“Hemos cometido un terrible error”: las pantallas son responsables de la caída del nivel académico de los niños, según el gobierno sueco

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Las nuevas tecnologías están ocupando cada vez más espacio en nuestras vidas y empezamos a familiarizarnos con ellas desde muy pequeños. Y si en casa los niños tienden a pasar cada vez más tiempo frente a las pantallas, en el colegio también ocurre lo mismo.

Muchas escuelas utilizan tabletas o portátiles además de los libros de texto, y no son pocas las voces que abogan por su integración a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es indudable, dicen, que este tipo de apoyo ofrece muchas posibilidades, como mostrar documentales y videos, aumentar la interactividad con cuestionarios, fomentar la búsqueda de información y facilitar la comunicación entre profesores y padres.

Hasta la tradicional ‘agenda’ que servía como canal de comunicación entre padres y profesores ha sido sustituida desde hace varios años por herramientas de comunicación que permiten compartir directamente resultados escolares, horarios, resumen de ausencias, y mucho más.

Sin embargo, a pesar de estas ventajas, también hay que considerar las desventajas. Las pantallas pueden distraer a los estudiantes, especialmente si ya tienen dificultades de atención. Además, según un estudio internacional, leer en una pantalla retroiluminada cansa más los ojos que leer en papel. También hay indicios de que podría alterar la memoria y hacer más difícil que los niños más pequeños comprendan el contenido que leen.

Por todo esto, países como Suecia creen que las pantallas son responsables del descenso del nivel educativo… y quieren reemplazarlas.

¿Libros en extinción?

Si los libros de texto escolares siguen estando muy presentes en muchos países, no es así en Suecia, donde, en los últimos quince años, han sido sustituidos progresivamente por las pantallas.

smartphones

A partir de la escuela secundaria, los estudiantes pasan mucho más tiempo frente a su PC, especialmente porque los establecimientos generalmente ofrecen computadoras portátiles o tabletas. Por tanto, deben buscar información en línea, escribir y realizar sus revisiones directamente a través de sus dispositivos. ¿Libros y bibliotecas? ¿Para qué si todo es accesible desde un smartphone?

Suecia ha llegado a ver eso como un error. Muchos padres dan cuenta de la dificultad de garantizar que sus hijos realmente estén trabajando y no viendo películas o jugando.

En 2018, en Suecia, uno de cada cinco niños de entre 5 y 8 años tenía su propio smartphone. Y si el Ministerio de Educación sueco había favorecido anteriormente un enfoque educativo “más atractivo y moderno”, ahora parece decidido a retroceder.

En algunas guarderías, los niños incluso aprenden a leer y escribir con una tableta. Aunque los estudiantes suecos todavía se encuentran en una buena posición en comprensión lectora en la Unión Europea, en general se observa una disminución en el nivel académico. Lotta Edholm, ministra de Educación, lamenta en particular la falta de pensamiento crítico y el exceso de confianza en los medios digitales.

Libros

Esto aboga en gran medida por un retorno a los buenos libros de texto de la vieja escuela. Para ello, el gobierno sueco prevé liberar 60 millones de euros este año y luego 44 millones de euros al año en 2024 y 2025 para acelerar el regreso de los libros de texto a las escuelas. El objetivo sería garantizar un libro por asignatura y por alumno.

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