¿Vale la pena tener carro en 2025? La generación Z podría estar reevaluando su respuesta

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Jessica Vargas A.

Editora

Durante años, se pensó que la generación Z prefería alternativas de movilidad como el transporte público, la bicicleta o las aplicaciones de transporte compartido.

Sin embargo, recientes estudios indican un cambio en esta tendencia. En Colombia, los jóvenes nacidos entre mediados de los 90 y principios de los 2010 están reconsiderando la adquisición de vehículos propios, siempre que estos se alineen con sus valores de sostenibilidad, tecnología y eficiencia.

El estudio

Según el Mobility Consumer Index 2024 de EY, el 65% de los consumidores colombianos planea adquirir un vehículo nuevo o usado en los próximos dos años. Dentro de este grupo, la generación Z destaca por su interés en vehículos que ofrezcan conectividad avanzada, eficiencia energética y un menor impacto ambiental.

Esto contradice la creencia común de que los jóvenes han perdido interés en los vehículos particulares: en realidad, sus prioridades han cambiado.

Aunque la tasa de posesión de vehículos entre los miembros de esta generación es del 59%, existe una creciente preferencia por vehículos que integren tecnologías modernas.

Funciones como Apple CarPlay y Android Auto, así como asistentes de voz inteligentes, se han convertido en requisitos clave para los jóvenes compradores. Además, el 58% de los colombianos considera adquirir un vehículo híbrido o eléctrico, lo que posiciona al país como líder en intención de compra de movilidad sostenible en Latinoamérica, según el mismo informe de EY.

Este interés por la movilidad limpia está estrechamente ligado a una mayor conciencia ambiental. La generación Z busca minimizar su huella ecológica sin renunciar a la comodidad ni al desempeño. Las marcas automotrices han tomado nota de estas prioridades y están adaptando sus portafolios para atraer a este segmento.

En el mundo...

A nivel mundial, las ventas de vehículos eléctricos han comenzado a desacelerarse. Tras años de rápido crecimiento, el mercado se enfrenta ahora a una meseta. En mercados como Estados Unidos y gran parte de Europa Occidental, los consumidores se están enfrentando a preocupaciones prácticas como la asequibilidad de estos vehículos, la infraestructura de carga insuficiente y la incertidumbre en torno a la vida útil de las baterías.

De hecho, según GlobalData, el crecimiento de las ventas globales de vehículos eléctricos (incluyendo híbridos y eléctricos puros) cayó del 37% en 2022 al 29,7% en 2023, y se espera que continúe bajando hasta el 22% en 2024.

Además, el entusiasmo inicial por los EV ha dado paso a una percepción más realista. La nueva fase de adopción ya no depende de los primeros usuarios dispuestos a pagar por innovación, sino de consumidores convencionales que priorizan el valor. Las marcas automotrices deben enfrentar este reto con una estrategia que combine accesibilidad, infraestructura de carga robusta y confianza en el producto.

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En este entorno, la generación Z emerge como un segmento clave, no solo por su disposición al cambio, sino porque representan una generación con altos niveles de conciencia ecológica, afinidad tecnológica y expectativas claras sobre el rol que debe cumplir un vehículo hoy.

Su participación puede ser decisiva en la transición hacia una movilidad más limpia, pero solo si el mercado ofrece productos que combinen propósito, funcionalidad y accesibilidad real.

La movilidad está cambiando, y aunque la generación Z en Colombia aún valora la propiedad de un vehículo, ya no lo hace por tradición, sino por coherencia con su estilo de vida: sostenible, digital y conectado.

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