La manera en que los colombianos pagan sus compras está cambiando a una velocidad sin precedentes. Así lo reveló The Global Payments Report 2025 de Worldpay, un estudio que, en su décima edición, realizó un recorrido detallado por una década de evolución en los hábitos de pago y que proyectó cómo se configurará este ecosistema hacia 2030.
El informe, evidenció que Colombia ha reducido el uso del efectivo en más del 40 por ciento en los últimos diez años.
Para 2014, el efectivo representaba el 55 por ciento del valor de las transacciones en puntos de venta (POS), mientras que para 2030 se estima que descenderá hasta el 24 por ciento, con una caída constante de aproximadamente 1 por ciento anual entre 2024 y 2030.
Esta tendencia refleja una migración sostenida hacia métodos digitales, impulsada por consumidores que buscan inmediatez, seguridad y experiencias de pago más integradas a su vida cotidiana.
Billeteras digitales impulsan esta migración

En el ámbito digital, las billeteras electrónicas han multiplicado su participación, triplicándose en los últimos años hasta representar el 34 por ciento del valor de las transacciones de comercio electrónico en Colombia, con una expectativa similar en el canal físico, donde se prevé que alcancen el 32 por ciento del valor de las operaciones en puntos de venta hacia 2030.
Un dato revelador del informe es cómo los consumidores están financiando sus billeteras digitales: el 32 por ciento lo hace mediante cuentas bancarias, el 31 por ciento usa tarjetas de débito, y el 15 por ciento todavía recurre al efectivo como fuente principal de fondos.
Lo que deja ver que, aunque el efectivo sigue presente, su papel se debilita frente a opciones digitales más ágiles y conectadas.
El comercio electrónico es otro de los grandes motores de esta transformación. Según el reporte, se proyecta que el mercado colombiano pasará de mover 16.000 millones de dólares en 2024 a 35.000 millones de dólares en 2030, lo que supone un crecimiento anual compuesto del 13 por ciento.
Este avance no solo está redefiniendo los canales de compra, sino también las herramientas de pago que los consumidores eligen.
Tarjetas de crédito pasan a un segundo plano

El impacto de este auge es particularmente notorio en la reducción del uso de las tarjetas de crédito.
En 2019, este método de pago concentraba el 43 por ciento del valor de las transacciones en línea; para 2024 esa cifra cayó al 22 por ciento y se proyecta que seguirá bajando hasta el 14 por ciento en 2030.
En el canal físico, las tarjetas de crédito parecen haber alcanzado un punto máximo: representaban el 12 por ciento del valor de las compras en 2019, subieron al 26 por ciento en 2024, pero se espera que retrocedan ligeramente al 23 por ciento para finales de la década.
Alianzas consolidan ecosistema de pagos digitales

El interés de las empresas tecnológicas y financieras por este mercado en crecimiento ha desencadenado múltiples alianzas estratégicas para ampliar el alcance de los pagos digitales.
Una muestra reciente de esta tendencia es la incorporación de Transfiya en Claro pay, la billetera digital del operador de telecomunicaciones Claro Colombia.
Esta integración permite a los usuarios realizar transferencias interbancarias inmediatas utilizando solo el número de celular del destinatario, sin costo adicional, lo que agiliza el movimiento de dinero entre distintas entidades financieras, sin importar el día ni la hora.
Transfiya, un servicio operado por ACH Colombia desde 2020, recientemente superó los 22 millones de usuarios y en 2024 procesó más de 298 millones de transferencias a través de 26 entidades financieras vinculadas.
Y la incorporación de esta solución en Claro pay permitirá que los más de 3.062.000 usuarios de la billetera móvil puedan realizar pagos y transferencias instantáneas, favoreciendo el acceso a servicios financieros digitales y ampliando las posibilidades de inclusión financiera.
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