En su presentación inicial, el T1 Phone 8002, el teléfono dorado marca Trump, fue anunciado con un sello de identidad rotundo: sería un dispositivo “hecho en Estados Unidos”, promesa que más allá de ser un argumento comercial, tenía una carga simbólica importante.
Pero pasar del discurso del nacionalismo económico a un retorno de la manufactura al suelo estadounidense no es una tarea sencilla, es por ello que ni este celular se salvó de esta realidad, y la narrativa sobre su fabricación ha comenzado a desdibujarse incluso antes de que llegue a las manos de sus compradores.
Además, la promesa inicial de que el teléfono comenzaría a distribuirse en septiembre ha sido reemplazada por una fecha aún más vaga: “más adelante este año”.
Un mensaje nacionalista que desapareció

Cuando se lanzó Trump Mobile, la nueva operadora móvil promovida por la Organización Trump, el teléfono T1 fue presentado como su producto insignia.
Junto a sus especificaciones técnicas, se destacaba un mensaje contundente en el sitio web: el teléfono era “MADE IN THE USA”, con tipografía prominente y visible en la página principal.
Sin embargo, en los últimos días, esa afirmación desapareció sin explicación alguna. Ya no hay rastro de esa garantía de fabricación nacional.
El lenguaje ahora es más difuso

Lo que ha reemplazado esa declaración es una retórica mucho más ambigua. Ahora, el T1 se describe como un dispositivo con “diseño orgullosamente estadounidense”, y se asegura que está “diseñado con valores americanos en mente”.
También se menciona que hay “manos estadounidenses detrás de cada dispositivo”, una frase que sugiere participación nacional sin precisar si esa participación ocurre en el diseño, ensamblaje, distribución o simplemente en la estrategia de marca.
En ningún momento se afirma que el teléfono esté ensamblado, producido o siquiera concebido tecnológicamente en Estados Unidos.
Hubo más cambios

Los cambios en el lenguaje del sitio web parecen reflejar una modificación más profunda en la estrategia de producción del dispositivo.
Hasta el momento, la Organización Trump no ha emitido declaraciones para aclarar estos ajustes. Tampoco ha confirmado si el proveedor o fabricante del T1 ha cambiado, aunque las inconsistencias en las especificaciones podrían apuntar en esa dirección.
Las especificaciones también se han alterado discretamente. Donde antes se hablaba de una pantalla AMOLED de 6.78 pulgadas, ahora se indica que mide 6.25.
Asimismo, la memoria RAM, que inicialmente se destacaba como 12 GB, ha desaparecido por completo de la descripción técnica. Aunque el diseño promocional del teléfono no ha cambiado.
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