El viral baile de los perros robot de Boston Dynamics en un concurso de talentos solo esconde una compleja realidad sobre estos robodogs

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Jimmy Pepinosa

Editor

Los cinco robots Spot que subieron recientemente al escenario de America’s Got Talent no eran simples demostraciones de ingeniería: eran parte de una estrategia empresarial.

Boston Dynamics, la firma de robótica que los fabrica, decidió presentar a sus perros robot en un número coreografiado al ritmo de “Don’t Stop Me Now” de Queen, buscando repetir una fórmula que le ha funcionado antes: convertir a sus creaciones en fenómenos virales.

Esta vez, sin embargo, uno de los robodogs colapsó en plena presentación. Y más allá de lo anecdótico, el desplome simboliza una tensión persistente entre el espectáculo y la viabilidad comercial de la robótica.

El reto de posicionar sus aplicaciones reales

Roboperro Boston 3 (Boston Dynamics)

Desde que Boston Dynamics fue adquirida por Hyundai Motor Group, la compañía ha intentado posicionar a Spot no solo como una maravilla tecnológica, sino como una herramienta con aplicaciones reales en entornos industriales, gubernamentales y de seguridad.

Videos anteriores lo mostraban bailando con BTS o trotando por fábricas; otros, más controvertidos, evidenciaban su uso en ejercicios militares simulados en Francia o en pruebas policiales en Nueva York.

En todos los casos, los movimientos fluidos y casi animales de Spot buscaban un efecto: fascinar al público y atraer clientes.

Sin embargo, la fascinación no siempre se traduce en ventas. El precio de cada unidad de 74.500 dólares sigue siendo un obstáculo considerable, especialmente cuando las funciones prácticas de Spot no reemplazan tareas críticas como ensamblar vehículos o manejar cargas pesadas en almacenes.

Aunque puede recorrer terrenos complejos, capturar datos de forma autónoma y operar en entornos potencialmente peligrosos, Spot aún depende de tareas bien definidas para justificar su presencia en una operación.

Despidos evidencian la situación

Roboperro Boston 1 (Boston Dynamics)

A finales de 2024, la compañía anunció el despido del 5 por ciento de su fuerza laboral, afectando a 45 empleados en casi todas las áreas. Según una comunicación interna, el ajuste fue necesario porque la empresa “quema efectivo a una velocidad que supera su progreso comercial”.

A pesar de tener más de 1.500 unidades en manos de clientes y una narrativa centrada en el crecimiento sostenido, la presión por lograr rentabilidad se ha vuelto más urgente.

Boston Dynamics había cuadruplicado su plantilla desde 2021, pero ese crecimiento no se ha traducido en ingresos suficientes para sostener el ritmo.

La competencia aumenta

Roboperro Boston 2 (Boston Dynamics)

El reto no es solo técnico, sino estratégico. En un ecosistema robótico cada vez más competitivo, donde otras compañías están desarrollando soluciones especializadas para la industria logística o la manufactura automatizada, Boston Dynamics intenta posicionar a Spot como una plataforma versátil.

La empresa lo describe como un “compañero de equipo” adaptable a múltiples tareas: inspección remota, monitoreo de infraestructura, exploración en zonas de riesgo.

Su API abierta y capacidad de carga permiten personalización, pero eso implica una curva de adopción más compleja que la de un sistema robótico diseñado para una función única.

Por ahora, los bailes virales siguen siendo una de las herramientas más efectivas que tiene Boston Dynamics para mantener a Spot en el centro del discurso público.

En esencia, cada coreografía cuidadosamente programada es un intento de responder a una incómoda realidad: construir un robot funcional es solo una parte del problema; convencer al mundo de que vale lo que cuesta, y que puede integrarse sin fricciones en operaciones humanas, es un desafío mucho más grande.

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