Jimmy Pepinosa
EditorEl ecosistema de pagos en Colombia vive un momento decisivo. La digitalización financiera avanza a un ritmo que supera al de otros sectores tecnológicos, y el país se consolida como uno de los mercados más activos de Latinoamérica en adopción de pagos electrónicos.
En medio de este panorama, Pago Virtual del Sur (PVS) llega oficialmente al país con una propuesta que busca conectar los sistemas de pago de la región y atender una necesidad que gana protagonismo: la interoperabilidad real entre países.
El arribo de PVS no se limita a la apertura de operaciones. La firma trae consigo la integración de PIX Brasil y del QR argentino, dos sistemas que ya transformaron la manera de pagar en sus respectivos países y que ahora se incorporan al portafolio colombiano como alternativas para comercios que reciben consumidores internacionales.
De Chile a la región: una expansión que toma forma
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La expansión de PVS hacia Colombia es el siguiente paso de una estrategia regional que comenzó en Chile, donde la compañía desarrolló y probó sus soluciones antes de replicarlas en nuevos mercados.
Esa experiencia permitió validar un modelo tecnológico que hoy apunta a operar en más de 20 países, alcanzar 250.000 puntos de venta y procesar más de 500 millones de transacciones mensuales.
En este nuevo capítulo, Colombia se convierte en un punto estratégico para escalar su presencia en Latinoamérica.
La implementación simultánea de PIX y del QR argentino marca un movimiento poco común en la región: una fintech que incorpora dos sistemas de pago extranjeros como parte de su oferta local, con el objetivo de facilitar transacciones de visitantes y comercios que dependen del flujo turístico.
Interoperabilidad entre territorios
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La entrada de PVS al país prioriza zonas turísticas y ciudades donde las transacciones internacionales forman parte de la vida diaria. Cartagena, San Andrés y Leticia encabezan esa fase inicial, cada una con dinámicas propias que requieren soluciones capaces de manejar pagos de múltiples orígenes.
En Leticia, por ejemplo, el comercio transfronterizo con Brasil es cotidiano. Allí, la adopción de PIX tiene un sentido distinto al turístico: se convierte en un instrumento para facilitar compras frecuentes entre poblaciones que intercambian bienes y servicios a pocos metros de distancia. Este tipo de contextos sirve como laboratorio real para la interoperabilidad que PVS quiere impulsar en la región.
Los primeros comercios afiliados en Colombia pertenecen a sectores donde los pagos internacionales son parte esencial de la operación diaria: turismo, transporte, gastronomía y actividades recreativas.
Un ecosistema colombiano en transformación
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La llegada de PVS coincide con un momento clave para los pagos digitales en el país. Con el lanzamiento de Bre-B, el nuevo sistema nacional de pagos inmediatos inspirado en PIX, Colombia entra en una etapa que redefine su infraestructura financiera.
Las autoridades regulatorias buscan acelerar la modernización del ecosistema, y la presencia de soluciones interoperables de alcance regional genera un escenario propicio para la convergencia entre sistemas locales e internacionales.
Desde la perspectiva de PVS, Colombia está transitando el mismo camino que ya recorrieron Brasil, México y Argentina, cada uno con modelos de digitalización que sirvieron como referencia regional. En ese escenario, la interoperabilidad no es una aspiración futura, sino una necesidad inmediata para comercios que reciben usuarios de múltiples países y que requieren medios de pago ágiles y conectados.
Proyecciones y nuevos sectores para 2026
PVS proyecta afiliar 10.000 comercios en Colombia para 2026 y ampliar su presencia hacia sectores como retail, supermercados, farmacias y tiendas de conveniencia.
La compañía desarrolla soluciones específicas para empresas, distribuidores, entidades municipales y escenarios de alto flujo como estadios, donde la rapidez y la seguridad en las transacciones definen la experiencia del usuario.
La apuesta combina tecnología y acompañamiento operativo. Según la compañía, cada transacción implica más que un movimiento financiero: revela relaciones entre comercios y usuarios, y abre oportunidades para integrar servicios que conecten flujos económicos locales con los de otros países.
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