En carretera con la Chery eQ7: así nos fue con este SUV eléctrico durante un recorrido en los empinados caminos del Altiplano Cundiboyacense

Jimmy Pepinosa

Editor

El auge de los vehículos eléctricos en Colombia dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad cotidiana. En 2025, el crecimiento del mercado superó con holgura el 150 por ciento interanual y las ventas acumuladas ya rebasan las 15.000 unidades. 

En ese contexto, las preguntas dejaron de girar alrededor de la novedad tecnológica y pasaron a centrarse en la experiencia real: cómo se comportan estos carros en el tráfico diario, qué tan confiables resultan en carretera y si su precio corresponde a lo que entregan cuando se les exige más allá del entorno urbano.

Con esas dudas como punto de partida, tomamos el volante del Chery eQ7 para un recorrido que no concede tregua. Salimos desde el centro de Bogotá, atravesamos el tráfico denso del norte de la ciudad, encaramos la velocidad constante de la autopista, enfrentamos las maniobras cerradas de la vía a Sopó y, finalmente, subimos por las carreteras empinadas que conducen al corazón de Guatavita

Un trayecto ideal para entender qué propone este SUV eléctrico cuando se lo saca de la ficha técnica y se lo pone a trabajar en la geografía del Altiplano Cundiboyacense.

Ficha técnica – Chery eQ7 

Chery eQ7 

Tipo de vehículo

SUV eléctrico mediano

Motor

Eléctrico, ubicado en el eje trasero

Potencia

211 hp

Torque

285 Nm

Tracción

Trasera

Batería

Fosfato de hierro y litio (LFP)

Capacidad de batería

65,5 kWh

Autonomía homologada

512 km

Modos de conducción

Eco, Standard, Sport y E-Pedal

Aceleración

Entrega progresiva

Peso

1.800 kg

Rines

19 pulgadas

Pantalla instrumental

Digital de 12,3 pulgadas

Pantalla multimedia

12,3 pulgadas

Capacidad de baúl

368 litros

Carga rápida DC

30 % a 80 % en 35 minutos

Carga AC

Aproximadamente 8 horas

Estructura

Aluminio

Un eléctrico pensado para viajar

(Xataka Colombia)

El eQ7 es el primer SUV eléctrico de Chery que trajo a Colombia y llegó al país con una propuesta clara: ofrecer una transición a la movilidad eléctrica sin romper del todo con las sensaciones conocidas de un vehículo de combustión bien ajustado. 

Sobre una estructura de aluminio y con tracción trasera, este modelo plantea cifras ambiciosas de autonomía y un enfoque de conducción que privilegia la estabilidad y la previsibilidad.

Desde el arranque, la experiencia se siente distinta. No hay botón de encendido ni ruido mecánico; basta con pisar el freno, seleccionar marcha y dejar que el silencio marque el inicio del viaje. En el contexto urbano del centro de Bogotá, esa ausencia de vibraciones reduce la fatiga y convierte los trancones en un escenario más llevadero.

Especificaciones que marcan el punto de partida

(Xataka Colombia)

El Chery eQ7 equipa un motor eléctrico ubicado en el eje trasero con 211 caballos de potencia y 285 Nm de torque, alimentado por una batería LFP de 65,5 kWh que promete hasta 512 kilómetros de autonomía. 

La energía se gestiona a través de cuatro modos de conducción Eco, Standard, Sport y E-Pedal, con una entrega progresiva que busca facilitar la adaptación. 

El conjunto se completa con rines de 19 pulgadas, dos pantallas de 12,3 pulgadas para el instrumental y el sistema multimedia, un baúl de 368 litros y la posibilidad de carga rápida del 30 al 80 por ciento en 35 minutos en corriente continua.

Estas cifras sirven como referencia, pero el verdadero examen comienza cuando el recorrido mezcla ciudad, autopista y montaña.

Tráfico urbano: silencio y control

(Xataka Colombia)

Salir del centro de Bogotá implica lidiar con tráfico denso, arranques constantes y frenadas cortas. En este entorno, el eQ7 se mueve con soltura. La respuesta del acelerador en modo Standard resulta fácil de dosificar y evita movimientos bruscos, algo clave cuando se avanza metro a metro. 

El sistema de regeneración trabaja de forma constante, recuperando energía en cada desaceleración y reduciendo la necesidad de pisar el freno. 

La visibilidad elevada ayuda a anticipar movimientos, aunque el ancho del vehículo se hace notar en maniobras cerradas. Aquí, la cámara de 360 grados se vuelve aliada para sortear parqueaderos y giros estrechos sin sobresaltos.

