El cielo tiene sus propios relojes, y algunos marcan citas que parecen pensadas para desafiar el tiempo. Una de ellas ocurrirá el 16 de julio del año 2186, cuando la sombra de la Luna cruce lentamente el norte de Sudamérica y convierta a Colombia en protagonista del eclipse solar total más largo de la historia.
Al menos así lo calculó la NASA, que estima que durará 7 minutos y 29 segundos, superando por apenas dos segundos el récord anterior, ocurrido hace más de 2.700 años, en el 743 antes de Cristo.
Pero más allá del asombro que provoca su duración, este evento representa una oportunidad única para comprender los engranajes del cosmos y su impacto en nuestro planeta.
Un fenómeno que ocurre una vez cada 12.000 años
Los registros astronómicos de la NASA abarcan eclipses desde el año 4000 antes de Cristo hasta el año 8000. En ese vasto margen de 12.000 años, ninguno iguala la duración del eclipse de 2186.
Su excepcionalidad se debe a una alineación casi perfecta: la Tierra estará en su punto más alejado del Sol (afelio), lo que hará que el disco solar se vea ligeramente más pequeño, mientras que la Luna estará en su punto más cercano a la Tierra (perigeo), permitiendo que cubra por completo la superficie solar.
Además, la trayectoria de la sombra lunar cruzará cerca del ecuador terrestre, una combinación de factores que prolongará la totalidad del eclipse más de lo habitual.
La NASA estima que la sombra recorrerá parte de Colombia, Venezuela y Guyana, convirtiendo a la región en epicentro de uno de los fenómenos más extraordinarios que podrá presenciar la humanidad.
La ciencia detrás de la predicción
Puede parecer sorprendente que la fecha y duración de un evento tan lejano puedan conocerse con tanta precisión. Sin embargo, los astrónomos han perfeccionado sus cálculos a partir de las leyes del movimiento de Newton y el conocimiento detallado de las órbitas de la Tierra y la Luna.
Mediante modelos computacionales tridimensionales, los científicos introducen las posiciones y velocidades actuales de ambos cuerpos y proyectan sus trayectorias hacia el futuro. Estas simulaciones permiten anticipar eclipses con márgenes de error menores a un minuto, incluso con siglos de distancia.
Gracias a estos cálculos, sabemos que la sombra que cruzará Colombia en 2186 será el punto máximo de un ciclo que combina física, geometría y la constante fascinación humana por el cielo.
Un laboratorio natural para la ciencia
Los eclipses solares son mucho más que espectáculos visuales. Para la NASA, representan laboratorios naturales que permiten estudiar fenómenos difíciles de observar en condiciones normales.
Durante los minutos de oscuridad total, los científicos pueden analizar la corona solar, la capa más externa del Sol, y entender cómo se transfiere el calor hacia el viento solar, un flujo de partículas que puede afectar tanto a los satélites como a las comunicaciones en la Tierra.
Pero los beneficios no se limitan al estudio del Sol. El bloqueo temporal de la luz solar permite analizar cómo responde la atmósfera terrestre, en especial la ionosfera, una región cargada de partículas que influye en las señales de radio, GPS y en el funcionamiento de cientos de satélites que orbitan nuestro planeta.
El próximo gran eclipse antes del histórico
Aunque el eclipse de 2186 está más allá de nuestra generación, el cielo tiene preparado un anticipo.
El 2 de agosto de 2027, ocurrirá el eclipse solar más largo del siglo XXI, con una duración de 6 minutos y 22 segundos.
Su trayectoria recorrerá el norte de África, Oriente Medio y parte del océano Índico, ofreciendo un adelanto de lo que será el evento de 2186. En esa ocasión, la oscuridad total se sentirá especialmente en Egipto, donde el Sol desaparecerá por más de seis minutos sobre el valle del Nilo.
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