Borja Castelar es un apasionado del potencial del ser humano. Tras años de formarse una reputación como profesor/instructor oficial de LinkedIn Learning y producir cursos de ventas y liderazgo sumamente exitosos, lideró para esa firma la división de Soluciones de Talento, primero para Europa —desde las oficinas en Irlanda— y después para Latinoamérica desde la sede central en São Paulo, donde reside actualmente.
Como muchos de nosotros, este conferencista, columnista, emprendedor y creador se dio cuenta del avance avasallador de los recursos de IA que ocupan hoy por hoy los titulares. Pero a diferencia de todos los demás, Castelar -una voz de referencia en en Hispanoamérica en temas de liderazgo, talento y marca personal, centró su enfoque en lo que la ola de la IA representa para la formación del talento humano y las destrezas que serán necesarias para navegar sus aguas.
Así nace el concepto de power skills, que Castelar ha recogido en un libro que se lanzó esta semana en Colombia. A su paso por Bogotá, se sentó a hablar con Xataka Colombia.
El fin de los títulos
-¿Desde dónde arranca la propuesta de escribir un libro que se ocupa no del microchip ni del miliamperio hora sino de habilidades que residen en el ser humano?
Pues vienen de mis conferencias, de las preguntas que me hacían. Yo empecé a hacer muchas conferencias sobre la titulitis y el ‘fin del título’ y a partir de ahí la pregunta es: ¿qué hago si los títulos ya no valen tanto?. La respuesta es, por supuesto: céntrate en habilidades interpersonales, y de esa idea fue madurando.
-¿Por qué ‘power skills’ y no ‘soft skills’?
Odio lo de ‘habilidades blandas’, porque parece que son menos importantes. Entonces el término ‘power skills’ surge de ahí y al final el libro es eso, una hoja de ruta práctica, directa, sin paja, al punto.
-La cosa con las habilidades de las que hablamos es que hay algunas, como los idiomas, como la programación, por ejemplo, en las que estamos viendo entrar cada vez más recursos de IA. Cómo se enfrenta el desánimo de quienes dicen: ¿para que aprender esto o aquellos si en unos años lo va a hacer una IA?
Es un buen punto, la verdad, porque no sabemos hacia dónde va a ir. Sí, puede que haya una tecnología que traduzca simultáneamente, pero a lo mejor justo por eso se va a valorar más que nunca la interacción sin ningún tipo de aparato.
Entonces los profesores, en vez de pasar la mitad del tiempo corrigiendo exámenes, se dedicarán a mejorar las habilidades de comunicación de los alumnos, que es lo que tendría que haber sido siempre, porque es donde se mejoran las habilidades interpersonales y la comunicación más humana, y a incentivar la capacidad de generar autoconocimiento.
-Su libro se ocupa de analizar en detalle estas habilidades, pero también propone cuáles van a ser las más más demandadas. Hablemos de eso.
Bueno, en el libro hago énfasis una en particular, que es la persuasión. Es una palabra un poco contaminada, que por lo general parece una técnica y para nada, de hecho es la segunda habilidad más demandada por las empresas a nivel de power skills y es importantísima, porque estamos en la era del conocimiento.
Además de eso, la creatividad: convencer a otros de nuestras ideas, nuestros proyectos, nosotros como candidatos en un proceso de reclutamiento, como emprendedores… Siempre digo que el futuro es de los emprendedores, del freelance, del emprendedor individual. Entonces, es la habilidad más importante para mejorar y en el libro entro en ella muy de lleno. De hecho hay un capítulo entero sobre cómo mejorar esto.
-Pero, ¿cosas como la persuasión y la creatividad se pueden aprender?
Claro que sí, como todo. Todo son habilidades. La empatía, por ejemplo, es una habilidad, una power skill. Y por tanto se puede aprender, se puede mejorar. Lleva mucho trabajo, sí, y de hecho a veces lleva mucho más trabajo aprender power skills, habilidades entre personas, que habilidades técnicas, porque necesitas mucha práctica para interiorizarlo. Entonces, la empatía se puede mejorar, porque hay interacciones en las que haces un esfuerzo para ponerte en lugar de la persona hasta que vas interiorizando…
La gran diferencia para mí es la práctica. Hablar en público es un power skill, que a mucha gente le da mucho miedo. Y sin embargo todo el mundo puede hablar en público, es solo que toma muchísima práctica, te puede llevar cien veces o mil, pero vas a llegar a ese punto.
-¿Qué significa en la era de la IA el concepto de marca personal?
Pues significa todo, porque en esta era de la inteligencia artificial lo que se va a valorar más que nada es todo lo relacionado con lo humano y eso significa relación entre otros humanos y eso es el networking.
Es decir, nos van a contratar por nuestra red de contactos. Y si emprendes, ni te cuento el valor que te va a dar la red de contactos que tienes.
Siempre digo que nadie es una isla, para tener éxito necesitas la ayuda de otras personas. En el siglo XX el título universitario era importante, porque les decía a otros por qué te deberían contratar a ti. Hoy es importantísimo diferenciarte del resto de personas y eso hace la marca personal. En el libro, de hecho, entro en detalle en el concepto de Marca Personal en LinkedIn.
-Me avergüenza decir que debe ser la red que menos aprovecho…
Por eso precisamente, es una red que está infrausada. LinkedIn tiene un potencial enorme: desde encontrar el trabajo de tus sueños hasta emprender. Menos del dos por ciento de las personas crean contenido en LinkedIn, eso es un mar de oportunidades a nivel de marca personal.
-¿Cómo se compagina la necesidad de vender nuestra mejor cara con esto de que una de las cosas que más se valora es la autenticidad?
Pues, desde tu autenticidad, si el contenido es interesante, da igual. Lo que ocurre es que muchas veces nosotros mismos nos saboteamos. En el libro hablo mucho del síndrome de impostor, de cómo nos decimos ‘ay, pues no soy suficientemente bueno’. Y resulta que si el contenido es interesante, da igual de qué forma lo presentes: con un texto simple, con un video…
En Latinoamérica y en España se ven mucho en el mundo corporativo esos directores de empresas que son súper duros y distantes hablando con ellos y luego en su vida personal son súper cariñoso y simpáticos. ¿Por qué? Es totalmente ridículo.
Y en el mundo de las ventas pasa igual: he hecho mucho coaching de ventas a personas que son introvertidas y que intentan ser extrovertidas. No, de hecho los mejores vendedores que he conocido son introvertidos, porque escuchan mejor, hacen mejores preguntas. Realmente creo que tenemos creencias limitantes sobre nosotros mismos y lo que más conecta va a ser siempre la autenticidad.
-Para terminar, hay en el libro una referencia deliciosa a GATTACA. ¿Cómo se resume la lección que extrae usted del arco de la película?
Es simple: el esfuerzo supera siempre el talento innato. Los que van a triunfar en esta nueva era laboral son los que son curiosos y tienen esas ganas de aprender constantemente.
Ya se acabó el paradigma de que había una época en la que estudiábamos y otras en las que olvidamos completamente a estudiar y solo era trabajar. No, en esta nueva era laboral tenemos que estar aprendiendo todos los días y son los que quieren aprender constantemente los que van a triunfar.
Los del Día de la Marmota, los que quieren hacer lo mismo durante décadas, esos la van a pasar mal.
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