Astrofísico de Harvard no descarta que el objeto interestelar 3I/ATLAS pueda ser un “Caballo de Troya” de origen alienígena, pese a que la NASA concluyó que es un cometa

3I/ATLAS
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
jimmy-pepinosa

Jimmy Pepinosa

Editor

Tras un periodo de pausa operativa por el cierre del Gobierno estadounidense y suspicacias por el silencio, la NASA por fin reveló sus imágenes y mediciones más recientes del objeto 3I/ATLAS, el tercer cuerpo interestelar conocido que cruza nuestro sistema solar

En conjunto, las imágenes recientes reforzaron la interpretación de la agencia espacial: 3I/ATLAS se comporta como un cometa, libera gas y polvo al acercarse al Sol y responde a la gravedad sin anomalías evidentes.

Para los astrónomos de la agencia, las emisiones observadas encajan con procesos naturales asociados al calentamiento de materiales helados presentes en cuerpos que viajan desde regiones frías del espacio interestelar.

Sin embargo, para el reconocido astrofísico de Harvard, Avi Loeb, conocido por su postura abierta ante hipótesis no tradicionales sobre objetos interestelares, hay otra lectura tras la presentación, que a su juicio dejó preguntas abiertas que merecen una discusión más amplia.

Qué fue lo reveló la NASA

3I/ATLAS (NASA)

El punto más llamativo del paquete de datos corresponde a las observaciones desde Marte. El Orbitador de Reconocimiento de Marte tomó la imagen más cercana del cometa el 3 de octubre, mostrando un brillo extendido que, según la agencia, coincide con lo esperado en un cometa activo. 

MAVEN complementó con espectros ultravioleta que detectaron hidrógeno, mientras que el rover Perseverance logró un vistazo desde la superficie marciana. Estas mediciones ofrecen pistas sobre la composición del objeto y cómo interactúa con la radiación solar.

3I/ATLAS (NASA)

A la vez, misiones diseñadas para monitorear el Sol, como STEREO, SOHO y PUNCH, siguieron su trayectoria cuando la posición relativa impedía la observación desde telescopios terrestres. 

Psyche y Lucy, rumbo al cinturón de asteroides, añadieron imágenes desde distancias de decenas a cientos de millones de kilómetros, útiles para afinar la órbita. La comparación entre todas estas perspectivas permite estudiar la coma y la cola del cometa desde ángulos imposibles de obtener desde un solo punto de observación.

Un visitante que abre preguntas 

3I/ATLAS (NASA)

La imagen presentada por la NASA desde la cámara HiRISE no aportó rasgos distintivos del núcleo. La distancia, unos 30 millones de kilómetros, y el movimiento relativo del objeto hicieron que la señal apareciera como un punto difuso. 

Lo mismo ocurrió con las imágenes adicionales de otros observatorios espaciales, que mostraron estructuras similares a las de cometas conocidas. 

Para la agencia, el comportamiento acumulado apunta a un cometa convencional originado en otro sistema solar, observado por primera vez desde múltiples plataformas de forma deliberada.

Avi Loeb invita a no descartar escenarios inesperados

3I/ATLAS (The Virtual Telescope Project)

Loeb sostiene que los datos compartidos hasta ahora no cierran la posibilidad de que 3I/ATLAS tenga un origen artificial. 

En su comentario posterior a la conferencia, recordó que la apariencia externa del objeto, una nube de polvo y hielo en sublimación, no excluye escenarios alternativos

Planteó que un artefacto que hubiera acumulado polvo y hielos en el viaje a través del espacio interestelar podría presentar una superficie similar a la de un cometa, lo que haría imposible juzgar su naturaleza únicamente por su “envoltura”.

De hecho, Loeb no descarta que se pueda tratar de una coraza imperfecta, pero suficiente para disfrazarse de cometa: un posible Caballo de Troya interestelar.

Las dos anomalías destacadas por Loeb

3I/ATLAS (The Virtual Telescope Project)

El investigador también señaló que la NASA no hizo referencia a dos anomalías discutidas en la literatura científica: la masa calculada del objeto, mucho mayor que la de los dos visitantes interestelares previos, y la alineación extremadamente improbable de su trayectoria con el plano de los planetas del sistema solar. 

Para Loeb, estos factores merecen atención porque podrían indicar que el objeto no llegó por simple azar. En paralelo, destacó imágenes tomadas por astrónomos aficionados después del perihelio del 29 de octubre. Algunas muestran chorros colimados que se extienden por distancias cercanas al millón de kilómetros

Según Loeb, entender su composición y dinámica permitirá distinguir si provienen de cavidades naturales que liberan gas o de mecanismos más controlados. El Hubble y el James Webb, junto con telescopios terrestres de gran diámetro, analizarán esos chorros en las próximas semanas.

También sugirió que sería relevante examinar si algún fragmento o estructura acompañó al objeto durante su paso cercano a Marte o en su aproximación a la Tierra. De existir, podría tratarse de restos de un cuerpo fracturado o de estructuras desprendidas de una plataforma mayor.

Un visitante que regresa a la vista de la Tierra

3I/ATLAS (The Virtual Telescope Project)

Tras alcanzar su punto más cercano al Sol, 3I/ATLAS vuelve a ser observable desde telescopios terrestres. Su mayor proximidad a la Tierra ocurrirá el 19 de diciembre, cuando se ubique a unos 270 millones de kilómetros. Luego continuará su viaje hacia la órbita de Júpiter en 2026 y dejará progresivamente el sistema solar.

Inicio