¿3I/ATLAS viaja con ruta definida? La anomalía que es “imposible de ignorar” del misterioso cometa, según el astrofísico de Harvard que no descarta un "Caballo de Troya" interestelar

Jimmy Pepinosa

Editor

El objeto interestelar 3I/ATLAS avanza por el sistema solar con la apariencia de un cometa activo. Para la NASA, las imágenes y mediciones obtenidas en los últimos meses confirman un comportamiento coherente con la sublimación de hielos y la emisión de polvo al acercarse al Sol. 

Sin embargo, el reconocido astrofísico de Harvard, Avi Loeb, que desde que se detectó a este misterioso cometa ha mantenido una visión distinta sobre 3I/ATLAS y aún no ha descartado que pueda tratarse de un objeto artificial, recientemente sostuvo que el visitante presenta un detalle que “es imposible de ignorar”.

Se trata de una coincidencia orbital tan precisa que, argumenta, podría interpretarse como algo más que un accidente cósmico. Y con ese telón de fondo vuelve a poner sobre la mesa una hipótesis que no descarta: que 3I/ATLAS pueda actuar como un “Caballo de Troya” interestelar, oculto bajo la envoltura difusa que lo hace parecer un cometa común.

Una trayectoria que coincide con el límite exacto de Júpiter

(NASA)

Loeb se centra en un dato puntual: la distancia mínima que 3I/ATLAS alcanzará respecto a Júpiter el 16 de marzo de 2026. 

Según los cálculos del sistema JPL Horizons de la NASA, el objeto pasará a 53.445 millones de kilómetros del planeta. Ese número coincide, dentro del margen de error, con el radio de Hill de Júpiter, la región donde la gravedad del gigante gaseoso domina sobre la del Sol.

En términos simples, llegar al radio de Hill es situarse exactamente en el borde donde un objeto de baja velocidad puede quedar gravitacionalmente vinculado a Júpiter o soltar dispositivos que permanezcan en órbita estable con un gasto mínimo de energía.

Loeb destaca que esta coincidencia no se explica únicamente por la gravedad. El cálculo actual solo es posible porque, durante su paso por el perihelio, 3I/ATLAS experimentó una aceleración no gravitacional. Ese empuje alteró su ruta unos 0,1 millones de kilómetros: justo lo necesario para colocar su aproximación en el valor exacto del radio de Hill.

El papel de los chorros en la maniobra

(NASA)

La NASA ha documentado jets o chorros activos en 3I/ATLAS tras su paso por el Sol. Son estructuras típicas en cometas, generadas cuando el hielo subterráneo se calienta y sale expulsado en forma de gas.

Para Loeb, estos chorros podrían tener otra interpretación si se piensa en un objeto tecnológico cubierto por materiales recogidos durante un viaje interestelar. Señala que en las semanas posteriores al perihelio, astrónomos aficionados captaron chorros colimados que se extendían casi un millón de kilómetros, un patrón que considera relevante estudiar con instrumentos como el Hubble y el James Webb.

Loeb sugiere que, si 3I/ATLAS fuera una plataforma artificial disfrazada de cometa, esos chorros podrían funcionar como pequeños mecanismos de propulsión, utilizados cerca del perihelio para aprovechar la asistencia gravitacional del Sol y ajustar su trayectoria hacia el borde exacto de la esfera de influencia de Júpiter.

Una coincidencia estadística poco común

(Paul Craggs)

La probabilidad de que un objeto interestelar llegue, por azar, al límite del radio de Hill de Júpiter con tal precisión es baja. Loeb calcula que corresponde aproximadamente a una parte en mil considerando solo la distancia de la aproximación y a una parte en 26.000 si se toma en cuenta la extensión completa de la órbita del planeta.

Ese análisis no pretende afirmar que 3I/ATLAS sea un artefacto, sino subrayar que la coincidencia, en su opinión, merece una discusión abierta. 

Para él, el escenario hipotético de un objeto que viaje con una misión definida, por ejemplo, depositar dispositivos en órbita de Júpiter, no puede descartarse únicamente por la apariencia de cometa.

La postura de la NASA: un cometa interestelar activo

(NASA)

La agencia espacial presentó datos obtenidos desde múltiples plataformas: el Mars Reconnaissance Orbiter, MAVEN, Perseverance, SOHO, STEREO, PUNCH, Psyche y Lucy. 

Las imágenes más cercanas, captadas desde Marte, mostraron una nube de gas y polvo coherente con un cometa activo. Los espectros UV detectaron hidrógeno y las cámaras solares rastrearon su tránsito cuando quedaba oculto desde la Tierra.

Ninguno de esos instrumentos identificó estructuras sólidas o firmas tecnológicas. Tampoco se observaron cambios en la dinámica que sugirieran maniobras controladas. Bajo esta lectura, 3I/ATLAS es el tercer visitante interestelar conocido y el primero observado de forma coordinada desde múltiples naves en todo el sistema solar.

Las otras dos anomalías que Loeb considera relevantes

(The Virtual Telescope Project)

Loeb también apunta a dos factores que, según él, no fueron mencionados en la presentación de la NASA.

La primera es la masa estimada del objeto, mucho mayor que la de Oumuamua o Borisov, los dos visitantes interestelares anteriores. La segunda es la alineación de su trayectoria con el plano orbital de los planetas del sistema solar, una coincidencia que considera improbable para un objeto que debería llegar desde una dirección aleatoria.

Estas observaciones, como su análisis de la aproximación a Júpiter, no buscan contradecir de forma concluyente la interpretación de la NASA, sino mostrar que aún hay espacio para examinar dinámicas más complejas.

3I/ATLAS vuelve a ponerse a la vista

(The Virtual Telescope Project)

Tras su paso por el Sol, 3I/ATLAS se aleja nuevamente hacia el exterior del sistema solar. Su mayor aproximación a la Tierra ocurrirá el 19 de diciembre, cuando llegue a unos 270 millones de kilómetros. Luego avanzará rumbo a Júpiter para completar su aproximación en 2026 y continuará su viaje hacia la oscuridad interestelar.

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