Un juego de palabras simple, nacido en el mundo financiero y difundido por los medios de comunicación, se ha transformado en uno de los fenómenos virales más inesperados en Estados Unidos. Se trata de TACO, un término con resonancia gastronómica que se convirtió en el acrónimo de “Trump Always Chickens Out” (“Trump siempre se echa para atrás”).
Se trata de una etiqueta que surgió en las páginas del Financial Times y que, con sorprendente velocidad, no solo se ha vuelto viral en redes sociales, sino que se ha consolidado como un término con peso político, bursátil y digital.
Consultado directamente sobre el tema durante un acto en la Oficina Oval, Donald Trump no escondió su incomodidad. Negó haber oído el término anteriormente, descalificó la pregunta como “repugnante” y justificó su comportamiento como parte de una estrategia de negociación. “Se llama negociar”, insistió, visiblemente molesto.
Lejos de disipar el uso del acrónimo, su reacción lo amplificó. Medios como MSNBC destacaron no solo la veracidad percibida del concepto, sino también su origen espontáneo: TACO no proviene de un laboratorio de ideas demócrata, sino de una observación editorial que se viralizó de forma orgánica, sin planificación previa ni estrategia partidista.
El origen de la “teoría TACO”

El término fue acuñado por Robert Armstrong, columnista del Financial Times, en un artículo publicado el 2 de mayo.
En ese texto, Armstrong identificó un patrón en la conducta del presidente estadounidense: tras anunciar medidas económicas de alto impacto como nuevos aranceles o restricciones comerciales, suele revertirlas o suavizarlas en cuanto detecta una reacción adversa en Wall Street. Accionar que fue bautizado por el periodista como la “teoría TACO”.
Y lo que comenzó como un recurso retórico rápidamente se convirtió en un fenómeno. Analistas financieros adoptaron el acrónimo como herramienta para anticipar decisiones del gobierno estadounidense.
Y en cuestión de semanas, TACO se transformó en algo más que una teoría: es ya una estrategia de inversión. Operadores en los mercados han comenzado a comprar activos cuando los anuncios agresivos de Trump hacen caer los precios, bajo la expectativa de que pronto se echará atrás —como ya ocurrió con China, la Unión Europea o México.
Un término viral en redes sociales

En cuestión de días, el acrónimo pasó del ámbito financiero al político y luego al cultural, especialmente en redes sociales, donde memes, videos, análisis y hasta mercancía con referencias a TACO se propagaron con rapidez.
En plataformas como X (antes Twitter), TikTok y Reddit, el término no solo ha sido tendencia, sino que también ha servido como punto de partida para debates sobre la credibilidad de Trump y su forma de negociar.
Gobernadores como Gavin Newsom no han dudado en sumarse al coro, celebrando públicamente lo que consideran un símbolo del retroceso constante del expresidente frente a la presión institucional y económica. “Está lloviendo tacos hoy”, bromeó Newsom después de que tribunales federales anularan algunos de los aranceles generalizados impulsados por Trump.
En el trasfondo del fenómeno TACO está el comportamiento volátil del mercado ante los anuncios de Trump. Desde que asumió la presidencia, las bolsas han reaccionado con caídas ante amenazas de aranceles o medidas proteccionistas, para luego recuperarse rápidamente cuando el mandatario matiza o anula sus declaraciones.
Ese patrón se ha repetido con una frecuencia suficiente como para que muchos inversores lo consideren predecible. La última muestra llegó con la amenaza de imponer un 50 por ciento de arancel a productos europeos, lanzada un viernes y revertida apenas dos días después, tras una conversación con Ursula von der Leyen.
Las posibles consecuencias

Pero la teoría TACO también ha generado inquietud. Algunos analistas temen que, ahora que el presidente conoce el término y el contexto en el que se usa, decida mantenerse firme ante futuras presiones del mercado solo para demostrar que no se “acobarda”.
Incluso el propio Armstrong, autor del acrónimo, expresó su preocupación: “Existe un escenario, muy improbable, pero real, en el que acabo de provocar una recesión mundial por hacer una broma estúpida”, dijo en tono irónico durante una entrevista en la radio canadiense CBC.
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