Con la inflación todavía por encima del 5 por ciento y el crédito caro por las tasas de interés que rondan el 9,25 por ciento, miles de colombianos están buscando nuevas formas de fortalecer su bolsillo antes de fin de año.
Una de las opciones que más interés ha despertado en los últimos meses no viene del ahorro ni del empleo tradicional, sino del mundo digital: el e-commerce cross-border, o comercio electrónico transfronterizo.
Este modelo permite vender productos o servicios a otros países sin necesidad de abrir una empresa en el exterior. Todo se hace desde casa, con una conexión a internet y el apoyo de plataformas tecnológicas que automatizan el proceso de venta, pago y envío.
Para muchos pequeños emprendedores, freelancers o productores regionales, es una puerta abierta hacia clientes globales y mercados con mayor poder adquisitivo.
De la tienda local al escaparate global
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El principio es simple: cualquier persona o pequeña empresa puede ofrecer sus productos en línea y venderlos a otros países sin complicaciones legales o logísticas. Plataformas como Shopify, Amazon, Mercado Libre o incluso redes sociales se han convertido en vitrinas globales para creadores colombianos de moda, artesanías, cosméticos o servicios digitales.
El proceso se gestiona completamente en línea. Las plataformas de comercio electrónico permiten recibir pagos en moneda local, calcular automáticamente los costos de envío internacional y coordinar la entrega final con empresas logísticas especializadas. Todo sin trámites presenciales ni estructuras empresariales complejas.
Según datos de la Fintech Ebanx, el comercio electrónico transfronterizo ya representa el 15 por ciento de las ventas digitales del país, con un valor cercano a los 7.800 millones de dólares y un crecimiento anual del 18 por ciento. En un mercado de más de 52.000 millones de dólares, el cross-border se consolida como una tendencia en expansión y un motor para la internacionalización de pymes y emprendedores.
La tecnología detrás de las nuevas exportaciones digitales
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El auge del e-commerce transfronterizo no sería posible sin el avance de las Fintech, que han eliminado muchas de las barreras tradicionales del comercio exterior. Estas empresas tecnológicas de servicios financieros permiten recibir pagos seguros desde el extranjero, convertir divisas de forma automática y garantizar operaciones confiables entre diferentes países.
“El e-commerce cross-border seguirá creciendo a doble dígito, impulsado por usuarios jóvenes, conectados y con mayor confianza en las Fintech que facilitan pagos seguros y experiencias sin fricción”, explica Salomón Saldarriaga, CEO de Coloca Payments, una de las compañías que lidera este ecosistema en Colombia.
De esta manera, las Fintech no solo procesan pagos, sino que se convierten en aliadas estratégicas para los nuevos exportadores digitales. Con su apoyo, los negocios locales pueden cobrar en pesos, recibir dinero en dólares o reales y manejar operaciones internacionales sin intermediarios bancarios tradicionales.
Oportunidades sin fronteras
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El impacto del e-commerce cross-border va más allá de las cifras. Para las pequeñas empresas, representa la posibilidad de llegar a mercados donde sus productos tienen un valor diferencial; para los productores regionales, es una forma de exportar directamente; y para los freelancers, una manera de transformar su talento en ingresos en moneda extranjera.
Los ejemplos abundan: diseñadores que venden prendas colombianas en México, artesanos que envían piezas únicas a Chile o desarrolladores que ofrecen servicios digitales en Brasil. Todos aprovechan las ventajas de un ecosistema donde la tecnología reduce distancias y facilita la conexión entre oferta y demanda.
Sin embargo, el modelo también exige preparación. Conocer las normas aduaneras, calcular los costos de envío y garantizar métodos de pago seguros son pasos esenciales para evitar contratiempos. Las empresas logísticas y las soluciones de facturación electrónica se han convertido en aliados clave para quienes buscan consolidar sus operaciones internacionales.
Del emprendimiento local al mercado global
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Comenzar en el e-commerce transfronterizo no requiere grandes inversiones, pero sí planeación y disciplina. El reto está en identificar un producto con potencial, diseñar una estrategia digital coherente y optimizar la presencia en línea con fotografías, descripciones precisas y atención en varios idiomas.
La clave, como señala Saldarriaga, no está en vender mucho de inmediato, sino en aprender rápido, medir resultados y ajustar la estrategia sobre la marcha. “El cross-border no es magia: es disciplina, datos y aliados adecuados”, concluye.
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