De trámites eternos a decisiones en tiempo real: así funciona el nuevo crédito inteligente en Colombia

Jimmy Pepinosa

Editor

Hasta hace muy poco, pedir un préstamo en Colombia implicaba recorrer un camino largo: formularios extensos, papeleo físico, días de espera y la incertidumbre de no saber si la respuesta sería positiva. 

Hoy, ese escenario comienza a cambiar. La llegada de la inteligencia artificial y la automatización a la industria financiera está redefiniendo el concepto mismo de crédito: ahora se puede decidir en segundos lo que antes tardaba días.

De acuerdo con un informe de McKinsey (2024), más del 75  por ciento de los ejecutivos bancarios en el mundo ya consideran la digitalización de los préstamos como un pilar estratégico

En el caso colombiano, la presión no solo viene de las necesidades de los consumidores, que demandan inmediatez, sino también de la competencia creciente de las Fintech y de las llamadas finanzas embebidas, que integran servicios financieros directamente en aplicaciones de sectores no bancarios.

De la digitalización al crédito inteligente

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La innovación no consiste únicamente en reemplazar un formulario en papel por uno digital. El verdadero salto está en los motores de decisión basados en datos y en inteligencia artificial, capaces de procesar información en tiempo real para evaluar la solvencia de un solicitante. 

Esto permite que los bancos y las Fintech no solo respondan más rápido, sino que amplíen el acceso al crédito hacia sectores históricamente excluidos, como trabajadores informales o jóvenes sin historial bancario.

“Estamos entrando en una etapa donde las decisiones de crédito ya no tardan días, sino segundos. La clave está en cómo los datos y la IA se convierten en un activo estratégico para dar acceso al crédito con menores niveles de riesgo”, explica Mariano Sokal, cofundador y director de uFlow, compañía especializada en automatización de crédito en América Latina.

Un impacto directo en inclusión financiera

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En Colombia, apenas el 35,5 por ciento de los adultos tiene acceso a un crédito formal. Esa cifra revela el reto de inclusión que enfrenta el sistema financiero, pero también la oportunidad que abre el crédito inteligente. 

Al integrar fuentes de información no bancarias, validar identidades de manera automática y detectar fraudes documentales con algoritmos de IA, las entidades pueden ofrecer productos diseñados a la medida de perfiles que antes quedaban por fuera del radar.

Además, la automatización se convierte en un factor de estabilidad. Según TransUnion Colombia, durante el segundo trimestre de 2025 la morosidad de 60 días o más cayó en todos los productos crediticios, con reducciones significativas en microcrédito y tarjetas de crédito. 

Parte de esta mejora responde a nuevas tecnologías que permiten identificar riesgos antes de que se materialicen y a estrategias más ágiles de cobranza.

Menos morosidad, más dinamismo económico

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El crédito inteligente no solo beneficia a los consumidores; también fortalece al sistema en su conjunto. Procesos de suscripción y desembolso más rápidos reducen costos operativos, mientras que la capacidad de anticipar riesgos disminuye la cartera vencida. 

En un entorno donde las tasas de interés fluctúan con rapidez, contar con decisiones basadas en datos en tiempo real se convierte en una ventaja competitiva para bancos y Fintech.

La automatización también impulsa el dinamismo económico: al reducir la fricción en el acceso al crédito, más personas y pequeñas empresas pueden financiar proyectos, invertir en crecimiento y estabilizar su consumo. En economías emergentes como la colombiana, este factor es clave para sostener la recuperación después de años de deterioro en la cartera crediticia.

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