En 2012, los fundadores de WhatsApp, Jan Koum y Brian Acton, dejaron en claro que si había algo que nunca se cambiaria en la aplicación sería la inclusión de publicidad, no obstante, los tiempos cambian y ahora Meta es la que toma las decisiones.
De hecho, una década más tarde esta promesa que quedó inscrita en el ADN de una aplicación que pretendía ser una alternativa sencilla, segura y privada frente al ruido del resto del internet; se rompió oficialmente.
La misma aplicación propiedad del poderoso conglomerado de Mark Zuckerberg fue la que confirmó que ha comenzado a desplegar publicidad dentro de plataforma a nivel global.
Un anunció que genera tantos amores como odios y de hecho actualmente la pregunta que surge en muchos usuarios es si este cambio podría alterar de forma irreversible la experiencia que definió a la plataforma durante más de una década.
El fin de una era para WhatsApp

Aunque Meta insiste en que los anuncios no afectarán los chats personales ni alterarán el cifrado de extremo a extremo, uno de los pilares técnicos y éticos de la aplicación, la llegada de la publicidad representa mucho más que un simple cambio de diseño o estrategia.
Es también el punto más evidente de una tensión interna que venía gestándose desde que Facebook adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares en 2014: cómo monetizar sin traicionar sus principios fundacionales.
Lo cierto es que la decisión ha sido presentada como una forma de apoyar el crecimiento de los canales y las empresas en la plataforma, una nueva línea de desarrollo impulsada por Meta para convertir a WhatsApp en algo más que una aplicación de mensajería.
Según el anuncio oficial, los anuncios no aparecerán en las conversaciones privadas, sino en la pestaña “Novedades”, un espacio que reúne tanto los “Estados” (historias efímeras al estilo de Instagram) como los nuevos “Canales”, donde marcas, medios y creadores pueden emitir contenido unidireccional a sus seguidores.
Las opciones de publicidad que llegan a la app

Con esta actualización, muy pronto comenzarás a ver publicaciones patrocinadas dentro de los Estados, que ahora también podrán ser creados por empresas.
Debes tener presente que la interacción con estas publicaciones, como los clics o la permanencia en pantalla, será utilizada para afinar la segmentación de futuros anuncios.
WhatsApp asegura que no accederá a mensajes, llamadas ni contenido cifrado para construir perfiles publicitarios. En su lugar, la plataforma se basará en datos como el país, la ciudad, el idioma del usuario y la interacción con los canales y anuncios.
Además, se introducen dos nuevas funciones complementarias para potenciar la monetización: en primer lugar se encuentran las suscripciones a canales, que permitirán a los usuarios pagar una tarifa mensual para recibir actualizaciones exclusivas de sus creadores o marcas favoritas.
Segundo, ahora estos canales podrán pagar por una mayor visibilidad dentro del directorio de exploración, lo que plantea una competencia publicitaria interna por el alcance.
Dura respuesta de la comunidad

Aunque WhatsApp insiste en que estas modificaciones no alteran la experiencia de los usuarios que solo usan la app para chatear con amigos y familiares, las reacciones no se han hecho esperar.
Críticas desde la sociedad civil, expertos en privacidad y usuarios activos recuerdan que la esencia de WhatsApp ha sido comprometida. Otros ya han expresado en plataformas como Reddit su intención de migrar a alternativas como Signal, señalando que “nunca se debió confiar en Meta”.
Los propios fundadores de WhatsApp dejaron la empresa pocos años después de su adquisición, en desacuerdo con los planes de Facebook (ahora Meta) de introducir modelos de publicidad orientados por datos.
Brian Acton, en una entrevista de 2018, reconoció que el enfoque en anuncios dirigidos fue la principal razón de su salida. Jan Koum, por su parte, mantuvo siempre en su escritorio una nota escrita por Acton que decía: “No Ads! No Games! No Gimmicks!”. Hoy, ese mantra quedó relegado a la historia.
Ver 0 comentarios