El mundo se sorprendió con un video publicado la semana pasada en el que parece anunciarse el proyecto de usar una máquina, un robot, para retirar la cabeza de un hombre aparentemente moribundo y rápidamente adherirla a un cuerpo joven y sano.
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La máquina incluso tiene un nombre: BrainBridge, y el video -que de paso, aclaremos, es una animación- dice que es el primer concepto revolucionario del mundo para una máquina de trasplante de cabeza, que utiliza robótica de última generación e inteligencia artificial para realizar un trasplante completo de cabeza y cara.
El video tiene ya millones de visitas, y miles de comentarios, en Facebook y en YouTube y en TikTok desató una advertencia de contenido, presumiblemente por la noción de cabezas cortadas, ya sean re-adheridas después o no.
También tiene un sitio web, en el que de hecho se listan varias ofertas de trabajo, incluida una para un "líder de equipo de neurociencia" y otra para un "asesor de relaciones gubernamentales".
Todo fue lo suficientemente convincente como para que diarios de EEUU cubrieran la noticia identificando a BrainBridge como "una startup de ingeniería biomédica" que planea una cirugía dentro de los próximos ocho años.
No es una empresa real
Pero, según reveló el MIT review, BrainBridge no es una empresa real, no está incorporada en ninguna parte y no está de ninguna manera cerca de operar a nadie.