La movilidad eléctrica ya no es una promesa pendiente en Colombia: es una realidad que crece a velocidades inéditas. Entre enero y octubre de 2025, el país registró 14.456 vehículos eléctricos vendidos, una cifra que supera por más del 400 por ciento las ventas del mismo periodo en 2023.
Este salto dejó al país frente a una nueva etapa, en la que miles de conductores están experimentando por primera vez, lo que significa moverse con un sistema completamente distinto al motor tradicional.
Ese cambio implica aprender nuevas lógicas de uso y conducción, no porque los eléctricos sean más complejos, sino porque operan bajo principios diferentes. Con esa transición en marcha, adquiere relevancia comprender cómo funcionan, qué comportamientos mejoran su rendimiento y qué mitos vale la pena descartar.
1 - Un nuevo lenguaje al volante
(Chery)
Quien se sube por primera vez a un vehículo eléctrico descubre que el sonido del motor deja de ser una referencia para guiar cada maniobra. La experiencia es silenciosa y lineal: el impulso llega sin esperas, porque no existen las marchas ni las transiciones propias de un sistema a combustión. El pedal responde de inmediato y la aceleración sigue una lógica continua que suele sorprender incluso a quienes llevan años conduciendo.
Esa sensación se hace especialmente visible en modelos como la Chery iCAR 03, que probamos en Xataka Colombia, o la Chery eQ7, en los que la respuesta lineal permite avanzar desde los primeros metros con una fluidez distinta.
Pero esto no es todo porque dentro de ese nuevo lenguaje aparece el frenado regenerativo, una tecnología que transforma parte de la energía de desaceleración en electricidad para recargar la batería.
Este es el caso de la iCAR 03 y la eQ7, que permiten ajustar la intensidad con la que actúa este sistema, lo que convierte cada trayecto en un proceso de afinar sensaciones hasta encontrar el punto más cómodo y eficiente. Al final, se trata de aprender a dejar que el carro haga parte del trabajo, especialmente en entornos urbanos donde las detenciones son constantes.
2 - La autonomía también depende del conductor
(Chery)
El alcance de un eléctrico suele ser uno de los temas que más dudas genera, pero la realidad muestra que el rendimiento está estrechamente relacionado con la forma de manejar. Conducir de manera progresiva, anticipar las condiciones del tráfico y mantener un ritmo estable tiene un impacto directo en la cantidad de kilómetros que se pueden recorrer con una sola carga.
Los sistemas de visualización en cabina juegan un papel clave en este proceso. En tiempo real, muestran cuánta energía se consume y cuánta se recupera en cada desaceleración.
Es información que va moldeando los hábitos del conductor y que permite entender por qué dos trayectos idénticos pueden entregar resultados distintos según el estilo al volante. Esa relación directa entre comportamiento y autonomía termina siendo uno de los aprendizajes más reveladores para quienes realizan la transición hacia un vehículo eléctrico.
Tanto la eQ7 como el iCAR 03 integran estos sistemas de visualización que muestran en tiempo real el consumo energético, la recuperación a través del frenado regenerativo y los patrones de eficiencia del recorrido.
Con esta información, el conductor puede identificar cómo pequeños cambios en el manejo modifican el resultado final. En cifras, esas decisiones pueden ser decisivas: la eQ7 alcanza alrededor de 512 kilómetros de autonomía por carga y la iCAR 03 llega hasta 421 kilómetros, dependiendo de la versión.
3 - Planificar, cargar y disfrutar
(Chery)
Cargar un carro eléctrico no es complicado; simplemente exige una forma diferente de organizar los recorridos. En el uso cotidiano, la recomendación más extendida es mantener la batería en rangos intermedios y aprovechar los puntos de carga según los trayectos habituales.
Con el tiempo, esa planificación se vuelve natural, especialmente porque las pantallas y aplicaciones integradas ayudan a prever la disponibilidad de energía y a identificar cuándo es conveniente recargar.
De vez en cuando, especialmente previo a un viaje, cargar hasta el 100 por ciento resulta adecuado y seguro. Esto permite anticipar el comportamiento del vehículo en carretera, lo que contrasta con lo que ocurre en ciudad, donde los eléctricos suelen mostrar una eficiencia mayor.
Los tiempos de carga también han evolucionado. En el caso de la iCAR 03, sus versiones con baterías CATL, entre 65,6 kWh y 69,7 kWh, admiten recargas rápidas de hasta 80 kW, lo que permite pasar del 30 por ciento al 80 por ciento en aproximadamente 30 minutos. La eQ7, con una batería LFP de 65,5 kWh, es especialmente estable para ciclos frecuentes, lo que facilita mantener niveles óptimos sin preocupación.
Mitos que vale la pena dejar atrás
(Chery)
A medida que los eléctricos se vuelven más comunes, también lo hacen algunas ideas que no reflejan su funcionamiento real. Una de las más frecuentes es la creencia de que estos vehículos son lentos.
La entrega inmediata de torque demuestra lo contrario: la respuesta del motor eléctrico es instantánea, lo que permite alcanzar velocidades y realizar maniobras con una rapidez imposible para los motores tradicionales.
La eQ7 entrega 211 hp y 285 Nm de torque desde el primer instante, mientras que la iCAR 03, en su versión iWD, alcanza los 275 hp y 385 Nm. Incluso la versión 2WD, con 181 hp y 220 Nm, mantiene la respuesta inmediata característica del motor eléctrico.
Otra creencia extendida es que cargar con frecuencia podría dañar la batería. Las químicas modernas, especialmente las LFP y las desarrolladas por fabricantes como CATL, están diseñadas para miles de ciclos sin afectar su rendimiento. En modelos como la eQ7 y el iCAR 03, esta estructura es precisamente la que permite un uso cotidiano con cargas parciales y recargas rápidas sin comprometer su longevidad.
También existe la idea de que un eléctrico no es apto para viajes largos. Las cifras actuales muestran otra realidad: con autonomías superiores a los 400 kilómetros en ambos modelos de Chery, es posible recorrer rutas interurbanas y carreteras principales sin inconvenientes, con la opción de recargar durante el trayecto si se requiere extender el recorrido.
Finamente, se encuentra uno de los mitos más comunes: la supuesta pérdida acelerada de energía en trancones. La evidencia demuestra lo contrario. Cuando el vehículo está detenido, el consumo es mínimo y la regeneración en desaceleraciones ayuda a recuperar parte de la energía utilizada. Para modelos como la eQ7 y el iCAR 03, este contexto urbano es incluso una ventaja en términos de eficiencia.
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