La próxima crisis no será por agua, será por electricidad, y probablemente será culpa de la IA

Electricidad
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La red eléctrica está en jaque. Y no es solo por el crecimiento vertiginoso de los hogares conectados, los cada vez más dispositivos que conectamos, o el avance constante de los carros eléctricos, sino también por la voracidad insaciable de la inteligencia artificial. 

Múltiples voces se han levantado para alertar de lo que sucede: la computación de la IA en la nube está creciendo a un ritmo frenético, con una fiebre de chips que supera cualquier fiebre del oro. Y la advertencia es clara: la próxima crisis no será de agua, será de electricidad.

Pero es innegable que el hecho de que Eln Musk haya acogido esa verdad inconveniente durante su participación en la convención Bosch Connected World le dio renovada vigencia al mensaje.

El CEO de Tesla recordó que el cálculo de la inteligencia artificial requiere una cantidad astronómica de energía, y los transformadores, esos guardianes silenciosos de la electricidad, están llegando a su límite. Musk, de hecho, le puso fecha a este límite y dijo que la IA se quedará sin transformadores en 2025.

Musk no está solo en esta preocupación. Los centros de datos podrían consumir entre el 4,6 por ciento y el 9,1 por ciento de la electricidad de EE.UU. en 2030, según un análisis del Instituto de Investigación de Energía Eléctrica (EPRI).

Expertos de la Agencia Internacional de la Energía señalan que la demanda eléctrica de los centros de datos se duplicará en pocos años y simplemente no habrá cómo hacerle frente sin quemar más carbón, o mover más agua a proyectos hidroeléctricos. 

Posibles escenarios

El informe técnico de EPRI "Powering Intelligence: Analyzing Artificial Intelligence and Data Center Energy Consumption" describe cuatro escenarios de crecimiento del consumo de electricidad de los centros de datos de 2023 a 2030.

En un escenario de bajo crecimiento, el consumo de electricidad de los centros de datos crecería un 3,7 por ciento anual, para alcanzar el 4,6 por ciento en 2030. Esto se debe principalmente a la adopción limitada de herramientas de IA y a las importantes ganancias de eficiencia.

Un escenario de crecimiento moderado predice una tasa de crecimiento anual del 5 por ciento, lo que hace que los centros de datos consuman el 5 por ciento de la electricidad de EE. UU. Mientras tanto, los escenarios de alto crecimiento prevén tasas de crecimiento anual del 10 por ciento y el 15 por ciento, con centros de datos que consumirán entre el 6,8 por ciento y el 9,1 por ciento de la electricidad del país para 2030. El escenario de mayor crecimiento se basa en la rápida adopción de la IA y las limitadas mejoras de eficiencia.

Ante este panorama apocalíptico, surgen propuestas variadas: desde la aceleración de la instalación de paneles solares hasta la apuesta por la energía nuclear o las tecnologías de fusión. 

Y no es que no haya precedentes. Hace apenas unos meses registramos que, en una jugada llamada a generar debate, Amazon Web Services (AWS) adquirió un centro de datos alimentado directamente por una de las plantas de energía nuclear más grandes de EEUU.

Como Amazon, Microsoft y OpenAI ya están haciendo sus movimientos en este tablero de ajedrez energético, preparándose para un futuro donde la electricidad será el bien más preciado. 

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