Durante varios años, las redes privadas virtuales (VPN) se han convertido en un sistema eficaz para proteger las actividades online al cifrar el tráfico de internet y ocultar la dirección IP de quien navega. Esta capacidad de brindar privacidad las convirtió en aplicaciones populares para empresas, entidades y particulares.
Sin embargo, en los últimos años se han convertido en un servicio muy popular para utilizar una dirección de otro país y acceder así a contenidos geográficamente restringidos en plataformas como Netflix, Disney+ y YouTube.
La mayoría de las VPN son de pago, pero también existen algunas opciones gratuitas que prometen los mismos servicios. El problema está en que, en ocasiones, lo barato sale caro y estas VPN gratuitas pueden estar comprometiendo tu privacidad y datos en Internet, exponiendo todo tipo de información personal.
Cómo funcionan las VPN
En esencia, las VPN funcionan como una red privada de servidores a nivel global que permiten enmascarar no solamente la dirección IP, sino todos los datos que enviamos y recibimos en Internet.
Cada vez que accedemos a un sitio o descargamos un archivo, nuestro proveedor de Internet tiene acceso a toda la información de ese intercambio. Hasta cierto punto, nuestro proveedor de Internet puede monitorear enormes cantidades de datos acerca de lo que hacemos en línea.
Pero aunque se suele pensar que una VPN soluciona esta preocupación sobre la privacidad, lo cierto es que solamente se están moviendo permisos de un lado a otro. Utilizar una VPN significa que nuestro proveedor de Internet ya no tiene acceso a los datos, pero ahora puede acceder a ellos el proveedor de la VPN.
Justamente por este motivo es que elegir instalar una VPN es una decisión extremadamente importante, ya que estamos eligiendo básicamente a quién le estamos dando acceso a nuestros movimientos en la web.
Mantener una red de este tipo no es barato, especialmente para los grandes proveedores, que en muchos casos tienen servidores físicos en cada uno de los países en los que ofrecen servicios.
El riesgo de las VPNs gratuitas como Hola VPN
En el terreno de las VPN encontramos el ejemplo más contundente para decir que, si no estás pagando por el servicio, entonces es porque tú eres el servicio.
En una era en donde los datos son el bien más preciado para las empresas, la mayoría de las VPN gratuitas venden los datos de uso que recopilan de sus usuarios.
Hola VPN es incluso más intrusiva que el promedio y, de hecho, hasta el 2018 incluía en su contrato de usuario una parte en donde el usuario le entrega parte del ancho de banda de su dispositivo a la empresa a cambio de los servicios de VPN.
Esto, en esencia, es un malware en el que la aplicación puede hacer lo que quiera con el ancho de banda de cada uno de sus usuarios. En 2018 se registró un caso en donde los dispositivos de los usuarios de Hola VPN se usaron para tumbar sitios web.
¿En realidad necesito una VPN?
Si lo que buscamos en la privacidad en la red y la protección de datos, lo cierto es que hoy en día no tiene mucho sentido adquirir una VPN de pago, y mucho menos una gratuita.
Hoy en día los navegadores y muchas de las aplicaciones que utilizamos hacen uso del protocolo HTTPS, que está encriptado por defecto y protege los datos que viajan desde el navegador hasta el servidor con el que estamos conectados. Este formato fue implementado primero en aplicaciones bancarias, de datos y compras, pero hoy en día es utilizada de manera general por la mayoría de sitios.
En muchos casos, el servicio de las VPNs gratuitas también es deficiente.
La razón principal por la que alguien querría una VPN es para tener una IP de otro país y acceder a contenidos bloqueados en plataformas. En ese caso, lo mejor es evitar redes gratuitas como Hola VPN y buscar alternativas.
Algunas alternativas posibles
Opera, por ejemplo, ofrece una VPN gratuita dentro del mismo navegador, que si bien no tiene muchas opciones puede servir para casos específicos. Opera lleva más de 2 décadas en el mercado de navegadores, por lo que tiene más reputación que muchas otras empresas.
La solución más sencilla es simplemente adquirir una VPN de pago. En algunos casos, muchas de estas empresas ofrecen tiempos de prueba gratuitos y descuentos especiales para usuarios de primera vez.
Dentro de las marcas de VPN más populares y confiables están:
- NordVPN: la más popular y con más nodos.
- PIA –Private Internet Access–: la más enfocada a la privacidad.
- ExpressVPN: la de más alta calidad.
- Surfshark: la más barata.
- ProtonVPN: la más robusta en seguridad.
De igual manera, servicios como Google One han empezado a ofrecer VPN en su plan de suscripción, aunque hasta el momento el servicio de VPN no está disponible en Colombia.
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