Jimmy Pepinosa
EditorEl estreno comercial del Galaxy Z TriFold dejó una señal difícil de ignorar para la industria móvil. En Corea del Sur, el primer teléfono plegable de tres pantallas de Samsung se agotó en cuestión de minutos, pese a tratarse de un dispositivo de primera generación y con un precio que ronda los 2.500 dólares.
Las filas frente a las solo 20 tiendas seleccionadas de la marca y la rápida desaparición del inventario confirmaron que, al menos en su mercado de origen, el interés por este nuevo formato va más allá de la curiosidad tecnológica.
El fenómeno no solo habla de fidelidad de marca. También revela que existe un público dispuesto a apostar por un concepto que rompe con la idea tradicional del smartphone, incluso cuando el costo lo coloca en una categoría reservada para pocos.
Un lanzamiento que desbordó las expectativas
(Samsung)
El Galaxy Z TriFold salió a la venta en Corea del Sur a través de una veintena de tiendas físicas de Samsung. En cada una, decenas de personas esperaron desde temprano para adquirirlo.
En minutos, todas las unidades disponibles se agotaron. Samsung no ha detallado cuántos equipos conformaban el primer lote ni cuándo volverá a haber stock, aunque ya habilitó registros para notificar futuras reposiciones.
El precio local, cercano a los 3,59 millones de wones, lo convierte en uno de los teléfonos más costosos que la compañía haya puesto a la venta de forma masiva. Aun así, el resultado inicial refuerza la idea de que el mercado de plegables todavía tiene margen para explorar nuevas formas, incluso si estas apuntan a nichos muy específicos.
Tres pantallas, un solo dispositivo
(Samsung)
El Z TriFold inaugura una categoría inédita dentro de la familia Galaxy. Su diseño tipo G, con dos pliegues hacia adentro, protege la pantalla flexible principal y permite mantener una pantalla exterior completamente funcional en todo momento. Cerrado, funciona como un smartphone convencional. Desplegado en dos pasos, se transforma en una superficie de 10 pulgadas que se acerca más a una tableta que a un teléfono.
Samsung optó por un mecanismo distinto al de otros competidores que apuestan por el plegado hacia afuera. En este caso, la doble bisagra no solo busca proteger el panel interno, sino también ofrecer una apertura progresiva que mantiene la estabilidad estructural y reduce tensiones en las zonas de pliegue.
El resultado es un dispositivo que no propone estados intermedios: o se usa como teléfono compacto o como una pantalla amplia pensada para productividad y consumo de contenido.
Ingeniería al límite del formato
(Samsung)
Para sostener este diseño, Samsung replanteó buena parte de la arquitectura interna. El Galaxy Z TriFold integra dos bisagras de diferente tamaño y un sistema de riel doble que suaviza el movimiento al abrir y cerrar, al tiempo que minimiza el espacio entre paneles. La carcasa de la bisagra está fabricada en titanio, mientras que el marco combina Advanced Armor Aluminum con vidrio cerámico reforzado.
El grosor es otro de los puntos que Samsung decidió aclarar con precisión. En su punto más delgado, el dispositivo alcanza 3,9 milímetros, aunque esta medida varía ligeramente según la zona del panel. Son cifras que excluyen el módulo de cámaras y la película protectora, pero que aun así lo sitúan como uno de los plegables más delgados de su tipo.
La pantalla flexible incorpora capas diseñadas para absorber impactos y resistir múltiples pliegues diarios, una condición indispensable para un dispositivo que, por definición, está pensado para transformarse constantemente.
Una pantalla pensada para trabajar
(Samsung)
Más allá del impacto visual, el Z TriFold encuentra su razón de ser en la experiencia de uso. La pantalla principal de 10 pulgadas permite ejecutar hasta tres aplicaciones en paralelo, ajustar ventanas libremente y mantener visible una barra de tareas permanente. El entorno recuerda más al de un computador portátil que al de un teléfono tradicional.
Samsung llevó un paso más allá su visión de productividad al integrar un modo DeX independiente, que no requiere conexión a una pantalla externa.
El usuario puede crear varios espacios de trabajo simultáneos y mover contenido entre aplicaciones con gestos directos. Para quienes necesitan aún más espacio, el dispositivo también puede conectarse a monitores externos y ampliar el entorno de trabajo.
Inteligencia artificial a gran escala
(@OMG_electronics)
La llegada de Galaxy AI al formato trifold cambia la forma en que se interactúa con las herramientas basadas en inteligencia artificial. Funciones de edición y generación de imágenes se despliegan aprovechando el tamaño del panel, con comparaciones visibles en tiempo real.
Gemini Live, por su parte, interpreta voz, imágenes y contexto, permitiendo consultas continuas sin abandonar lo que se está haciendo.
Este enfoque convierte a la inteligencia artificial en un elemento transversal del dispositivo, no como una función puntual, sino como parte del flujo de trabajo diario, especialmente cuando el espacio de pantalla deja de ser una limitación.
Potencia, cámaras y concesiones
(@OMG_electronics)
En el apartado técnico, el Galaxy Z TriFold no escatima. Integra el procesador Snapdragon 8 Elite, acompañado por 16 GB de memoria RAM y opciones de almacenamiento que alcanzan el terabyte.
El sistema de cámaras está encabezado por un sensor principal de 200 megapíxeles, complementado por un ultra gran angular y un teleobjetivo con zoom óptico.
La batería de 5.600 mAh alimenta un conjunto de tres paneles OLED con tasa de refresco de 120 Hz, mientras que la certificación IP48 ofrece resistencia básica frente al polvo y al agua. No todo es continuidad: el dispositivo prescinde del soporte para S Pen, una decisión que ha generado debate entre usuarios acostumbrados a ese accesorio en la línea Fold.
Un debut que redefine el mercado plegable
(Samsung)
Que un teléfono de este precio se agote en minutos no garantiza que el Galaxy Z TriFold vaya a convertirse en un producto masivo.
Pero sí deja claro que Samsung está dispuesta a empujar los límites del diseño móvil, incluso si eso implica asumir riesgos en categorías aún no probadas.
Por ahora, el Z TriFold solo está disponible en Corea del Sur, aunque Samsung confirmó su llegada a más mercados en 2026, incluido Estados Unidos. El precio global todavía no ha sido anunciado, pero todo indica que seguirá moviéndose en el terreno del ultra premium.
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