Ni sondas robóticas, ni estaciones mineras: estos investigadores quieren que el futuro de la minería espacial sean los microorganismos

Ni sondas robóticas, ni estaciones mineras: estos investigadores quieren que el futuro de la minería espacial sean los microorganismos
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No hace falta ni decir que a los "elementos de tierras raras" les viene el nombre que ni pintado. Son elementos centrales de la electrónica y buena parte del mundo tecnológico se alza sobre ellos, pero son complicados y caros de extraerº. Además, si todo continúa según parece, la demanda pronto superará la oferta creando uno de los cuellos de botella más importantes para el desarrollo técnico de las últimas décadas.

Hay muchas formas de salir de este problema, pero una de las más interesantes es, sin lugar a dudas, la minería espacial. Sin embargo, esto no soluciona el problema. Casi al contrario. Por eso muchos investigadores investigan en medios sencillos y eficientes para extraer materiales en condiciones de gravedad baja o nula.

Y justo ahí, los microorganismos pueden tener un papel clave extrayendo elementos económicamente importantes sobre rocas perdidas en el espacio. Al menos, eso sostiene estos investigadores de la Universidad de Edimburgo.

Bienvenidos al mundo de la bioingeniería

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Para corroborarlo, Charles Cockell y su equipo evaluaron el potencial "biominero" de tres especies de bacterias en microgravedad. Concretamente, usaron cepas de Sphingomonas desiccabilis, Bacillus subtilis y Cupriavidus metallidurans) en condiciones de gravedad similares a las de Marte y a las de la Estación Espacial Internacional con la idea de ver su capacidad para extraer hasta 14 elementos de tierras raras disueltos en basalto (muy común en las superficies lunares y marcianas).

Descubrieron que la S. desiccabilis podía separar las sustancias que les interesaban tanto en las dos condiciones de microgravedad como en gravedad terrestre. Además, la eficiencia fue similar en todos los niveles de gravedad probados. Las otras especies tenían problemas, pero la S. desiccabilis abre la puerta a encontrar maneras muy interesantes para abordar la minería (espacial) de otra forma.

Porque en el fondo, estos resultados subrayan que en esa nueva "fiebre del oro" viene cargada de nuevas ideas. Algunas dignas de la ciencia ficción, pero cuyas consecuencias hay que investigar con detalle. Y es que implementar sistemas de biominería espacial conllevaría directamente contaminar todo el sistema solar con la vida terrestre. Buscar vida extraterrestre sería, pues, imposible. En la vida, todo es elegir.

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