En abril de 2026 Internet sumará una transformación que no se veía desde hace más de una década: gobiernos, ciudades, regiones y organizaciones de todo el mundo podrán solicitar su propio dominio de nivel superior. Es decir, la palabra que aparece después del punto en una dirección web.
A partir del próximo año podrían existir dominios como .bogota, .colombia, .medellin, .cafe, .caribe, o cualquier otro concepto que represente la identidad de un territorio o una comunidad.
Aunque suena técnico, este cambio redefine cómo se organiza la red y cómo los territorios se proyectan digitalmente. Ciudades como Ámsterdam (.amsterdam), Estocolmo (.stockholm) o Tokio (.tokyo) ya lo hicieron y han aprovechado estos dominios para impulsar turismo, innovación, servicios públicos y confianza ciudadana. Colombia está a punto de tener la misma oportunidad.
Y para entender por qué es importante y qué significa, en Xataka Colombia hablamos con Rodrigo de la Parra, vicepresidente de Participación de Partes Interesadas y director general de ICANN para América Latina. ICANN es la organización global responsable de coordinar el sistema que permite que Internet funcione de manera estable y segura.
Qué es un dominio de nivel superior y por qué Internet abre un nuevo capítulo
Para entender el impacto, primero hay que comprender qué es un dominio de nivel superior (gTLD).
De la Parra lo explicó con una analogía muy sencilla, “con el tema de los bienes raíces, pero en el espacio digital. Si Internet fuera un gran territorio, los dominios de nivel superior serían las parcelas principales, los terrenos más grandes”.
Son los que aparecen al final de un sitio web: .com, .org, .net, .co, .mx. Durante muchos años solo existieron los dominios de países y unos pocos genéricos. Pero Internet creció, los nombres comenzaron a saturarse y la comunidad global de ICANN decidió expandir este espacio.
En la primera gran apertura, hace 13 años, se recibieron más de 2.000 solicitudes de nuevos dominios. Así nacieron .amsterdam, .tokyo, .catholic o .bradesco. Ahora viene una nueva ronda.
“La comunidad global de ICANN terminó de definir las reglas, diseñar la nueva guía de solicitante y establecer los mecanismos de apoyo. Por eso, la próxima ventana se abre en abril de 2026. Es el momento que permite avanzar hacia un Internet más diverso, más representativo y más seguro”, resaltó de la Parra.
Por qué esto le debería importar a una ciudad
Un gTLD no es solo un nombre bonito. Es infraestructura estratégica. La ciudad o entidad que lo administra controla completamente todo lo que se registra debajo de ese dominio.
Por ejemplo, un sitio como pagos.bogota transmite al ciudadano algo que un dominio genérico no puede: confianza, identidad y claridad. Esto ya se ve en otros países.
“.amsterdam o .stockholm se usan para ofrecer servicios públicos digitales, impulsar el turismo, fortalecer la marca de ciudad e incluso crear ecosistemas de innovación. Son herramientas para que las ciudades sean más visibles y tengan más control sobre su presencia digital”, contó de la Parra.
En Colombia, esto podría implicar:
- un dominio .bogota para servicios urbanos, turismo o programas educativos
- un .colombia para consolidar la marca país
- un .medellin para promover innovación y empresas locales
- dominios para regiones culturales como .vallenato, .cafetero o .pacifico
No se trata de marketing digital, sino de soberanía en la identidad en línea. “Cuando una ciudad tiene su propia zona de dominio, también define sus reglas, controla quién puede registrarse y establece estándares de seguridad. Eso reduce fraudes, phishing y suplantaciones”.
Identidad, reputación y seguridad
Uno de los beneficios más claros es la seguridad. De la Parra explica que muchos fraudes digitales funcionan modificando una letra en un dominio. Pero esto cambia cuando una organización controla su propio gTLD.
“Si tú tienes el dominio de alto nivel, nadie más puede registrar algo similar. Eso reduce significativamente el phishing y otros abusos del sistema de nombres de dominio”, advirtió.
Los bancos ya usan esta estrategia. Bradesco, en Brasil, opera desde .bradesco, lo que elimina la posibilidad de imitadores y mejora su reputación en línea.
El efecto secundario es igual de importante: presencia y posicionamiento. “Cuando tienes un dominio con tu marca en el nivel más alto, tus servicios aparecen antes en los buscadores. Es parte de cómo evolucionan los modelos de negocio en Internet”, sostuvo de la Parra.
Una oportunidad estratégica para Colombia
Para ICANN, América Latina todavía tiene poca participación en la capa más estratégica de Internet: solo 18 dominios genéricos de alto nivel provienen de la región. Por eso esta apertura es especialmente relevante.
Rodrigo incluso mencionó el caso de Valledupar y el interés que podría tener un dominio relacionado con el vallenato, mostrando cómo los dominios pueden reforzar identidades culturales.
“Creemos que hay oportunidades muy valiosas para que organizaciones y ciudades de nuestra región tengan más presencia en Internet. En Colombia, dominios como .bogota o .colombia pueden fortalecer la identidad digital, la reputación internacional y la confianza ciudadana”, afirmó.
La clave es que cualquier entidad puede ser solicitante: gobiernos, empresas, organizaciones sin ánimo de lucro, comunidades indígenas, universidades o instituciones culturales.
¿Y cuánto cuesta este proceso? ¿Quién puede aplicar?
Solicitar un gTLD cuesta 220.000 dólares, pero ICANN tiene un programa de apoyo que reduce esta cifra hasta en un 80 por ciento para organizaciones sin ánimo de lucro, educativas, comunitarias o de impacto social.
“Con el apoyo, la tarifa puede quedar en 40.000 dólares y además hay acompañamiento técnico durante todo el proceso”, aclaró de la Parra.
No es un gasto tecnológico; es una inversión en identidad y soberanía digital. Por eso ICANN insiste en que las organizaciones deben empezar a prepararse desde ya.
Qué deben hacer los interesados antes de abril de 2026
Las solicitudes estarán abiertas entre abril y agosto del próximo año. Pero el trabajo debe empezar mucho antes.
“Para poder estar listos en abril hay que hacer distintas gestiones: encontrar al socio tecnológico, entender la guía del solicitante, evaluar el modelo de negocio y preparar los documentos técnicos y legales”, explica el directivo.
Una vez se haga la solicitud, el proceso puede tardar entre 12 y 15 meses mientras se revisa que no existan conflictos, marcas en disputa o coincidencias geográficas. ICANN incluso media en casos en los que dos organizaciones quieran el mismo dominio.
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