El avión de Trump: desde el punto de vista tecnológico, no hay tal cosa como un Air Force One gratis

Air Force One
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Wilson Vega

Director

Ustedes lo oyeron, el presidente de EEUU, Donald Trump de que solo una "persona estúpida" rechazaría un 747-8i “gratis”, que observadores han descrito como un “palacio volador”, de parte del estado de Qatar para que sirva como Air Force One.

Pero más allá de las cuestiones éticas, de si es defensible recibir un obsequio de 400 millones de dólares de un régimen que en el pasado ha apoyado a grupos terroristas, o de si es un regalo para el país o para Trump, la idea de que se trata de un “avión presidencial interino” pinta una imagen engañosamente simple de lo que, desde el punto de vista tecnológico, es una empresa profundamente compleja.

Porque si bien la óptica de un avión donado de 400 millones de dólares podría apelar a una visión transaccional del mundo, las intrincadas realidades de la transformación de un avión comercial en una plataforma presidencial segura y operativamente capaz revelan un esfuerzo mucho más costoso y prolongado, que a la larga podría hacer de todo el asunto una quimera.

Un centro de mando en el cielo

Para explicar lo que pasa es necesario entender los estrictos imperativos técnicos, de seguridad y estratégicos que definen al Air Force One.

Air Force One Over Mt Rushmore El Air Force One sobrevolando el Monte Rushmore. -U.S. Air Force File Photo.

Sí, es cierto que Boeing ha incurrido en considerables retrasos con su programa VC-25B, y que cuando los entregue, los dos aviones contemplados estarán miles de millones por encima del presupuesto. Pero, justamente, ese retraso y ese sobrecosto sirven como una cruda ilustración de los desafíos inherentes a esta clase de conversiones.

Porque hacer un Air Force One no es cosa de incluir mejoras cosméticas; implica la integración total de sistemas de comunicación altamente clasificados, defensas robustas contra un espectro de amenazas, incluidos los pulsos electromagnéticos de detonaciones nucleares, y la capacidad de funcionar como un centro de comando móvil para la continuidad del gobierno.

El Air Force One es una Casa Blanca voladora, que puede permanecer en el aire por tiempo indefinido (porque puede recargar combustible en vuelo). El avión debe permitirle al mandatario de turno el comando y control inmediato de tropas y armas nucleares, y permitir que el presidente emita órdenes a las agencias militares y gubernamentales en caso de guerra u otra emergencia.

Los lujosos asientos, las elaboradas cocinas, los baños con duchas y los acabados a medida del lujoso avión qatarí son completamente irrelevantes para la funcionalidad principal del Air Force One. Transformar este avión en un transporte presidencial seguro tomaría años, y costaría, con toda probabilidad, más que el propio avión.

Una costosa quimera

Y luego está el tema de seguridad. Por no tratarse de una nave nueva, que desde su construcción ha sido protegida por estrictos protocolos de seguridad, el jumbo catarí tendría que ser desmantelado parte por parte, hasta la última tuerca, no solo para integrar los nuevos sistemas sino para garantizar que no haya dispositivos de escucha, software espía u otras vulnerabilidades de seguridad que puedan permitir a las potencias extranjeras seguir, monitorear o controlar el avión del presidente.

Air Force One El Air Force One en la base Andrews. -CMSGT HANS H. DEFFNER, USAF. Dominio público.

Incluso una versión supuestamente "reducida", destinada a un uso temporal, seguiría requiriendo modificaciones estructurales sustanciales, un cableado extenso y pruebas rigurosas para garantizar incluso un nivel básico de seguridad y capacidad de comunicación.

Estas medidas, crucialmente, se extienden mucho más allá de las pruebas de vuelo estándar, y abarcan la compatibilidad electromagnética, la integridad de las comunicaciones seguras y la eficacia del sistema defensivo.

La noción misma de un Air Force One "provisional" introduce una serie de preocupaciones adicionales. Los compromisos que podrían ser necesarios para acelerar dicha conversión, en particular a la luz de los debates sobre la relajación de los requisitos de seguridad, plantean serias dudas sobre la seguridad y la eficacia operacional de una aeronave de este tipo.

Y, si de alguna manera hicieras todo eso, y pagaras todo eso, terminarías con un avión de 14 ó 15 años, que Trump usaría uno o dos años, antes de que Boeing entregue los Air Force One reales.

Air Force One El Air Force One aterriza en Coriaopolis, Pensilvania. -Senior Airman Kyle Brooks, Dominio público.

Todo ese gasto, para una solución temporal, difícilmente representa prudencia fiscal. Por eso muchos observadores creen que este es otro de esos callejones sin salid en los que el presidente de EEUU sabe meterse, solo para tener que echar reversa.

La capacidad del presidente para mantener un contacto ininterrumpido y seguro con la Autoridad de Mando Nacional, en cualquier momento y desde cualquier lugar, es una piedra angular de la seguridad nacional y la disuasión nuclear. Cualquier disminución de esta capacidad, incluso durante un período temporal, representa un riesgo significativo para la defensa del país.

¿Y si lo usas como repuestos?

Por el contrario, una perspectiva más pragmática reconoce el valor potencial a largo plazo del 747-8i donado por Qatar como fuente de piezas de repuesto.

Con el 747 ahora fuera de producción, asegurar un fuselaje fácilmente disponible que pueda ser canibalizado para extraer componentes que apoyen no solo a la futura flota VC-25B, sino también al avión crítico del Centro de Operaciones Aerotransportadas de Supervivencia E-4C representaría, aseguran expertos, una ventaja estratégica para la Fuerza Aérea.

Esta readaptación abordaría el creciente desafío de mantener la selección de estos aviones vitales en ausencia de nueva producción.

Otra cosa, claro está, es si Trump aceptaría ver desguazado su hermoso palacio volador.

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