Objeto interestelar

Mientras los observatorios analizan su superficie, otro fenómeno atrae miradas: la aparición de una “anti-cola” que apunta hacia el Sol, opuesta a lo que suele esperarse de un cometa tradicional.

Según el análisis de velocidad y la dispersión de sus elementos orbitarios, 3I/ATLAS proviene de un sistema planetario envejecido.

El objeto registra una coincidencia orbital tan precisa que podría interpretarse como algo más que un accidente cósmico.

El material llega después de siete semanas de silencio obligado por el cierre administrativo del gobierno de Estados Unidos.

Según el experto, si un artefacto hubiese pasado eones viajando por el espacio, podría tener una coraza imperfecta de polvo y hielo suficiente para disfrazarse de cometa.

Tras un largo silencio institucional que alimentó la curiosidad pública, agencia espacial revelará en una trasmisión en vivo todo material captado por varias de sus misiones.

Observaciones recientes evidenciaron una red de chorros estrechos que se extienden más allá del millón de kilómetros desde el núcleo del objeto.

Este objeto interestelar que se desplaza por el Sistema Solar a más de 210.000 kilómetros por hora.

La detección corresponde a líneas de absorción de moléculas de hidroxilo (OH) en las frecuencias de 1665 y 1667 MHz.

Desde su detección inicial, su comportamiento ha desconcertado a los astrónomos, pues su brillo ha aumentado más de siete veces más rápido que el de un cometa común.

Este objeto pasará a unos 270 millones de kilómetros de nuestro planeta.

Desde su detección, 3I/ATLAS ha mostrado una serie de anomalías orbitales y químicas que lo distinguen de los cometas conocidos.