Marvel Studios construyó su reputación a pulso, tomando una marca al borde de la quiebra y elevándola a la cima de la maquinaria multimillonaria de Hollywood. Pero después de cerrar su Saga del infinito: una colección de 23 películas que desembocan en el megaevento que fue la dupla Infinity War/Endgame, el gigante detrás del Universo Cinematográfico de Marvel se enfrenta a una serie de desafíos que tienen a muchos en la industria decretando el fin de su edad dorada.
A estrenos deslucidos de propiedades exitosas, como los de la cuarta película de Thor o la tercera de Ant-Man, y a series divisivas como She-Hulk o Ms. Marvel (o, de plano, catastróficas, como Secret Invasion), se suman los problemas legales de Jonathan Majors, el actor que interpreta a Kang (en torno a quien se diseñó la Fase 6 del MCU) y una profunda crisis de efectos visuales, que ha llevado a una postproducción apresurada, a un golpe en la opinión de críticos y espectadores, y, en general, a CGI poco memorable, de mala calidad.
Malos efectos
Empecemos por esta última: la crisis de los efectos visuales ha sido particularmente dañina para Marvel, ya que ha dado lugar a una serie de películas y programas de televisión mal recibidos, como Ant-Man and the Wasp: Quantumania y She-Hulk. Marvel despidió a Victoria Alonso, quien supervisaba la postproducción, los efectos visuales y la animación en el estudio, pero muchas voces de la industria señalan que los problemas son sistémicos y que radican más en el desarrollo del guion y la supervisión del proceso que en los hombros de una sola persona.
Según un informe de Variety, los empleados y proveedores de Marvel no dan abasto con el flujo interminable de producciones del estudio.
Las películas de Marvel pasaron de una o dos al año en las fases uno y dos, a ser tres al año y a ellas se suman series y miniseries para Disney Plus. Los trabajadores de los equipos de efectos visuales tienen que trabajar largas horas para terminar las películas a tiempo y cuando llegan pedidos para rehacer alguna escena de un proyecto, a menudo ya están trabajando de lleno en el siguiente.
Esto ha llevado a una serie de problemas, incluyendo CGI de mala calidad y los efectos visuales inacabados. En Thor: Love and Thunder causó risa la pobre calidad del efecto de una cabeza suspendida en medio del aire, pero en Ant-Man and the Wasp: Quantumania hubo al menos una docena de escenas con efectos visuales que se agregaron en el último minuto y estaban apreciablemente fuera de foco.
La cosa no mejoró en She-Hulk, que llegó a su fecha de estreno en Disney Plus con efectos sin terminar, que no reflejaban en absoluto un astronómico costo de 25 millones de dólares por episodio.
La crisis de los efectos visuales también ha provocado un aumento de las tensiones entre Marvel y sus proveedores. En septiembre, los trabajadores de Marvel VFX votaron unánimemente a favor de sindicalizarse, alegando preocupaciones sobre el salario y las condiciones de trabajo.
Los problemas en Marvel Studios llegan en un momento en el que el estudio se enfrenta a una mayor competencia que nunca antes en su historia. Otras plataformas de streaming, como Netflix y HBO Max han estado invirtiendo fuertemente en su propio contenido original, incluidos programas y películas de superhéroes y, de hecho, HBO está pronto a ver el lanzamiento de un renovado universo DC.
Control de daños
Hay señales de que la avalancha de productos está llevando a la gente a desconectarse de lo que alguna vez fue una cita eventual con un universo en crecimiento y hoy parece un proyecto de grado, incomprensible sin el marco teórico y las anotaciones de pie de página.
Sin duda es precipitado anunciar su fin, pero sí parece lógico suponer que Marvel necesita hacer cambios… y Variety sugiere que hay varias opciones sobre la mesa.
"La calidad está sufriendo. En 2019, en el punto álgido, si ponías 'Marvel Studios' delante de algo, la gente decía: 'Oh, esa marca significa calidad'. Esa asociación ya no es el caso porque ha habido muchos proyectos que se sentían a medias y poco cocinados". --Joanna Robinson, coautora de ‘MCU: The Reign of Marvel Studios’
El presidente de Marvel Studios, Kevin Feige está comenzando a podar la baraja de proyectos por producir para, se indicó, regresar a un calendario de una o dos películas al año.
También está recortando presupuestos: Blade, con Mahershala Ali, estaba prevista estrenarse en 2023, pero ha pasado por al menos cinco guionistas, dos directores e incluso un cierre de la producción seis semanas antes del inicio del rodaje.
Feige devolvió el proyecto al punto de partida y contrató a Michael Green, el escritor nominado al Oscar de Logan, para comenzar de nuevo. En el proceso, le asignó un presupuesto de menos de 100 millones de dólares, que es una cifra inusualmente baja para una película de Marvel.
Las fuentes de Variety dicen que ha habido conversaciones para traer de vuelta a los actores originales para una película de Avengers. Esto incluiría revivir al Iron Man de Robert Downey Jr. y a la Viuda Negra de Scarlett Johansson, quienes murieron en Endgame. Eso no es un problema en el mundo del cómic, pero incluso si fuera posible replicarlo en el cine, no sería barato.
Y luego está Kang. Cuando todas las películas de aquí a 2027 giran, de alguna manera, en torno a un personaje que está en manos de un actor con creíbles denuncias de violencia intrafamiliar, es lógico que el estudio examine sus opciones.
La que está sobre la mesa en este momento es bajarle el perfil a Kang -algo complicado cuando la próxima cinta de Avengers se titula Kang Dinasty y elevar a un nuevo villano. Por fortuna, Marvel tiene docenas de personajes -comenzando por los X-Men- y es así que comienza a tomar forma la noción de introducir al MCU a Dr. Doom. Al fin y al cabo, es inminente la producción de una película de los 4 Fantásticos y las audiencias podrían estar dispuestas a perdonar si esta vez, al menos esta vez, esa cinta sale bien.
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