El cometa 3I/ATLAS desprende una sustancia química esencial para la formación de vida y la NASA aclara el origen de este objeto interestelar en cuatro puntos clave

Jimmy Pepinosa

Editor

El cometa interestelar 3I/ATLAS, apenas el tercer objeto conocido que llega desde otro sistema estelar, atraviesa nuestro vecindario solar dejando tras de sí una estela de compuestos orgánicos y preguntas abiertas sobre su naturaleza.

Sus emisiones químicas, medidas con un nivel de detalle sin precedentes, coinciden con moléculas esenciales en los procesos prebióticos, mientras que la NASA intenta contener las teorías que apuntan a un posible origen artificial

Asimismo, el recorrido del cometa anticipa un encuentro cercano con Júpiter, cuya dinámica gravitacional también ya genera debate científico, e incluso reconocidos expertos no han descartado que es una coincidencia orbital tan precisa sea algo más que un accidente cósmico. 

Un visitante enriquecido en metanol y cianuro de hidrógeno

(NASA)

Las observaciones más recientes del observatorio ALMA en Chile revelaron que 3I/ATLAS expulsa las concentraciones más altas registradas de metanol (CH₃OH) y cianuro de hidrógeno (HCN) en un cometa, con excepción del anómalo C/2016 R2 (PanSTARRS). 

Los datos, tomados entre agosto y octubre de 2025, muestran que la producción de metanol aumentó de forma marcada cuando el objeto cruzó la zona interna de sublimación de hielo de agua, a unas 2 unidades astronómicas del Sol.

Los valores medidos, con proporciones CH₃OH/HCN de 124 y 79 en dos jornadas distintas, sitúan a 3I/ATLAS en la franja más rica en compuestos orgánicos observada en cualquier cometa. La presencia de metanol y cianuro de hidrógeno resulta especialmente relevante porque ambos compuestos participan en rutas químicas asociadas a la síntesis de moléculas complejas. 

Sin embargo, como aclara la literatura científica reciente, el metanol no constituye por sí mismo un biomarcador confiable: puede producirse sin intervención biológica.

Estos hallazgos convierten al cometa en una muestra intacta de los procesos químicos de un sistema planetario distante, ofreciendo pistas sobre su entorno de origen y sobre las condiciones que favorecen la formación de materia orgánica en la galaxia.

Las aclaraciones de la NASA tras semanas de especulación

(NASA)

El silencio que dejó el cierre parcial del Gobierno estadounidense alimentó teorías sobre la posibilidad de que 3I/ATLAS fuera una estructura tecnológica. La NASA abordó el tema en una sesión informativa reciente, apoyada en observaciones de más de veinte misiones distribuidas por todo el sistema solar.

La agencia fue directa: el objeto es un cometa. No se han detectado señales que sugieran ingeniería, sistemas de propulsión o patrones que indiquen manufactura. 

Los equipos científicos destacaron que su comportamiento, incluida la sublimación, la expulsión de gas y la formación de coma y cola, coincide plenamente con el de un cuerpo helado perturbado por el calentamiento solar.

Una ventana al pasado de sistemas estelares más antiguos

(NASA)

Según el análisis de velocidad y la dispersión de sus elementos orbitarios, el cometa proviene de un sistema planetario envejecido.

Esto implica que su composición captura una etapa temprana del Universo, previa incluso a la formación de nuestro propio sistema solar.

La riqueza en carbono y la relación inusual entre dióxido de carbono y agua detectada por el telescopio James Webb sugieren que 3I/ATLAS se condensó en un entorno expuesto a radiación intensa, posiblemente en una región externa de un sistema maduro. 

Este tipo de muestras permite comparar cómo evoluciona la química del hielo interestelar bajo condiciones distintas a las que se presentan en el sistema solar.

Una aproximación a Júpiter que despierta debate

(NASA)

Un cambio reciente en el modelo utilizado por la NASA redujo drásticamente el valor de aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS, desplazando la predicción del encuentro con Júpiter hacia una distancia ligeramente mayor a la de su radio de Hill, la zona en la que el planeta domina gravitacionalmente.

Sin embargo, algunos investigadores señalan que los datos de brillo obtenidos cerca del perihelio podrían indicar que la sublimación fue más intensa de lo que sugiere el modelo actual.

Si la curva real es más pronunciada que el estándar 1/r² y se parece más a un comportamiento 1/r^{7.5}, el encuentro del 16 de marzo de 2026 podría alinearse otra vez con el límite gravitacional joviano.

Esa coincidencia exacta llamó la atención porque, estadísticamente, es extremadamente improbable. Si se confirma, el paso por Júpiter podría tener consecuencias inesperadas, como la captura temporal de fragmentos o incluso la deposición de pequeños objetos en los puntos de equilibrio gravitacional del planeta. 

Para algunos teóricos, esta posibilidad abre un espacio especulativo sobre si la dinámica del cometa obedece únicamente a procesos naturales o si podría ocultar algún tipo de estructura tecnológica. Por ahora, nada en los datos respalda esa hipótesis, aunque los especialistas coinciden en que la trayectoria final será conocida con certidumbre solo cuando se acerque el momento del encuentro.

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