Autopista: estabilidad a ritmo constante

(Xataka Colombia)

Al tomar la autopista por el norte de la ciudad, el escenario cambia. La velocidad se estabiliza y el eQ7 muestra uno de sus puntos más sólidos: el aplomo en línea recta. La dirección ajusta su peso conforme aumenta el ritmo y transmite seguridad, mientras la suspensión mantiene la carrocería controlada sobre el asfalto.

A velocidades sostenidas, el aislamiento acústico marca diferencia. El ruido exterior queda contenido y la cabina se mantiene en calma, incluso cuando el pavimento no está en su mejor estado. 

En este tramo, la autonomía comienza a medirse con mayor claridad: mantener una velocidad constante y una conducción suave permite que las cifras prometidas se sientan alcanzables.

Vía a Sopó: adelantamientos y respuesta

(Xataka Colombia)

La carretera hacia Sopó introduce un reto distinto. Curvas más cerradas, cambios de ritmo y la necesidad de realizar adelantamientos precisos. Aquí, el modo Sport cobra sentido. La entrega de potencia se vuelve más inmediata y los 211 caballos aparecen con claridad cuando se necesita un impulso extra para superar a otro vehículo.

El chasis responde con estabilidad y la tracción trasera aporta una sensación de empuje equilibrado. No hay reacciones abruptas, pero sí una respuesta clara que permite calcular maniobras con confianza

La contrapartida es visible en el consumo de energía: exigir más al sistema impacta la autonomía, un recordatorio constante de que la gestión del modo de conducción es parte esencial de la experiencia eléctrica.

Ascenso a Guatavita: pendiente y regeneración

(Xataka Colombia)

El tramo final hacia Guatavita pone a prueba tanto al motor como a los sistemas de asistencia. Las pendientes prolongadas y las curvas cerradas exigen constancia en la entrega de torque. 

El eQ7 responde sin esfuerzo aparente, manteniendo un ritmo estable y activando ayudas que refuerzan la sensación de control.

En descenso, el modo E-Pedal muestra su carácter. La regeneración intensa permite conducir con un solo pedal en muchos tramos, aunque requiere adaptación para dosificar la desaceleración y evitar frenadas abruptas. 

Una vez entendido su funcionamiento, el sistema se vuelve predecible y ayuda a recuperar parte de la energía invertida en la subida.

Vida a bordo: minimalismo en ruta

(Xataka Colombia)

Durante el viaje, el interior acompaña sin distraer. La disposición minimalista elimina casi por completo los botones físicos y concentra las funciones en la pantalla central. 

Esto exige familiarización, especialmente para ajustes como el climatizador o los limpiaparabrisas, pero una vez superada la curva inicial, la lógica del sistema se vuelve clara.

Los asientos con ajuste eléctrico y el techo panorámico aportan confort en trayectos largos, mientras el espacio trasero permite viajar sin compromisos. El baúl ofrece capacidad suficiente para una escapada de fin de semana, aunque su altura obliga a levantar más de la cuenta objetos pesados.

Asistencias y seguridad en carretera

(Xataka Colombia)

En un recorrido mixto como este, las asistencias avanzadas muestran su utilidad. El control crucero adaptativo reduce la carga en autopista, el monitoreo de punto ciego aporta tranquilidad en adelantamientos y la alerta de tráfico cruzado resulta práctica en entornos urbanos. 

Todo se complementa con seis airbags, freno con Auto Hold y una estructura de aluminio que refuerza la percepción de solidez.

Precio y conclusión

(Xataka Colombia)

El Chery eQ7 se comercializa en Colombia por 160 millones de pesos, una cifra que lo sitúa en una franja competitiva dentro del segmento de SUV eléctricos medianos. 

Por autonomía, espacio, equipamiento y comportamiento dinámico, plantea una propuesta coherente para quienes buscan un vehículo eléctrico capaz de enfrentar ciudad y carretera sin exigir cambios drásticos en la forma de conducir.

Tras el recorrido desde Bogotá hasta Guatavita, queda claro que el eQ7 no intenta deslumbrar con artificios. Su apuesta está en el equilibrio: una conducción silenciosa, una respuesta controlada y una autonomía pensada para el uso real. En los caminos del Altiplano, ese planteamiento se traduce en una experiencia que confirma que la movilidad eléctrica ya está lista para los viajes largos en la geografía colombiana.

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