Durante más de 25 años, Maloka ha sido uno de los pocos espacios en Colombia donde la ciencia se puede tocar, preguntar y discutir sin solemnidad. Y ese recorrido sostenido acaba de recibir un nuevo respaldo institucional.
El Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología fue seleccionado como uno de los ganadores del Reconocimiento a Museos Colombianos, otorgado por el Museo Nacional en el marco del Programa Nacional de Estímulos 2025 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
El reconocimiento no premia una exposición puntual ni una iniciativa aislada, sino una trayectoria que ha insistido en llevar el conocimiento científico y tecnológico fuera del aula tradicional y ponerlo en diálogo con la vida cotidiana, las comunidades y los debates sociales del país.
Un museo que habla el lenguaje de su tiempo
Desde su creación, Maloka se propuso romper con la idea del museo como un espacio contemplativo. Su apuesta ha sido la experiencia interactiva como herramienta para comprender fenómenos científicos, procesos tecnológicos y retos contemporáneos, en un contexto donde el acceso al conocimiento sigue siendo desigual.
En la evaluación del jurado, el impacto territorial y la continuidad del proyecto fueron determinantes.
Paula Maldonado, una de las evaluadoras, destacó que con más de 26 años de trabajo, Maloka se ha consolidado como un referente local y regional, gracias al diseño de espacios museográficos y experiencias educativas que han contribuido de forma directa a la democratización de la ciencia y la tecnología en Colombia.
Ciencia, cultura y comunidad en un mismo espacio
Más allá de exhibiciones, Maloka ha funcionado como un punto de encuentro entre ciencia, arte y sociedad. Sus proyectos educativos, investigaciones académicas y propuestas curatoriales han abordado temas como el cuidado del ambiente, los derechos humanos, la innovación tecnológica y la construcción de paz, siempre desde una lógica de participación y diálogo.
Para María Cristina Díaz, presidenta ejecutiva de Maloka, este reconocimiento confirma una visión que se ha mantenido en el tiempo: crear experiencias significativas que integren saberes y despierten preguntas.
En sus palabras, el premio reafirma el compromiso del museo con la apropiación social del conocimiento y con nuevas formas de entender y cuidar la vida en todas sus expresiones.
Un logro colectivo construido día a día
El reconocimiento también pone el foco en un aspecto que pocas veces se visibiliza: el trabajo cotidiano que sostiene a una institución cultural.
Mediadores, educadores, personal de atención al público, equipos técnicos, administrativos y de comunicaciones han sido parte esencial de un proyecto que ha crecido con la ciudad y sus transformaciones.
Maloka no se entiende sin esa red de personas que, durante años, han hecho posible que la ciencia y la tecnología se expliquen sin barreras, con rigor pero también con cercanía. El premio, en ese sentido, reconoce una construcción colectiva más que un resultado individual.
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