Por primera vez en la historia de Bogotá, una estructura vial de grandes proporciones será demolida mediante implosión, pues este domingo 12 de octubre, a las 10 de la mañana, los emblemáticos puentes del cruce de la avenida de Las Américas con la calle 13 dejarán de existir tras más de cuatro décadas de servicio.
Se trata de una infraestructura conocida popularmente como El Pulpo por su diseño entrelazado clave para conectar el occidente de la capital de Colombia tanto con el sur, centro y norte de la ciudad.
No obstante con la implosión de este punto neurálgico, también marca el inicio de un importante proyecto que busca transformar y optimizar la movilidad en este congestionado punto de Bogotá.
Un adiós histórico para una conexión emblemática
(Alcaldía de Bogotá)
Durante 40 años, El Pulpo fue un punto de referencia obligado para quienes se movían entre Puente Aranda, Kennedy y Fontibón.
Sin embargo, el aumento del tráfico y las necesidades de una ciudad que hoy supera los ocho millones de habitantes convirtieron a este cruce en un cuello de botella.
La implosión, un procedimiento inédito para un puente de la ciudad, permitirá acelerar la transformación de este punto en una moderna intersección de tres niveles que articulará la avenida de Las Américas, la calle 13, la carrera 50 y la calle 6ª.
Según el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), este método reducirá hasta en un año el tiempo de demolición frente a los procesos convencionales.
Así será la implosión
(Alcaldía de Bogotá)
A las 9:30 de la mañana sonará la primera alarma. Minutos después, el estruendo controlado marcará el colapso sincronizado de los puentes en apenas 11 segundos.
El material utilizado, fue un gel industrial llamado Indugel, que permite que las estructuras se derrumben hacia su centro de gravedad sin afectar edificaciones cercanas.
Más de 7.900 metros cúbicos de concreto y asfalto se desplomarán para dar paso a una nueva etapa. Pero esos residuos no serán desechos, pues serán reutilizados para el mejoramiento de vías dentro del mismo proyecto.
Además, el procedimiento está a cargo de la empresa ATILA, con más de 25 años de experiencia en implosiones en Colombia, y cuenta con tres anillos de seguridad para garantizar el control total del evento. Vecinos y curiosos incluso pueden seguir la transmisión en vivo a través de las redes de la Alcaldía y el IDU.
Un proceso ambiental y ciudadano planeado
(Alcaldía de Bogotá)
Antes del derribo, el IDU y la Secretaría de Ambiente trasladaron 178 árboles y protegieron la fauna del sector.
En la fase completa del proyecto se reubicarán 270 árboles, pero también se sembrarán más de 700 nuevos, acompañados de zonas verdes y ciclorrutas.
Asimismo, se implementó un plan de manejo de tránsito con cierres viales y desvíos en un perímetro de hasta 150 metros, además de un esquema de atención ciudadana para reportar cualquier afectación en viviendas o comercios cercanos.
Lo que viene: una nueva intersección de tres niveles
(Alcaldía de Bogotá)
La implosión es solo el primer paso de un proyecto mayor: el Tramo 1 de la Nueva Calle 13, una megaobra que promete transformar la movilidad del suroccidente bogotano.
La futura intersección tendrá tres niveles. En el primero, una glorieta de 200 metros de diámetro conectará las principales vías del sector.
En el segundo, circulará exclusivamente el sistema TransMilenio, enlazando las troncales de Las Américas, la calle 13 y la futura Nueva 13. Y en el tercero, dos puentes de 520 metros de longitud permitirán el paso de vehículos particulares de occidente a oriente.
El rediseño también contempla tres pasos peatonales semideprimidos, dos kilómetros de ciclorruta y más de 100.000 metros cuadrados de espacio público, de los cuales casi la mitad serán zonas verdes.
Una transformación que se proyecta hacia el futuro
(Alcaldía de Bogotá)
El alcalde Carlos Fernando Galán destacó que la implosión marca “el arranque real de la nueva Calle 13”, una obra que calificó como una deuda histórica con la ciudad.
De acuerdo con el cronograma, las obras principales de esta fase avanzarán hasta 2027, con la finalización total prevista para 2030.
La Nueva Calle 13también busca mejorar la conexión entre Bogotá y Cundinamarca, reduciendo tiempos de desplazamiento y beneficiando a más de medio millón de residentes de Puente Aranda, Kennedy y Fontibón.
Ver 0 comentarios