En una rueda de prensa marcada por un tono sombrío, la EPS Sura anunció que solicitó al gobierno nacional la aprobación de un plan para su retiro voluntario de la prestación del servicio de salud, tras la crisis que afecta al sector en Colombia.
La firma dijo, a la hora de hacer el anuncio, que se trata nada menos que de “la decisión más difícil de su historia”.
En un comunicado de prensa leído por Juana Francisca Llano, presidenta de Suramericana, la compañía indicó que ya presentó ante la Superintendencia Nacional de Salud un programa de desmonte progresivo y que está a la espera de su aprobación para proceder a ejecutar su retiro “de manera ordenada y diligente”.
Riesgo de intervención
La EPS dijo a sus usuarios que pretende acompañarlos “hasta el último minuto”, pero dijo que dependerá del gobierno definir el proceso de traslado de los más de cinco millones de usuarios a EPS receptoras.
Sus voceros reconocieron que el riesgo de que la compañía sea intervenida existe y se dijeron dispuestos a conversar con el gobierno.
Los representantes de Sura indicaron que planean seguir operando como proveedores de servicios de medicina prepagada, por lo que esa faceta de su operación, así como al relacionada con el ramo de seguros, seguirán operando con normalidad.
La Superintendencia tiene un plazo de 65 días para responder la solicitud de la empresa y a partir de su respuesta empezaría a desarrollarse el plan de desmonte.
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