El controvertido proyecto de ley del Congreso de EEUU que podría prohibir TikTok pasó sin problemas por la Cámara y quedó en manos del Senado, en donde deberá ser analizado de nuevo. De antemano, recibió también el visto bueno de la Casa Blanca, con el presidente Biden anunciando que si lo recibe, planea firmarlo.
Pero su suerte está lejos de estar echada y, además de un furioso esfuerzo de cabildeo, y de un llamado a sus millones de usuarios para que inundaran las líneas telefónicas de sus representantes (una mala idea, cuando te están cuestionando por dejar que tu plataforma sea usada para fines políticos), TikTok está tratando de vender un Plan B.
Llamado Proyecto Texas, el plan de 1.500 millones de dólares contempla ceder la autoridad sobre las operaciones estadounidenses de TikTok a una junta de tres personas seleccionadas por el Comité de Inversiones Extranjeras en los Estados Unidos (CFIUS), un comité intergubernamental que examina las implicaciones para la seguridad nacional de las inversiones extranjeras en empresas u operaciones estadounidenses.
Esa junta dirigiría mediante una subsidiaria “todas las funciones críticas” de la aplicación en Estados Unidos, incluidos los datos de los usuarios, la ingeniería, la seguridad y la moderación de contenido.
El Proyecto Texas reestructuraría gran parte del brazo corporativo de TikTok para que los datos de los usuarios estadounidenses sean almacenados por una empresa estadounidense (Oracle), con sede en una ciudad estadounidense (Austin, Texas). Así las cosas, actuaría esencialmente como un cortafuegos, asegurando que el gobierno chino no pueda acceder a los datos de los usuarios estadounidenses y que Oracle lo supervise todo.
La idea es que, al estar en suelo estadounidense y -al menos técnicamente- en manos estadounidenses, la empresa pueda tranquilizar a los legisladores más nerviosos.
"La forma en que hemos construido este plan y el nivel de supervisión externa, buscan que no tengas que confiar en mi palabra o en la de Oracle. Habrá múltiples niveles de supervisión por parte de múltiples agencias federales, múltiples consultores externos, proveedores de seguridad y auditores".--Brooke Oberwetter, jefa de comunicaciones políticas de TikTok.
La iniciativa comenzó a implementarse en julio de 2022, pero sigue sin completarse y, en tanto así sea, los empleados de TikTok con sede en Beijing aún pueden acceder a los datos de los usuarios estadounidenses.
En este punto, no parece que los congresistas que analizan el tema le estén dando una seria consideración al proyecto Texas y el único curso que se le planeta a la empresa en la eventualidad de la aprobación del proyecto de ley sería la desinversión.
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