Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, ha resurgido la preocupación entre científicos, activistas y especialistas sobre el acceso y la conservación de datos relacionados con el cambio climático.
Durante su primer mandato, Trump se destacó por minimizar la relevancia de la crisis climática, llegando a calificarla como un “engaño”. Ahora, en su retorno al poder, estas inquietudes se intensifican, especialmente en torno a la información alojada en sitios web de agencias federales como la NASA.
La "mudanza" de la página climática de la NASA

Recientemente, la NASA anunció que su página web dedicada al clima estaría "mudándose" a un portal más general de ciencia.
Si bien el movimiento puede parecer inofensivo, surge en un contexto político que genera alarma, teniendo presente que en sus primeros cuatro años en la Casa Blanca, Trump eliminó o alteró una cantidad significativa de información climática en sitios web gubernamentales.
Según la Iniciativa de Gobernanza y Datos Ambientales (EDGI, por sus siglas en inglés), términos como “cambio climático” disminuyeron hasta en un 40 por ciento en los portales de agencias ambientales, y el acceso a un 20 por ciento del contenido en la página de la EPA (Agencia de Protección Ambiental) fue restringido.
Este tipo de "reorganización" digital se interpreta como un posible preludio a recortes más severos en la información climática.
Bajo un gobierno que ha prometido profundas reducciones de presupuesto y personal en agencias clave, los expertos temen que estas plataformas no solo se vuelvan obsoletas, sino que desaparezcan por completo.
El riesgo para los datos climáticos

Las agencias federales recolectan datos vitales que van desde la calidad del aire hasta eventos climáticos extremos. Estos datos son utilizados por urbanistas, científicos, grupos comunitarios y tomadores de decisiones para planificar y mitigar riesgos relacionados con el cambio climático.
Sin actualizaciones constantes y presupuesto suficiente, estas herramientas se vuelven tan funcionales como un sistema operativo desfasado, como lo explicó Gabriel Watson, líder de ciencia de datos del Environmental Policy Innovation Center: "Si dejamos de desarrollar estas herramientas, es como seguir usando Windows 95 en un mundo que avanza a ritmo acelerado".
Uno de los casos emblemáticos es el EJScreen, una herramienta de la EPA que evalúa el impacto ambiental en comunidades vulnerables. Aunque logró sobrevivir al primer mandato de Trump, su futuro es incierto.
Además, proyectos como "Project 2025", una hoja de ruta conservadora para el segundo mandato de Trump, proponen eliminar la Oficina de Justicia Ambiental y Derechos Civiles Externos de la EPA, que supervisa este sistema.
La carrera por proteger la información

Ante la posibilidad de nuevas pérdidas, comunidades científicas y organizaciones han redoblado esfuerzos para proteger estos datos.
Grupos como EDGI han estado organizando campañas de “archivo guerrilla” desde 2016, salvando más de 200 terabytes de información climática y ambiental. Estas iniciativas aseguran que, incluso si el contenido desaparece de los sitios web oficiales, seguirá accesible a través de plataformas como el Internet Archive.
Además, durante la administración de Joe Biden se lanzaron nuevos portales como Heat.gov, que monitorea olas de calor, y CMRA, que ofrece datos sobre desastres naturales. Sin embargo, sin el respaldo adecuado, incluso estas herramientas recientes podrían quedar vulnerables a recortes presupuestarios.
En un mundo cada vez más digitalizado, el acceso a datos no solo depende de su recopilación, sino también de su mantenimiento y protección frente a intereses políticos.
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