La de este lunes 10 de mayo bien pudo ser la WWDC más aburrida de la historia… hasta que Apple dijo “inteligencia artificial”.
Apple dedicó más de una hora a revelar actualizaciones simples -pero sin duda bienvenidas- a su familia de sistemas operativos y dejó para el final un anuncio que, confía, marcará el comienzo de una nueva era de destreza tecnológica con la introducción de Apple Intelligence.
Esta expresión, que a nadie escapa le permite a Apple usar la sigla IA y apropiársela, marca para la firma un paso significativo y sumamente esperado en el ámbito de la inteligencia artificial generativa.
Apple espera que su AI sea la piedra angular de una integración entre los inminentes iOS 18, iPadO y los combin con rec ursos en nube, soportados por OpenAI y ChatGPT. Es exactamente la misma fórmula que usó Samsung cuando presentó, en febrero, Galaxy AI, que combina recursos on device con las capacidades de la IA de Google.cosistema.
En esencia, Apple Intelligence aprovecha el poder de los modelos de lenguaje expansivos on device, y los combina con recrsos en nube, soportados por OpenAI y ChatGPT. Es exactamente la misma fórmula que usó Samsung cuando presentó, en febrero, Galaxy AI, que combina recursos on device con las capacidades de la IA de Google.
Pero Apple, por supuesto, lo presenta como “un cambio de paradigma” en la experiencia del usuario. En el fondo está una admisión implícita de que la IA propietaria de Apple no puede encargarse de todo. Aún.
Si nos basamos en los demos, la intrincada integración de Apple Intelligence en una gran variedad de aplicaciones del ecosistema Apple ofrece la muy verosímil visión de un entorno productividad y creatividad en el que los usuarios podrían, por ejemplo, generar imágenes al estilo de Dall-e o Image Creator, sin salir jamás de sus dispositivos y usando, si lo desean, fotos de su galería para lograr grados hasta ahora inéditos de personalización.
Por añadidura, en lo que ha llegado a ser el punto más fuerte de la propuesta de Apple, su AI protege la privacidad del usuario con una dedicación acorde a la que enarbola la marca; es decir, francamente inquebrantable.
Un asistente en tu bolsillo
Imagina un mundo en el que tu iPhone se convierte no solo en un dispositivo, sino en un colaborador de tus esfuerzos creativos.
Con Apple Intelligence, esta visión se convierte en escenarios tangibles, desde la revisión meticulosa de la prosa en un correo, hasta el resumen sucinto de conceptos complejos o la selección de la foto perfecta para acompañar las notas de una clase o una reunión.
Apple quiere que el impacto de Apple Intelligence se extienda más allá de las meras interacciones textuales. Perfectamente integrado en el ámbito visual, Apple Intelligence presenta una paleta de posibilidades, lo que permite a los usuarios imbuir sus conversaciones con un toque personalizado. Con tres estilos de imagen distintos: Boceto, Animación e Ilustración, a su disposición, los usuarios pueden elevar sin esfuerzo su comunicación.
Una simple instrucción, como "Mostrar fotos de un viaje a Ámsterdam", desencadena una cascada de respuestas personalizadas, seleccionadas a la perfección para satisfacer las necesidades del usuario con notable precisión, a la manera en que lo hace ya, por ejemplo, Google Photos.
Por añadidura, la IA reconoce contextos y modismos, con lo que el usuario puede dar instrucciones como: “Muéstrame la ruta al restaurante que me recomendó mi esposa la semana pasada” y ejecutar una variedad de procesos a través de varias aplicaciones para cumplirlas.
Eso se extiende al asistente personal de Apple: Siri. Según la compañía, el asistente de voz usará AI para ser más natural, relevante, personal… e inteligente. Es un reconocimiento tácito de que su alguna vez prometedor asistente se había quedado atrás y la firma quiere recuperar el terreno perdido.
Atrás quedó el orbe flotante, Siri ahora es un marco luminoso, multicolor, más discreto y más cool. Y es de agradecer la inclusión de una interfaz de usuario más discreta y una función de texto, que permite darle instruccione escritas a Siri sin tener que decirlas en voz alta
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