Netflix apunta a convertirse en el nuevo gigante del entretenimiento con millonario acuerdo para adquirir Warner Bros., aunque esto “podría ser un problema” y abre preguntas sobre el futuro de HBO

Jimmy Pepinosa

Editor

La industria del entretenimiento vive uno de sus momentos más decisivos en décadas. Netflix, la plataforma que transformó la forma como consumimos series y películas, anunció un acuerdo por más de 72.000 millones de dólares para adquirir Warner Bros. Discovery, incluyendo su estudio cinematográfico y los activos de HBO

Se trata de la operación más ambiciosa que haya realizado un servicio de streaming y que podría alterar, de manera profunda, el mapa global del contenido audiovisual.

Pero aún falta la pieza más compleja del rompecabezas: la aprobación regulatoria. Y en este punto ya apareció un actor que podría inclinar la balanza. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que la unión de ambas compañías “podría ser un problema” debido al enorme tamaño del conglomerado que resultaría del acuerdo.

Un movimiento que redefine el negocio

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El pacto entre Netflix y Warner Bros. no es una simple compra de catálogo. Es una apuesta por controlar algunos de los activos más valiosos de Hollywood: un estudio con un siglo de historia, franquicias universales y uno de los servicios de televisión premium más influyentes del planeta.

Según el acuerdo, Netflix absorbería el estudio cinematográfico de Warner Bros., la histórica biblioteca de contenidos y la operación de HBO, incluyendo su plataforma HBO Max. El cierre definitivo se proyecta para finales de 2026, una vez Warner complete la separación de las áreas que no entran en la negociación (como CNN, Discovery o Eurosport).

En este momento, el trato se encuentra en fase de revisión por parte del Departamento de Justicia de EEUU y otras autoridades de competencia en Europa, que deberán determinar si la transacción viola leyes antimonopolio por concentración de mercado.

¿Qué está comprando exactamente Netflix?

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Con esta adquisición, Netflix pasaría a controlar uno de los catálogos más extensos e influyentes del mundo. Warner Bros., fundado en 1923, es responsable de clásicos como Casablanca, El Exorcista, Blade Runner o The Shining, además de franquicias modernas como Matrix, Harry Potter, El Señor de los Anillos, DC Comics y Looney Tunes.

A esto se suma la columna vertebral de HBO: series como The Sopranos, Game of Thrones, Succession, Sex and the City o True Detective, que han moldeado la televisión contemporánea. 

También incluye eventos deportivos de TNT Sports fuera de Estados Unidos y una operación cinematográfica que sigue lanzando películas en salas, una tradición que Netflix ha prometido mantener, aunque con ventanas de exhibición “más amigables con el consumidor”.

El impacto es monumental: Netflix no solo agrega propiedad intelectual; adquiere décadas de prestigio, relaciones con cineastas, infraestructura productiva y un historial que ninguna otra plataforma puede igualar.

Cómo podría cambiar el mercado del streaming

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La posible fusión entre Netflix y Warner Bros. sería el mayor movimiento de consolidación desde la compra de Fox por Disney. En un mercado saturado, la tendencia apunta a menos plataformas pero más grandes, capaces de sostener los costos de producción, licencias, infraestructura tecnológica y expansión global.

Para los usuarios, este tipo de fusiones tiene consecuencias complejas. Podrían pagar menos por un solo servicio con más contenido, o enfrentar alzas de precio ante una oferta cada vez más concentrada. 

Analistas señalan que la definición del “mercado relevante” será clave para los reguladores: si ven únicamente el streaming, Netflix se vuelve dominante; si incluyen televisión tradicional, cable e incluso YouTube, la lectura cambia.

En Hollywood, el anuncio generó preocupación, especialmente en sectores laborales que ya han enfrentado despidos, huelgas y la presión de la inteligencia artificial. Gremios como Writers Guild of America pidieron bloquear el acuerdo, argumentando que la concentración reduciría empleos, diversidad de contenido y oportunidades creativas.

HBO: un gigante que cambia de manos

(HBO)

La pregunta más recurrente tras el anuncio es cómo encajaría HBO dentro de Netflix. Su marca, uno de los sellos premium más reconocidos, podría coexistir como etiqueta independiente, similar a lo que ocurre con Marvel dentro de Disney+.

Netflix no ha detallado si fusionará ambas aplicaciones o si ofrecerá paquetes. Sin embargo, sí ha señalado que la marca HBO es “muy poderosa” y que forma parte del valor que esperan preservar.

También afirmó que mantendrá las ventanas de cine para las películas de Warner Bros., aunque adaptadas a una lógica más flexible y digital. En un contexto donde Netflix ha sido crítica con los largos periodos de exclusividad teatral, este punto genera inquietud entre exhibidores y cadenas de cine.

Trump entra en escena: un frenazo posible

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En un evento en Washington, el presidente Donald Trump advirtió que la operación podría presentar riesgos competitivos, señalando que Netflix posee “una participación de mercado muy grande” que se ampliaría con la compra. En un gesto inusual, aseguró que estará “personalmente involucrado” en la decisión y recordó la visita reciente del CEO de Netflix, Ted Sarandos, a la Casa Blanca.

Sus comentarios sugieren que el análisis técnico que suelen realizar los reguladores podría verse influenciado directamente por el poder ejecutivo, un escenario que ya genera inquietud entre expertos en competencia.
Además, la cercanía política de Trump con los propietarios de Skydance, el grupo que compitió con Netflix en la puja por Warner, añade una capa adicional de complejidad.

Si la Casa Blanca decide rechazar la compra, Netflix deberá pagar más de 5.800 millones de dólares como penalidad por ruptura del acuerdo. Si la aprueba, podría imponer condiciones que redefinirían el papel de Netflix en el mercado y la integración con HBO.

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