Trump ordena imponer un arancel del 100% a las películas hechas en el extranjero para, dice, salvar a un Hollywood “moribundo”

Hollywood
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Wilson Vega

Director

El presidente de EEUU se precia de tener un conocimiento extenso de cómo funciona Hollywood, en virtud de su experiencia como el rostro de un reality show exitoso. Pero con su más reciente propuesta, dicen los expertos, Donald Trump ha generado una preocupación generalizada dentro de la industria cinematográfica estadounidense.

Es así: Trump dijo, eun un post en rede sociales, que el sector de la producción cinematográfica de su país está "moribundo" y por eso ordenó a funcionarios de su administración -específicamente, a su Departamento de Comercio- imponer un arancel del 100 por ciento a las películas producidas en el extranjero que ingresan a los EEUU.

Para Trump, que otros países -como es el caso de Colombia- otorguen incentivos a la producción internacional y atraigan, así, a a estudios estadounidenses, no es menos que una "amenaza a la seguridad nacional".

El anuncio de Trump de una iniciativa para “repatriar” la producción cinematográfica a Estados Unidos surge en medio de una tendencia a largo plazo de producciones cinematográficas y televisivas estadounidenses que se trasladan a lugares internacionales que ofrecen lucrativos incentivos fiscales.

Los datos de la industria de ProdPro indican que en 2023, aproximadamente la mitad del gasto de los productores estadounidenses en proyectos de alto presupuesto se produjo fuera de los EE. UU. Además, FilmLA reporta una disminución de casi el 40% en la producción dentro de Los Ángeles durante la última década.

Es una tendencia que ha beneficiado a Colombia, que en virtud del talento de sus equipos de producción, así como de sus beneficios tributarios, se ha convertido en un destino atractivo para producciones de Hollywood, con varias películas de renombre que han sido filmadas en diversas ciudades y regiones del país.

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Algunas de estas películas incluyen Proyecto Géminis, Barry Seal: Solo en América y Los 33. Recientemente Netflix ha impulsado en el país una serie de producciones, que van de la cinta Triple Frontera a Cien Años de Soledad, la serie de televisión que llevó a la pantalla la obra cumbre de Gabriel García Márquez.

Serias preocupaciones

El arancel propuesto provocó, de inmediato, fuertes reacciones en los mercados internacionales. Australia y Nueva Zelanda, ambos populares lugares de rodaje de grandes producciones, se han comprometido a defender sus industrias locales y contemplan, por tanto, imponer aranceles recíprocos a las películas de Hollywood.

Por ese motivo, analistas de la industria y exfuncionarios del gobierno estadounidense expresan serias preocupaciones sobre las posibles repercusiones económicas, y enfatizan que Estados Unidos puede perder significativamente más de lo que podría ganar.

La Motion Picture Association, que apenas en noviembre felicitaba a Trump por su triunfo, no ha emitido aún una declaración oficial.

Lo irónico es que el de la producción de películas es, como pocos otros, un sector que enarbola el ideal de Trump del “superávit” comercial, toda vez que EEUU vende muchas más producciones en el resto del mundo que las que compra.

Según un reporte de 2023, las películas estadounidenses produjeron 22.600 millones de dólares en exportaciones y 15.300 millones de dólares en superávit comercial.

Sí hay problemas

Eso no quiere decir que la industria de la producción de cine y televisión estadounidense no se haya visto afectada en años recientes por múltiples contratiempos, que van del cierre de salas tras la pandemia de COVID-19, dos huelgas de los gremios de Hollywood de 2023 y hasta los recientes incendios forestales en el área de Los Ángeles. La producción de películas en Estados Unidos bajó un 26% el año pasado en comparación con 2021, según datos de ProdPro.

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Esta propuesta arancelaria representa el último de una serie de conflictos comerciales iniciados por la administración Trump, lo que genera temores de inestabilidad económica y una posible recesión. Además, no es posible desconocer que no resulta claro cuál es la amenaza a la seguridad nacional por el hecho de que Tom Cruise ruede Mission: Impossible en Londres.

Otros países han usado caminos distintos para proteger su producción local. En China, las películas extranjeras, definidas como cualquier película no producida por compañías de producción con licencia nacional, que no pueden tener más del 49% de participación en asociaciones extranjeras, están sujetas a una estricta censura y cuotas, que requieren pasar por distribuidores estatales.

Y en respuesta a los recientes aranceles de Trump contra los productos del país, el gobierno de Pekín anunció que "reduciría moderadamente" la cuota de películas estadounidenses permitidas en su mercado masivo pero estrictamente controlado.

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