición 2026 del Festival Centro llegará del 29 de enero al 1 de febrero, un encuentro que reunirá la diversidad cultural y sonora del país a través de una programación que se expande, se multiplica y se transforma con cada edición.
Esta vez serán 49 artistas, 10 escenarios y una curaduría que reúne tradición, vanguardia y exploración, en un recorrido que dialoga con las múltiples identidades del país.
Presentado por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), el Festival Centro se consolida como un territorio musical que cruza generaciones, géneros y disciplinas.
Un cartel que recorre la historia sonora del país
(FUGA)
La edición 2026 presenta una selección que conecta referentes del folclor con proyectos contemporáneos del pop, la electrónica, el hip hop, la experimentación y la música para las infancias.
La figura central será Nicoyembe, homenajeado del festival y una voz esencial de la música afrocolombiana. Su obra, construida a lo largo de más de cinco décadas, traza un mapa sonoro en el que conviven la gaita caribe, la marimba del Pacífico, la chirimía y una tradición vocal que ha acompañado procesos comunitarios y territoriales.
Su participación no solo enmarca el carácter histórico del festival, sino que funciona como punto de encuentro entre creadores de distintas regiones, generaciones y búsquedas musicales.
A su lado estarán figuras emblemáticas como Lucía Pulido, que presentará De Raíz Colombia–México, un proyecto que aborda el folclor desde el diálogo entre tradiciones, geografías y estéticas. También destacan The Latin Brothers, herederos de un sonido que continúa impulsando nuevas audiencias dentro y fuera del país.
La curaduría se amplía con propuestas que han mantenido vivo el espíritu experimental del festival. Desde Medellín llega Parlantes, una banda que ha transitado dos décadas de exploración entre el rock, el punk, el jazz, la salsa y la poesía urbana; y desde el Caribe rural aparece Anónimas & Resilientes, un colectivo de cantadoras mayores que reivindica el bullerengue como memoria viva y práctica intergeneracional.
Una ciudad transformada en escenario
(FUGA)
El Festival Centro 2026 conectará diez escenarios que entrelazan el corazón histórico de Bogotá con instituciones culturales, teatros independientes y universidades.
Espacios como el Muelle de la FUGA, La Media Torta, el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y La Milla del Bronx Distrito Creativo funcionarán como ejes principales, mientras que lugares como el Teatro El Dorado, Teatro Crisanto Luque (ECCI), Casa Magola, La K-Zona, Teatro Lourdes y el Auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes ampliarán el circuito hacia nuevos barrios y comunidades.
La propuesta territorial del festival busca que el público viva la música desde múltiples perspectivas: desde escenarios icónicos hasta espacios emergentes vinculados al tejido cultural del centro. El recorrido sonoro también articula distintos horarios, formatos y públicos para ofrecer una experiencia que se siente más como un viaje que como una programación tradicional.
Nuevas voces: la expansión del sonido colombiano
(FUGA)
La edición 2026 también funcionará como radar para una generación que comienza a marcar tendencia dentro y fuera del país.
Entre los nombres más comentados llega Antonia Jones, una de las revelaciones recientes del pop en español, con un crecimiento acelerado que incluye presentaciones destacadas y una presencia cada vez más fuerte en escenarios y festivales nacionales.
Otro punto de atención es Combo Chimbita, un proyecto que combina cumbia, psicodelia y ritmos afrocaribeños desde una perspectiva futurista. Su propuesta, desarrollada entre Nueva York y Latinoamérica, expande la estética tropical hacia territorios de exploración electrónica.
A este camino se suma Nasa Histoires, que surgió como fenómeno en plataformas digitales gracias a su capacidad de convertir la nostalgia en una celebración colectiva.
El rock, el indie y la experimentación encuentran su espacio con Matar Fuma, un proyecto creado entre Bogotá y Nueva York; mientras que el hip hop está representado por Ruzto, quien mezcla rap, jazz, soul y finger drumming en vivo, consolidándose como uno de los perfiles más singulares de la escena urbana.
Mujeres que definen nuevos lenguajes musicales
(FUGA)
La presencia femenina confirma una tendencia creciente hacia la diversidad y la ampliación de miradas dentro de la música colombiana.
Anamaría Oramas llega como una de las voces más notables del jazz reciente, apoyada en una propuesta que combina tradición de viento e improvisación contemporánea. Su aparición en festivales de gran escala la ha convertido en referente para las nuevas generaciones de instrumentistas.
La energía migrante impulsa proyectos como Selva Volcán, que cruza R&B, pop electrónico y neo bolero desde una perspectiva íntima. A esta línea se suma Ëda Díaz, con un trabajo que desdibuja fronteras entre electrónica, poesía y ritmos tradicionales, abriendo caminos hacia nuevas audiencias internacionales.
La tradición también encuentra nuevas formas con Diana Burco, una creadora que ha llevado el vallenato a un terreno contemporáneo desde la composición y el acordeón, consolidándose como una de las voces que marcan la evolución del folclor en la última década.
Una franja familiar para experimentar la ciudad
El festival refuerza su apuesta por las infancias a través de la Franja Familiar, un espacio donde el arte, el territorio y la inclusión se unen para ofrecer experiencias sensibles y accesibles.
Proyectos como Ucumarí, el guardián de la montaña, creado por Tatiana Duplat, integran literatura, música y educación ambiental con herramientas accesibles para públicos diversos.
En paralelo, Lluvia de pequeñas ideas, de Nicolás Ospina y su hija Laia, propone un recorrido musical que celebra la curiosidad, el humor y las aventuras cotidianas de la infancia. Es un espacio diseñado para que niñas, niños y adultos vivan la música desde el juego y la creatividad compartida.
A lo largo de 17 años, el Festival Centro ha reunido a más de 572 artistas y ha convocado a más de 140.000 asistentes. Creado como un laboratorio cultural del centro de Bogotá, el evento se ha convertido en un mapa vivo de la creación musical en Colombia, conectando generaciones, géneros, escenas emergentes y proyectos que se transforman con el tiempo.
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