La inteligencia artificial ya no es una promesa lejana dentro del sector público colombiano. Con la alianza entre la Agencia Nacional Digital (AND) y Servinformación, la adopción de tecnologías como Gemini y la infraestructura de Google Cloud empieza a tomar forma como una herramienta operativa para el Estado.
El acuerdo no gira únicamente alrededor del acceso a tecnología avanzada, sino de algo que históricamente ha sido un cuello de botella: cómo contratarla e implementarla sin que el proceso se diluya en trámites interminables.
El nuevo modelo plantea un cambio de ritmo. En lugar de procesos de licitación que pueden extenderse por meses, las entidades públicas ahora cuentan con un mecanismo contractual que les permite pasar de la idea a la ejecución en cuestión de semanas. En un ecosistema donde más de 6.100 entidades necesitan modernizar sistemas, automatizar procesos y mejorar servicios digitales, la velocidad se vuelve tan relevante como la tecnología misma.
Un atajo institucional para llegar a la nube
(Servinformación)
El corazón del convenio está en la contratación interadministrativa. A través de esta figura, las entidades del orden central y territorial pueden acceder a soluciones de nube, inteligencia artificial y analítica avanzada sin recorrer el camino tradicional de compra pública.
Esto no solo reduce tiempos, también baja la fricción técnica, ya que la AND actúa como garante del enfoque tecnológico y Servinformación como integrador especializado.
En la práctica, esto significa que herramientas como Gemini, la IA generativa de Google, dejan de estar reservadas para pruebas aisladas y pueden incorporarse en proyectos de interoperabilidad, automatización de trámites, análisis de datos ciudadanos o atención digital. La nube deja de ser solo infraestructura y se convierte en una plataforma para construir servicios públicos con mayor capacidad de respuesta.
Gemini en el Estado: de la teoría al uso real
(Google)
Uno de los elementos que más atención genera dentro de este acuerdo es el acceso directo a Gemini y a los laboratorios creativos de Google. En el contexto estatal, esto abre la puerta a casos de uso que van desde asistentes inteligentes para entidades, análisis de grandes volúmenes de información, hasta herramientas de apoyo para la toma de decisiones basadas en datos.
La diferencia frente a intentos anteriores es que ahora la adopción no depende de desarrollos desde cero ni de largos procesos de aprendizaje institucional. La lógica es más cercana a un modelo de construcción modular, donde las entidades pueden apoyarse en capacidades ya disponibles en la nube y adaptarlas a sus necesidades específicas, con acompañamiento técnico desde el inicio.
¿Cuánto cuesta llevar la nube y la IA al sector público?
(Pexels)
Hablar de precios en proyectos de nube e inteligencia artificial no es tan directo como en un dispositivo o un servicio de consumo. Google Cloud opera bajo un modelo de pago por uso, lo que significa que las entidades solo pagan por los recursos que consumen, ya sea almacenamiento, procesamiento o servicios de IA.
En Colombia, los costos de referencia de Google Cloud, convertidos a pesos, parten de valores cercanos a los 100.000 pesos mensuales para cargas pequeñas de cómputo o pruebas iniciales, y pueden escalar según el tamaño del proyecto, el volumen de datos y el nivel de uso de herramientas avanzadas como modelos generativos.
En el caso de soluciones con Gemini, el costo se integra dentro de los servicios de IA y analítica, ajustándose al consumo real y evitando inversiones iniciales altas en infraestructura propia.
Este enfoque resulta especialmente relevante para entidades públicas, ya que permite planear proyectos de forma progresiva, con presupuestos controlados y sin comprometer grandes recursos desde el inicio.
Más allá de la tecnología: el impacto en el ciudadano
(Pexels)
Aunque el acuerdo se apoya en conceptos como nube, IA y automatización, su efecto más visible no está en los centros de datos, sino en la experiencia del ciudadano.
Trámites más rápidos, plataformas que se comunican entre sí y servicios digitales que responden mejor a la demanda son algunos de los resultados que se esperan a mediano plazo.
La AND mantiene un rol clave en este punto, asegurando que la adopción tecnológica no se quede en una modernización interna, sino que tenga impacto directo en la forma en que las personas interactúan con el Estado. La interoperabilidad y la automatización dejan de ser objetivos abstractos y se traducen en menos filas, menos formularios repetidos y mayor claridad en los procesos.
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