Un rayo tractor -un haz especial de radiación electromagnética que atrae partículas hacia él en lugar de alejarlas- puede ser un concepto que relacionemos más directamente con Star Trek o un especial de Halloween de Los Simpson. Pero muy pronto, si se les cree a unos científicos australianos, podría ser una realidad... a una escala muy pequeña.
Los científicos del Centro de Excelencia para Sistemas Metaópticos Transformadores (TMOS) del Consejo de Investigación Australiano dicen que han logrado avances hacia una forma más terrestre de generar uno en la vida real.
El secreto de esta nueva tecnología es el haz de solenoide de triple hélice, un grupo de tres "hebras" de luz que forman un túnel o tubo. Se generan haciendo pasar un haz de luz normal (también conocido como haz gaussiano) a través de una metasuperficie especialmente creada, que a su vez funciona como una extrusora de pasta o una plantilla de luz. Piensen en la manera en la que una broca extrae el aserrín.
La luz transporta un impulso que puede empujar un objeto, pero también puede mover un objeto a través de fuerzas térmicas.
La fuerza de la luz
La fuerza asociada se denomina fuerza de presión de radiación o, a veces, simplemente fuerza de la luz. Las fuerzas generadas por la presión de radiación son generalmente demasiado pequeñas para ser notadas en circunstancias cotidianas; sin embargo, son importantes en algunos procesos físicos y tecnologías.
Entonces, los haces de luz tienden a ejercer una fuerza de empuje, alejando las partículas de la fuente de luz, pero los australianos han demostrado que los haces de solenoide atraen las partículas hacia la fuente de luz.
Anteriormente se han creado haces de solenoide mediante moduladores de luz especiales (SLM), pero el tamaño y el peso de estos sistemas habitualmente impiden su uso en dispositivos portátiles.
Ese es, tal vez, el cambio más importante. Eso sí, no esperes ver pronto a una nave remolcando a otra con un haz de luz.
El equipo de investigación dice que esto podría conducir a una tecnología menos invasiva que podría realizar una biopsia sin el trauma celular causado incluso por las pinzas o agujas de mano más pequeñas. El artículo del equipo aparece ahora en la revista de la American Chemical Society.
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