Recientemente en Bogotá se han vuelto mucho más cotidianas las llamadas que suenan por unos segundos y se cortan sin que nadie hable al otro lado de la línea, una frecuencia que incluso ya se ha convertido en una señal de alerta para las autoridades.
La razón, es que detrás de este silencio telefónico hay una estrategia cada vez más usada por redes de fraude y extorsión, que ha sido identificada como las llamadas fantasmas.
La Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia advirtió sobre el auge de este método que, con algo tan simple como contestar, puede poner en riesgo la seguridad digital y financiera de los ciudadanos.
Cuando el silencio también es una trampa
Las llamadas fantasmas son el primer paso de un esquema más grande de fraude telefónico.
Los delincuentes realizan múltiples llamadas desde números desconocidos, muchas veces nacionales, otras internacionales, sin intención de establecer conversación. Lo único que buscan es comprobar si la línea está activa.
Si la persona responde, los criminales confirman que ese número “vive”, y lo incluyen en sus bases de datos para futuros intentos de estafa. A partir de ahí, pueden contactarse de nuevo haciéndose pasar por empleados de bancos, operadores móviles o incluso supuestos mensajeros de premios o promociones.
“Responder a una llamada fantasma puede convertir su número telefónico en un blanco para fraudes y otros delitos”, explicó César Restrepo, secretario Distrital de Seguridad. Según el funcionario, la ciudadanía debe reconocer estas señales para evitar que su información personal o financiera caiga en manos equivocadas.
De una llamada silenciosa a un intento de fraude
Una vez confirmada la validez de una línea, las redes delincuenciales inician la segunda etapa de su esquema: el contacto directo. Usan el mismo número, o uno similar, para realizar llamadas más elaboradas en las que simulan pertenecer a entidades conocidas.
Algunos intentan obtener datos personales bajo el pretexto de actualizar información bancaria o entregar supuestos beneficios; otros, más sofisticados, buscan inducir al usuario a transferencias o compras falsas.
Marco Casallas, coordinador del programa Aide (Atención Integral a la Denuncia), advirtió que este tipo de fraude se basa en el desconocimiento y en el descuido cotidiano: “Muchos creen que una llamada sin respuesta no tiene consecuencias, pero en realidad es un filtro que los delincuentes usan para saber a quién pueden contactar más adelante”.
Un enemigo invisible en la era digital
El fenómeno de las llamadas fantasmas se inscribe dentro de un contexto más amplio: la lucha contra el cibercrimen.
En Bogotá, el Plan Integral de Seguridad, Convivencia Ciudadana y Justicia (PISCCJ) ha priorizado el combate a las estructuras criminales que utilizan medios digitales y telefónicos para operar.
Las autoridades señalan que la prevención es clave. Identificar las señales, no compartir información sensible y educar a familiares, en especial a los adultos mayores, puede marcar la diferencia entre una llamada inocente y una estafa.
“Estar alerta y conocer cómo operan estos delincuentes nos permite, entre todos, cerrarle el paso a quienes esperan una mínima debilidad para vulnerar a los ciudadanos”, subrayó Restrepo.
Lo que puedes hacer si recibes una llamada fantasma
Las autoridades recomiendan mantener la calma y evitar responder números desconocidos si no se espera una comunicación. En caso de hacerlo y notar que nadie responde, se debe colgar inmediatamente y, si las llamadas son frecuentes, reportarlas a la línea 123.
Evitar respuestas afirmativas como “sí” o “de acuerdo”, y nunca entregar datos personales o financieros por teléfono, incluso si quien llama asegura representar a una institución oficial.
La Secretaría Distrital de Seguridad insiste en que la denuncia es fundamental para rastrear patrones y desarticular las redes detrás de este tipo de delitos.
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