Por qué fue necesaria la actualización del software a los aviones Airbus A320 que desató el caos en la operación de Avianca: ¿las tormentas solares tienen algo que ver?

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Jimmy Pepinosa

Editor

La interrupción masiva de vuelos en Colombia que se produjo durante el fin de semana y se extendió a una parte de la operación del lunes, no se trató de un fallo de operación o un problema interno de las aerolíneas. Detrás del caos hubo una razón técnica de origen global.

Se trató de una orden inmediata emitida por Airbus para actualizar el software de toda la familia A320, incluyendo los modelos A319, A320 y A321, tras detectar un comportamiento anómalo relacionado con la radiación solar

La instrucción obligó a mantener aeronaves en tierra y desencadenó uno de los episodios operativos más complejos de los últimos años para la aviación comercial del país.

La falla detectada: cuando la radiación interfiere con el cerebro del avión

Aviones Avianca 2 (Avianca)

Las aeronaves modernas dependen de sistemas electrónicos para gestionar los controles de vuelo, desde los movimientos básicos del timón y los alerones hasta los ajustes más finos de estabilidad y navegación. 

Airbus identificó que ciertos aviones de la familia A320 presentaban indicaciones erráticas en estos sistemas críticos. No se trataba de una falla mecánica, sino de una vulnerabilidad del software ante niveles elevados de radiación solar capaces de provocar lecturas inestables en componentes específicos.

Los ingenieros del fabricante rastrearon la causa hasta un incremento reciente en la intensidad de radiación registrada por algunos sensores en vuelo. Aunque el fenómeno no representaba un riesgo inmediato, sí exigía una corrección de software para blindar el sistema ante futuros episodios solares y evitar cualquier posibilidad de interferencia en controles fundamentales.

Por su naturaleza, esta clase de ajustes no puede esperar al mantenimiento programado ni realizarse con los aviones en operación. De ahí la urgencia de la medida y su impacto inmediato en las aerolíneas de todo el mundo. En Colombia, donde gran parte de la operación doméstica depende de la flota A320, la instrucción se sintió con especial fuerza.

¿Por qué ahora? 

Aviones Avianca 1 (Airbus)

La actualización no surgió de la noche a la mañana. Airbus venía monitoreando los reportes desde distintos operadores y, tras consolidar evidencia, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió una directriz que exigía acciones inmediatas

El contexto coincidió con un periodo de incremento en la actividad solar, lo que aceleró la decisión y la llevó al nivel de “medida preventiva de seguridad obligatoria”.

El Ministerio de Transporte y la Aeronáutica Civil en Colombia establecieron un seguimiento minuto a minuto a los operadores mientras las compañías se organizaban para intervenir sus flotas en tiempo récord. Lo que inicialmente podría haber tomado dos semanas se redujo a apenas unos días gracias a jornadas continuas de los equipos técnicos y a la importación exprés del software desde Francia.

Avianca, la aerolínea más afectada por volumen de aeronaves, actualizó cerca del 90 por ciento de su flota comprometida en solo tres días y empezó los trabajos finales tras recibir los últimos paquetes de software enviados por Airbus. Latam y JetSmart, con flotas más pequeñas, terminaron sus procesos en paralelo.

El efecto dominó en tierra

Aviones Avianca 5 (Avianca)

La decisión de suspender vuelos para garantizar la seguridad provocó un colapso temporal de la operación aérea.

Cada avión fuera de servicio representaba múltiples rutas sin operar y tripulaciones desprogramadas, un rompecabezas que las aerolíneas intentaron reorganizar mientras realizaban las actualizaciones.

Avianca reportó 233 vuelos afectados y más de 35.000 pasajeros impactados, 29.881 de ellos en Colombia. El sábado 29 de noviembre, uno de los días más críticos, se registraron 84 vuelos retrasados y cerca de 12.000 usuarios alcanzados por las irregularidades.

Para mitigar la situación, las aerolíneas reforzaron personal en aeropuertos, ampliaron sus centros de contacto, habilitaron canales como WhatsApp e hicieron reacomodaciones en vuelos propios y de otras compañías. 

También ofrecieron reembolsos inmediatos y alternativas para viajar en los siguientes 180 días. Aunque las medidas aliviaron parte de la carga, el impacto en la experiencia de los usuarios fue inevitable.

Entonces… ¿tuvieron algo que ver las tormentas solares?

Aviones Avianca 3 (NASA)

De manera directa, sí. La causa raíz del problema se relaciona con la radiación solar, un fenómeno asociado a la actividad del ciclo solar, que actualmente se encuentra cerca de su máximo. Durante estos periodos, las tormentas solares liberan partículas energéticas capaces de interactuar con sistemas electrónicos sensibles.

En los aviones, los sistemas de control de vuelo pasan por múltiples capas de protección, pero incluso así es necesario ajustarlos cuando detectan comportamientos no previstos en condiciones extremas. La actualización ordenada por Airbus responde justamente a esa necesidad: reforzar la resistencia del software ante variaciones de radiación que, aunque no son nuevas, sí han mostrado picos inusuales en los últimos meses.

Las tormentas solares no representan un peligro generalizado para la aviación, pero sí pueden requerir ajustes preventivos cuando afectan subsistemas específicos. En este caso, la medida aplicada en Colombia y en el resto del mundo busca asegurar que los controles de vuelo no sufran interferencias en escenarios de alta radiación.

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