Suecia es una nación que por décadas ha impulsado políticas de igualdad de género al punto de volverse todo un referente en la materia, sin embargo, este país escandinavo que se destaca por su seguridad y estilo de vida ahora enfrenta un fenómeno inesperado: el auge del movimiento 'soft girl' en redes sociales.
Se trata de una tendencia en la que mujeres jóvenes celebran la renuncia al trabajo tradicional para vivir como amas de casa o novias que se quedan en casa, a cambio de una remuneración que reconozca este tiempo y permita que desarrollen sus actividades favoritas y suplir sus necesidades básicas.
No obstante, esta tendencia ha generado tanta fascinación como controversia en un país que cuenta con un robusto sistema de participación laboral de ambos géneros, así como con una cultura que da un alto valor al trabajo.
Quién es la cara de la tendencia 'soft girl'
Vilma Larsson, de 25 años, es la cara más visible de esta tendencia, según destacó en un artículo la BBC de Londres. Esta joven pasó de trabajar en una tienda de comestibles, un hogar de cuidado y una fábrica, a convertirse en una "stay-at-home girlfriend" (novia que se queda en casa) después de dejar su empleo hace poco más de un año.
Ahora, mientras su pareja trabaja en finanzas de forma remota, ella dedica su tiempo al gimnasio, salidas con amigos y claramente a actividades domésticas. “Mi vida es más suave. No estoy luchando, ni muy estresada” explicó Vilma, quien documenta este estilo de vida en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube, donde su contenido ha acumulado miles de seguidores.
Sin embargo, Vilma sostiene no genera ingresos de sus redes, afirmando que es su pareja la que le proporciona un “sueldo” mensual que cubre sus gastos y le permite ahorrar.
El movimiento, etiquetado con hashtags como #hemmaflickvän (#noviaencasa) y #hemmafru (#ama_de_casa), se aleja del arquetipo de la “girl boss”, promoviendo una vida más enfocada en el bienestar y menos en las metas profesionales.
Por qué surge este fenómeno
El estilo de vida “soft girl” ha sido un microtrend en redes sociales desde finales de la década de 2010. Sin embargo, en Suecia, donde las políticas han promovido hogares de doble ingreso durante más de 50 años, su popularidad ha desatado debates intensos.
Una encuesta del grupo Ungdomsbarometern en 2024 identificó este fenómeno como una aspiración creciente entre las mujeres de 15 a 24 años. Incluso, un 14% de las niñas entre siete y 14 años dijeron identificarse con el movimiento.
Para Johanna Göransson, investigadora del grupo, el fenómeno es una reacción a las exigencias extremas de éxito profesional y personal que caracterizaron la era de la “girl boss”. En sus palabras, el movimiento refleja un cambio hacia una vida más balanceada.
Sin embargo, factores como el estrés laboral y las expectativas sociales también juegan un papel importante. Aunque Suecia tiene fama de equilibrar trabajo y vida personal, con seis semanas de vacaciones anuales y menos del 1% de empleados trabajando más de 50 horas semanales, las cifras muestran niveles crecientes de agotamiento entre las mujeres.
Vilma Larsson, por su parte, lo resume así: “Pienso en mi madre y mi abuela, siempre tan estresadas. Yo no quiero esa vida para mí”.
Qué piensa una mujer sueca de esta tendencia
La perspectiva cambia un poco al subir la edad de las jóvenes debido a la inestabilidad en el futuro financiero que podría generar depender de una relación así.
En la visión de Paula Svensson, una sueca de 29 años residente en Gotemburgo quien conversó con Xataka Colombia sobre esta tendencia, se "puede entender que quieran vivir así, ser una mujer en Suecia puede ser estresante, debes trabajar 8 horas, luego volver a casa con tus hijos y encargarte de todo".
"Tú tratas de hacer todo lo más rápido posible y claro que puedo entender que es mucha presión" aclaró Svensson; sin embargo, depender de una pareja puede que no sea una completa garantía al largo plazo asegurando que "en Suecia no es tan usual casarse, entonces no es una seguridad tener un novio, vivir con él y que él un día te deje y no tener dinero".
"Tú necesitas trabajar en Suecia para tener un buen estándar de vida para cuando envejezcas y es por ello que requerimos un trato igualitario, porque si algo pasa en el futuro, nosotras necesitamos ser independientes y poder cuidarnos por nuestra cuenta. Necesitamos mantener un estándar." - Paula Svensson.
"No es por el presente, sino por el futuro que trabajas hoy", concluyó esta mujer. Además, sostuvo que ser una ´soft girl' puede que no sea tan divertido al largo plazo porque "casi todo el mundo trabaja en Suecia" y "socializar puede llegar a ser muy difícil en este país".
Un trend que abre un debate político y social
Esta tendencia ya se ha convertido en un tema de debate en medios, eventos políticos como Almedalen y la televisión pública sueca.
Desde un enfoque feminista, Gudrun Schyman, cofundadora del partido Feministiskt Initiativ, calificó la tendencia como “peligrosa” y “un retroceso” para la igualdad de género.
Por otro lado, partidos políticos como los Demócratas de Suecia han defendido la libertad de elección de las mujeres para adoptar estilos de vida más tradicionales. Según Denice Westerberg, portavoz del ala juvenil del partido, “si tienes la posibilidad económica de hacerlo, entonces bien por ti”.
Economistas, como Shoka Åhrman, aseguran que esta tendencia no tendrá un impacto significativo en la economía sueca, sin embargo, destacan las implicaciones financieras para las mujeres que abandonan la fuerza laboral. Esto incluye menores ahorros, pensiones reducidas y desafíos para reincorporarse al mercado laboral en el futuro.
Además, Åhrman espera que los debates actuales sirvan para llamar la atención sobre los problemas estructurales subyacentes, como la disparidad salarial y la desigualdad en el reparto de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos.
¿Un replanteamiento de la igualdad de género?
El auge del “soft girl” ha llevado a muchos a preguntarse si refleja una reacción a los límites de las políticas suecas de igualdad de género.
A pesar de ser líderes en Europa en madres trabajadoras, las mujeres suecas todavía realizan una mayor proporción de tareas domésticas y cuidado infantil. También representan el 70% de las licencias parentales y tienen una mayor incidencia de licencias por estrés.
Para Peter Wickström, de la Agencia de Igualdad de Género de Suecia, esta tendencia puede interpretarse como una respuesta racional a las demandas percibidas por las mujeres más jóvenes en esta nación europea.
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