El cuello de botella de la ley de Moore no está en los procesadores, sino en las memorias

El cuello de botella de la ley de Moore no está en los procesadores, sino en las memorias
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¿Cuál es el límite de la ley de Moore? Es algo de lo que hablamos constantemente en Xataka, pero quizás deberíamos empezar a hacerlo desde otra perspectiva, ya que normalmente relacionamos esta ley con los procesadores de nuestros ordenadores y dispositivos móviles, y sus implicaciones van más allá.

Según esa "ley", el número de transistores de un circuito integrado se duplica aproximadamente cada dos años. El problema es que en un ordenador hay distintos elementos que tratan de mantener ese ritmo. Los procesadores siguen manteniendo el tipo, pero resulta que el cuello de botella no son ellos, sino las memorias, que no avanzan con la misma rapidez. Y sin ellas, el avance en microprocesadores queda atascado.

La espintrónica al rescate

La combinación de memorias SRAM y DRAM -aparte del almacenamiento secundario, que cada vez es más rápido gracias a las poderosas unidades SSD- ha sido hasta ahora la solución clásica para que el procesador pudiera nutrirse de datos y devolverlos cuando fuera necesario, pero hoy en día los procesadores son tan potentes que las memorias a duras penas pueden mantener el caudal de datos que pueden manejar esas CPUs y GPUs.

Moore

Hay planteadas algunas alternativas de futuro, y entre las más prometedoras está la llamada espintrónica, que aprovecha tanto la carga del electrón como su espín. Esta última propiedad de las partículas subatómicas se manifiesta como un estado de energía magnética débil que puede tomar dos valores, y esos dos valores se pueden asignar a nuestros queridos ceros y unos.

La memoria MRAM hace uso de esta tecnología, pero tiene serias limitaciones, como el hecho de que no es factible utilizar circuitos con estas memorias en escalas de integración menores de 100 nm. Eso hace que la cantidad de memoria que es posible integrar sea muy limitada en comparación con los módulos actuales casi 10 veces más pequeños, pero además este tipo de soluciones no funcionan demasiado bien a temperatura ambiente.

Esas limitaciones podrían tener solución, no obstante: hace un par de semanas un equipo de investigadores de la Johannes Gutenberg University publicaron un estudio en el que se planteaba cómo las llamadas aleaciones de Heusler podrían ayudar a superar esas limitaciones. De momento es pronto para cantar victoria, pero este es uno de los avances potencialmente más prometedores a la hora de eliminar de una vez por todas el cuello de botella de la memoria. Hasta entonces tendremos que lidiar con ordenadores que tendrán que "refrenarse" ante esas limitaciones de las memorias actuales.

Vía | Motherboard
Más información | IEEE Spectrum
En Xataka | 50 años de la ley de Moore, quizás la "ley" más incomprendida de la tecnología

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