Gaming de próxima generación: el nuevo Samsung Odyssey 3D redefine los monitores para juegos con 6K, 3D sin gafas y tracking ocular integrado

Jimmy Pepinosa

Editor

El monitor para videojuegos ha sido, durante años, una pieza clave del ecosistema gamer, pero también uno de los componentes más conservadores en cuanto a evolución conceptual, que suele centrarse en más resolución, más tasa de refresco, mejores paneles. 

El nuevo Samsung Odyssey 3D plantea algo distinto: no solo mejora cifras, sino que cambia la forma en la que se percibe la imagen en pantalla

La combinación de resolución 6K, visualización 3D sin gafas y seguimiento ocular en tiempo real abre una etapa que hasta ahora estaba reservada a prototipos y laboratorios.

Una pantalla que responde a la mirada

(Samsung)

El Odyssey 3D, modelo G90XH, es un monitor de 32 pulgadas con resolución 6K que prescinde por completo de gafas o visores para generar profundidad. El elemento central de esta experiencia es el sistema de tracking ocular integrado. 

El panel detecta la posición de los ojos del usuario y ajusta de manera dinámica la perspectiva y la profundidad de la imagen, creando capas visuales que se reorganizan a medida que el jugador se mueve frente a la pantalla.

El resultado no es una imagen fija en tres dimensiones, sino una escena que responde en tiempo real al punto de vista. En juegos compatibles, esta tecnología permite distinguir mejor la separación entre objetos, la distancia real del terreno y la posición relativa de enemigos o elementos del entorno, sin romper la continuidad del juego ni exigir accesorios externos.

6K, altas tasas de refresco y control del movimiento

(Samsung)

La resolución 6K del Odyssey 3D no se limita a ofrecer mayor nitidez. Con 6.144 por 3.456 píxeles, el monitor gestiona grandes volúmenes de información visual, algo clave cuando se combina con tasas de refresco elevadas. 

El panel funciona a 165 Hz de forma nativa y puede alcanzar los 330 Hz mediante el sistema Dual Mode, que ajusta resolución y velocidad según el tipo de contenido.

Esta flexibilidad busca resolver una tensión clásica del gaming en PC: priorizar definición o fluidez. En escenas complejas o juegos competitivos, el monitor puede sacrificar resolución para maximizar la velocidad de respuesta, manteniendo un tiempo de 1 ms GtG que reduce el desenfoque de movimiento y la latencia percibida.

El papel del software y los juegos compatibles

(Samsung)

La experiencia 3D del Odyssey no depende solo del hardware. Samsung ha trabajado con estudios de desarrollo para adaptar títulos concretos a este formato. 

Juegos como Stellar Blade, The First Berserker: Khazan o Lies of P: Overture incorporan efectos tridimensionales optimizados que aprovechan el sistema de seguimiento ocular.

Además, el monitor incluye funciones de conversión de contenido 2D a 3D, pensadas para ampliar el catálogo utilizable más allá de los títulos desarrollados específicamente para esta tecnología. Aunque esta conversión no sustituye al diseño nativo, sí permite experimentar profundidad adicional en juegos y contenidos convencionales.

Un ecosistema que va más allá del 3D

(Samsung)

El Odyssey 3D no llega solo. Forma parte de una familia que apunta a distintos perfiles de jugador. El Odyssey G6 introduce una tasa de refresco que alcanza los 1.040 Hz mediante Dual Mode, una cifra que busca responder a las exigencias del gaming competitivo, donde cada milisegundo cuenta. 

En el otro extremo, la línea Odyssey G8 explora resoluciones 6K, 5K y tecnología QD-OLED, combinando alta definición, contraste y velocidades elevadas.

Esta estrategia muestra que el foco no está únicamente en el espectáculo visual, sino en ofrecer opciones según el tipo de experiencia buscada: precisión, velocidad, profundidad visual o fidelidad de imagen.

Lo que cambia a partir de aquí

(Samsung)

El Odyssey 3D no solo introduce una novedad técnica. Plantea una pregunta relevante para el futuro del gaming en escritorio: si la inmersión tridimensional puede lograrse sin cascos ni dispositivos adicionales, el monitor vuelve a ocupar un rol central como interfaz entre el jugador y el mundo virtual.

La llegada de este tipo de pantallas sugiere que la evolución del gaming no pasa exclusivamente por la realidad virtual o aumentada, sino también por reinventar el formato tradicional. Con el Odyssey 3D, el monitor deja de ser un simple plano de visualización y empieza a comportarse como un sistema activo que interpreta la presencia del usuario.

La presentación oficial en CES 2026 permitirá ver esta propuesta en funcionamiento. Más allá de cifras y especificaciones, será ahí donde se confirme si esta forma de entender el monitor marca un punto de inflexión o el inicio de una nueva categoría dentro del gaming de alto nivel.

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