Boeing entregó hoy el último 747 que saldrá de su línea de producción y con el que se cierran más de cinco décadas de un avión al que se le atribuye haber hecho que volar fuera más asequible. Se cierra así la historia del 'Jumbo', un ícono de la aviación, que hizo que volar estuviera, de pronto, al alcance de muchas más personas.
El 747 fue el primer avión de dos pisos. Su silueta icónica -más angosta en la parte trasera y más ancha al frente- llegó a definir una era de lujo y glamour en los viajes internacionales, al punto de que, la flota presidencial desde 1990, la flota presidencial de EEUU ha consistido en dos Boeing 747-200B modificados, que recorren el mundo bajo el indicativo Air Force One.
El AIr Force One (Flickr/redlegsfan21)
El 747-8, una de sus variantes más recientes, tiene una longitud de ala a ala de alrededor de 69 metros. De la cola a la nariz, el avión mide unos 70 metros. Un 747 estándar está compuesto por más de 6 millones de partes individuales, y todas se reúnen para el ensamblaje final en la fábrica de Boeing en Everett, Washington, en un edificio que es ampliamente reconocido como el más grande del mundo por volumen.
La flota de 747 de Avianca
Como uno de los aviones más reconocidos en la historia de la aviación, el Jumbo ha servido como la espina dorsal no solamente del transporte de pasajeros, sino también del de carga, De hecho, este rol es el que desempeña con mayor frecuencia en estos días, toda vez que desde hace más de 20 años las aerolíneas de pasajeros han optado por aviones más pequeños y eficientes, relegando al 747 a un papel sin duda útil, pero menos glamoroso.
En su momento, el futuro del 747 estuvo en duda ante el surgimiento de aviones supersónicos de pasajeros, como el Concorde. En retrospectiva, el 747 representó un giro hacia el pragmatismo para el mundo de la aviación, que no solamente sobrevivió sus inicios sino que duró en servicio y producción mucho más que cualquier otro avión comercial. El hecho de que todavía hoy, más de 50 después, todavía siga volando, es un testamento de los más altos estándares de la ingeniería y diseño humano.
Avianca HK-2000 "Eldorado"
Al día de hoy, aerolíneas como Lufthansa, Korean Air y Air China todavía tienen al Boeing 747 en servicio de pasajeros. Pero a diferencia de la época en que a esta aeronave se le bautizó como 'la Reina de los Cielos', hoy tiene competidores como el Airbus 380 y, en todo caso, la gran mayoría de aerolíneas han preferido aviones más pequeños y eficientes, como los Boeing 777 y 787 y los Airbus A330 y A340.
Entre las cientos de aerolíneas que confiaron en el 747 se cuenta también la colombiana Avianca, que en sus más de 100 años podrá haber tenido aviones más populares (como el 787, que le permitió abrir numerosos destinos) pero ninguno tan icónico como el 747, que hizo parte de su flota hace más de 30 años.
Interior de la cabina superior del Boeing 747 HK-2000 de Avianca.
De hecho, Avianca fue la primera aerolínea en el continente en volar los Boeing 747, de los cuales tuvo 7 a lo largo de las décadas de los 70 y los 80. Muchos viajeros colombianos recuerdan que la aerolínea colombiana siguió los pasos de sus similares europeas y decoró el piso de arriba de su 747 para ofrecer servicios de lujo en salas de primera clase que serían impensables en la aviación de nuestros días.
El 747 también protagonizó una página oscura en la historia de Avianca debido al accidente del Vuelo 11, que recorría la vía París-Bogotá a través de Madrid y que colisionó cobrando la vida de 181 personas, en el que es uno de los peores accidentes aéreos en la historia de España (solo superado por la tragedia de Tenerife, en 1977) y el peor de la aviación colombiana.
El Boeing 747✈, el avión más grande del mundo🌎. El HK-2000 fue el primero en ser adquirido, bautizado como “El Dorado” y llegó a Bogotá 🇨🇴 desde los hangares de Boeing, en Seattle🇺🇸, el 3 de diciembre de 1976. pic.twitter.com/DoxK6R1Sxa
— avianca (@avianca) December 3, 2019
De todos los aviones, el HK-2000 de Avianca, llamado “Eldorado”, el primero en ser adquirido por la compañía, es probablemente el que más dejó huella en el país, con interiores prestados del Museo del Oro y una carrera insigne que se extendió desde 1976 hasta inicios de 1983.
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