Mientras los fanáticos de A Song of Ice and Fire siguen esperando The Winds of Winter, George R.R. Martin, autor de la mítica saga Game of Thrones, sorprendió al mundo con su inesperada contribución en un artículo científico que fue coescrito con Ian Tregillis, físico del Laboratorio Nacional de Los Álamos.
El texto, que fue publicado en la American Journal of Physics, presenta un modelo matemático que describe el comportamiento de un virus ficticio llamado Wild Card, elemento central de la serie literaria del mismo nombre que Martin ha editado desde los años 80.
Lo interesante del virus de origen alienígena es que afecta a los humanos de manera aleatoria y con diferentes síntomas para quienes la padecen. De hecho, el 90 por ciento de los infectados mueren, mientras que el 9 por ciento se convierten en "Jokers" con mutaciones físicas desagradables y solo el 1 por ciento adquiere superpoderes y se conocen como "Aces".
Una fórmula para el caos

Tregillis, motivado por la riqueza narrativa del universo Wild Cards, se propuso responder una pregunta intrigante: ¿qué tipo de modelo físico podría justificar la distribución 90:9:1 de los infectados?
De hecho, en colaboración con Martin, diseñaron un enfoque que utiliza herramientas avanzadas de la física para convertir esta compleja premisa en un sistema dinámico matemáticamente manejable.
En este caso el modelo parte de tres supuestos clave, empezando con la premisa de que existen los "cryptos", que son aquellos individuos infectados con mutaciones imperceptibles o poderes desconocidos, lo que amplía las categorías de Jokers y Aces.
En segundo lugar, se establece que la regla 90:9:1 se aplica a las mutaciones observables, dejando un espacio abierto para las criptomutaciones.
Finalmente, los resultados virales dependen de una distribución multivariable, que determina tanto la severidad de la transformación como la mezcla entre categorías (por ejemplo, los Joker-Aces, quienes combinan deformidades físicas con habilidades extraordinarias).
La física detrás de Wild Cards

El artículo emplea una formulación lagrangiana, un enfoque clásico en física para modelar sistemas complejos. Este modelo tiene en cuenta dos variables aleatorias principales: la severidad de la transformación (ya sea una deformación extrema o un superpoder significativo) y un "ángulo de mezcla" que explica los casos intermedios, como los Joker-Aces.
La clave es analizar cómo estas variables interactúan para generar distribuciones estadísticas que reflejan las categorías del universo Wild Cards. Según los autores, el sistema no solo aborda las transformaciones visibles, sino también las crípticas, como un individuo que podría desarrollar telepatía con narvales, pero nunca darse cuenta de su habilidad.
Y aunque el artículo no busca revolucionar la biología o la física, sí intenta demostrar como conceptos complejos pueden convertirse en herramientas educativas útiles. De hecho, Tregillis sugiere que esta propuesta podría integrarse en seminarios avanzados, animando a los estudiantes a abordar problemas abiertos mediante el uso de la física teórica.
Ver 0 comentarios